miércoles, 18 de mayo de 2016



LAS MOMIAS DEL BRITISH

Y es que en esto de la cultura hay mucho machismo. Muchísimo. Ahí están los literatos encumbrados llevándose de calle a las jovenzuelas. Y no solo ellos, puesto que también triunfan poetas jovenzazos que llenan auditorios de niñas fervorosas que se saben, renglón a renglón, cada poema que los divos acompañan con una guitarra. Cierto es que los tíos son buenos de cojones, pero ¿por qué no hay mujeres que se dediquen a lo mismo? ¿porque las mujeres no escriben? ¿porque no tocan la guitarra? ¿porque no interesan a las editoriales? ¿porque a los chicos jóvenes no les va la poesía? ¿no son acaso humanos? ¿no sienten, no se enamoran, no tienen emociones…?

Por alguna razón que desconozco, los hombres que se dedican a una actividad intelectual, a no ser que sean cardos borriqueros, poseen un atractivo incomparable. Especialmente cuando entran en la madurez, con bien de canas y de arrugas. Es sobre todo entonces cuando las mujeres se les acercan en plan fírmame este libro y, como tengan ocasión, los invitan a cenar y no precisamente con fines literarios. Y luego chulean ante sus amigas casadas, que se mueren de envidia por no poder alternar con hombres taaaaan interesantes y al llegar a casa y les montan a sus pobres maridos unos pollos del quince sin venir a cuento. Y es que un hombre que se dedica al arte o la cultura despierta pasiones además de admiración. Al contrario que las mujeres, que en cuanto pasamos de los cuarenta y empleamos nuestro tiempo en darle a la neurona creativa nos empieza a pasar como a las momias del British, que todo el mundo se acerca para verlas y retratarse al lado pero a ningún tío le da por arrimarse a una y susurrarle al oído:

“¿Qué haces esta tarde cuando cierren el museo?”

#SafeCreative Mina Cb

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