sábado, 31 de enero de 2015



EL HUÉSPED

Pasó la mañana nerviosa y angustiada. Aquellos encuentros jubilosos del principio se habían ido transformando, a medida que la invisible presencia de la otra se iba adueñando del paisaje, en enojosas citas que él iba espaciando cada vez más en el tiempo y a las que acudía con los bolsillos llenos, no de regalos como en un principio, sino de reproches y mentiras, hasta el punto en que ella se acabó por sentir en medio de un pasillo solitario y frío, una especie de corredor de la muerte del que un día, no sabía exactamente cuál ni a qué hora, la acabarían empujando para hacer que se precipitase por los ásperos acantilados del desamor y la tristeza.
Se abrazaron y al instante rompió a llorar. Un llanto inevitable y persistente, de hipos y sollozos entrecortados que no podía controlar y que él ahogaba con dulzura, frotándole la espalda mientras la guarecía entre sus brazos. El fin de semana fue más de lo mismo: ella llorando y él dando largas y exigiéndole cosas que la otra tenía y ella no. Y sin atreverse a decir la verdad de una puñetera vez, y acabar para siempre la comedia, darle una patada y despeñarla al vacío, dejando que llegase al fondo, hasta lo más profundo, y que luego, desde allí, pudiera rehacerse y remontar. Sin más demora.
Él se marchó un día antes de lo previsto. Tenía “imponderables” que reclamaban su atención. Ella lo llevó hasta la estación. Hacía frío y era aún de noche cuando la puerta de metacrilato del compartimento se cerró y él quedó detrás de la mampara, saludándola con la mano, un gesto patético, como a la desesperada, y ese beso de Judas que lanzó al aire antes de que el tren arrancara y se lo llevase para siempre de su vida.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 29 de enero de 2015



NO QUIERA…

No quiera dios
(con minúscula)
que olvide
el cuento de los siete cabritillos,
la fábula del caracol y el zorro,
el chocolate espeso del mi madre…

No quiera dios
(con minúscula)
que olvide
aquella profesora encanecida,
los versos en papel cuadriculado,
mis primeros encuentros con las musas…

No quiera dios
(con minúscula)
que olvide
el beso inaugural, tórrido y ebrio,
los cuerpos del estío adolescente,
las copas, las verbenas, los amigos...

No quiera dios
(con minúscula)
que olvide
mis pies taconeando en la tarima,
los telones raídos y chirriantes,
el opio embriagador del escenario…

No quiera dios
(con minúscula)
que olvide
las horas de taladro y de martillo,
de mostrador, de caja, de costura,
de ganarme el sustento con mis manos.

No quiera dios
(con minúscula)
que olvide
los baldíos amores que partieron
sin dejarme jamás vacía el alma
y gracias a los cuales he crecido.

No quiera dios
(con minúscula)
que olvide
y se agote el caudal de mi memoria
o me vuelvan la espalda las palabras
antes que se me acabe la existencia.

No quiera dios
(con minúscula)
que olvide...
... Hasta olvidarme de mi nombre incluso.

#SafeCreative Mina Cb
Fotografía de JMiguel J Miguel Jimenez Arcos

miércoles, 28 de enero de 2015



BESOS

Es dulce y cariñosa. En sus labios siempre hay una sonrisa. Y una palabra amable. La conozco desde hace un año. La veo todos los días, acercándose despacio a ese momento en que uno deja de ser todo lo que ha sido para convertirse en la esencia de lo que ha ido esparciendo por el aire y que ha impregnado poco a poco los corazones de quienes han tenido la suerte de tenerle cerca. En caso, claro está, de haber sido un ángel como ella lo es.
Se va y lo sabe. Me mira con dulzura desde el otro lado de sus gafas de montura plateada. Y yo no puedo resistirme al deseo de besarla. Aunque no vaya conmigo. Y aunque esa deferencia pueda molestar a otras que, como ella, desgranan la última parte de sus vidas sentadas en sus sillas de ruedas, en círculo, cada una con lo suyo, viendo pasar el tiempo con la misma placidez con la que lo hace un niño.
Sé que está asustada. Quizá a causa de la incertidumbre de aquello que la puede esperar al otro lado o tal vez debido a que no quiere separarse de los suyos. Y esa angustia que le produce la certeza de saber que su vida se consume irremisiblemente es lo que me la está acercando poco a poco, hasta el punto de que la llevo tan en el alma como si ella y yo fuéramos de la misma sangre. Y por eso la beso a veces, a escondidas del resto, en el pasillo. Para que nadie se dé cuenta de que es mi favorita. Y para que ella sepa que la quiero. Y que me gustaría que mis besos iluminasen un poco más ese camino estrecho y solitario por el que ha de partir, me temo, cualquiera de estos días.

#SafeCreative Mina Cb

martes, 27 de enero de 2015



CUBOS DE AGUA

A veces la vida nos pone en situaciones en que no hallamos la forma de ser útiles. Momentos de sufrimiento que afectan a nuestros seres queridos y para los que de nada valen las palabras, puesto que no existe consuelo posible.... Solamente el manido y desquiciante recurso de dejar que el tiempo pase y atenúe los padecimientos, convirtiendo el dolor en nostalgia y haciendo que aceptemos con resignación una nueva etapa en la existencia. Cerrar las puertas para poder seguir.

Hace poco alguien me hablaba de que no sabía cómo actuar ante un familiar que está atravesando una de estas situaciones. Conversábamos acerca del efecto terapéutico de los abrazos que, sin embargo, no pueden aliviar el enorme peso que la desesperación vierte sobre el espíritu del otro. Me decía mi amiga que se sentía a veces un estorbo. Y que no sabía si irse o si quedarse. Si acompañarle o dejar al otro solo, y permitir así que la rabia y la angustia se manifestasen libremente.

“No sé cómo ayudarle”- me dijo.

Y a mi me vino a la cabeza de repente la escena de un aparatoso incendio forestal que presencié hace años. Yo iba de vacaciones. Era mediodía y de repente una inmensa humareda se expandió por el aire. Tras una curva de la carretera nos esperaba el pavoroso espectáculo del monte ardiendo: cientos de árboles entregados al fuego, cenizas esparciéndose y las llamas que se iban extendiendo, aprovechando el ramaje, devorando el bosque a dentelladas. La catástrofe se había producido hacía poco y los efectos eran ya devastadores. Los bomberos se afanaban con sus mangueras a la espera, supongo, de helicópteros que lanzasen agua desde el cielo.
Y en tierra firme, muy cerca de las llamas, lugareños armados con cubos, barreños y otros recipientes, se esforzaban en contribuir a sofocar el fuego. No pensaban, me dije, en el riesgo de acercarse tanto. Ni en que sus pozales de plástico podrían derretirse, quemándoles las manos. Simplemente querían ayudar. Contribuir a que aquella masa forestal que les pertenecía no desapareciera y se acabase convirtiendo en un parque residencial para madrileños con posibles.
Dejé la zona atrás, llorando de impotencia y de emoción a un tiempo, conmovida por la actitud de aquella comunidad tan valiente y generosa, que daba lo que tenía a mano sin pensar en si sería o no bastante. Y me imaginé, por la mañana, cuando contemplé desde la puerta de mi tienda de campaña la tierra yerma, gris y aún humeante pero en calma, que todas esas gentes debían sentirse satisfechas. Por haber contribuido a la extinción del fuego con sus pequeños e insignificantes medios.

“Echa cubos de agua”- le dije.

Creo que me entendió.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 26 de enero de 2015



TEDIO

Abro los ojos:
es domingo y al tarde se alarga
helada y ventosa...

Debería ponerme las pilas,
me digo,
y hacer algo útil:
aprovechar el tiempo,
ordenar los armarios,
vaciar el vajillero atestado de cosas…
quitarles el polvo a los vasos,
a mi colección de cajitas de madera,
a las rosas secas de los concursos de poesía
y a la vajilla de loza que me dio mi madre
(si no reviento)
y que data de cuando ella se casó.

Debería, lo sé, sumergirme,
(qué angustia)
en la gris tarea
de acabar el poemario
que empecé hace semanas:
releer los archivos, que suman trescientos
sin perder mucho tiempo
en abrirles la puerta a emociones traidoras
que aprovechan siempre, como los ladrones,
el menor descuido para hacerse fuertes
e invocar al llanto
y a otros mil fantasmas de la soledad.

Pienso en llamarte
y en decirte que te echo de menos…
Pero no lo haré.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 25 de enero de 2015






EL ARTISTA DEL METRO

El sonido le atrajo desde lejos. Lo siguió lo mismo que un sabueso sigue el rastro de una presa hasta llegar allí. Y verlo, ausente y poseído por el ajado violín como si no existiera otra cosa en este mundo, dejando caer las notas suavemente, casi con indolencia, cual si aquello no fuera con él y la música brotase por sí misma. Observó la postura un tanto rara, casi sensual, con que apoyaba la mejilla sobre el instrumento. Y esa mirada que vertía sobre la caja, abstraída y ferviente, entregada a la contemplación del movimiento de las cuerdas que se estremecían al contacto del arco y de sus dedos. Y esa sonrisa dulce y amorosa más propia de un amante que de un músico.
Permaneció escuchándolo un buen rato, embelesado. Jamás en su vida había oído a nadie tocar así. Ni en sus años de estudios musicales, ni en la época que pasó de profesor en un conservatorio, ni siquiera en la etapa final de su carrera, cuando al fin consiguió hacer realidad el sueño de tocar en una gran orquesta. Jamás, en sus ochenta años, alguien le había emocionado de esa forma. Y así se lo explicó al chaval, una vez que éste recogió los bártulos y se dispuso a abandonar su rinconcito.
“Perdone usted…- insistió el anciano, sin resignarse a dejarlo marchar- pero tiene que haber algún secreto para que el instrumento suene en sus manos como lo hace”

El chico lo atravesó con su mirada franca y azulada y, tras observarlo con detenimiento, como si estuviera leyéndole los rasgos, comenzó a hablar pausadamente, sin altivez alguna y sin dejar de mirarle a los ojos un instante. Como si él fuera el viejo en vez del joven:
“Ha malgastado usted su vida, mi querido amigo… - sentenció, remarcando las dés con su acento extranjero- Los estudios, las clases, la orquesta… Tiene usted una mirada triste… la mirada de un ser que no ha vivido; de alguien que simplemente ha disfrutado de una existencia confortable y previsible. Y no crea que al decirle esto trato de insultarle… En absoluto. Lo que pasa es que alguien como usted no puede llegar a ser artista. No dudo de que habrá sido usted un gran músico, y hasta un excelente profesor capaz de enseñar a sus alumnos toda la teoría necesaria para entretener a un auditorio. Pero usted no ha amado. De verdad quiero decir. Entregando su alma y arriesgándose. Ni ha sufrido. Ni ha tenido impulsos de matar. O de saltar al vacío desde un puente. O de cortarse las venas sólo por experimentar la sensación de desmayo que dicen que eso produce. Usted, mi querido amigo, carece del componente que convierte al artífice, sea este un músico, un poeta o un pintor, en un artista. Usted no siente el arte. No lo vive. No lo aspira. Usted no pone pasión el lo que hace. Se le ve en la cara. Sus arrugas son producto de la edad, no de las emociones. Usted podrá conocer muchas técnicas. Pero, insisto, sus interpretaciones sólo podrán entretener al auditorio. Nunca emocionarlo. Porque sólo la pasión puede llegar a conmover. Sólo eso.
Ése es el secreto.”- concluyó, mientras recogía sus cosas para después perderse entre el gentío que abarrotaba la estación con su violín al hombro.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: "Musa dormida"- Jean Pierre Alaux

sábado, 24 de enero de 2015



HUMO EN LOS ZAPATOS

No tenía dónde caerse muerta pero se los compró. Fue superior a ella. Entró a la tienda por curiosidad, con una amiga, a experimentar la tontería esa de saber qué se siente con los pies dentro de unos zapatos de ochocientos euros. Así que casi se fundió la nómina de mileurista el día tres. Y con la hipoteca sin pagar. Pero en fin, Dios proveerá, como solía decir su abuela.

Le metió a su familia una bola del quince para que la ayudasen a pasar el mes. Les contó que le habían robado la cartera y, mira tú por donde, introdujeron la tarjeta en un cajero y adivinaron el número secreto. Si es que saben cada vez más estos chorizos. Tan lejos llevó la comedia que hasta se inventó a un eslavo cabezón y con perilla que había podido echarle la mano al bolso en unos grandes almacenes.
Pero quiso la fatalidad que la policía diera con un fulano que se parecía bastante al de la descripción de la “fashion victim” y al pobre chaval lo empapelaron sin comerlo ni beberlo. Y ella, que ya no podía sino seguir con la trama, se presentó en la rueda de reconocimiento y dijo “Sí” detrás de la ventana que le permitía verlo sin ser vista. Y así el mocete se comió un marrón de mil narices sin saber por qué ni por qué no.

Claro que, como también decía su abuela, Dios castiga sin palo, y el mismo día en que estrenaba su flamante par de Manolo Blahnik para asistir a la boda de una prima, el tacón se le enganchó en una rejilla cuando se disponía a cruzar una calle con mucho tráfico y un coche la arrolló, arrastrando su glamourosa anatomía durante unos cuantos metros y dejando atrás, prendido del enrejillado, el valioso, maltrecho y aún humeante zapatito.

(Y colorín, colorado…)

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 23 de enero de 2015


SEDUCCIÓN

No era la primera vez que se veían. Pero en esa ocasión algo ocurrió entre ellos. Quizá coincidieron sus ciclos hormonales. O quizá fue la euforia reinante. O ese sugerente moño que dejaba la nuca de ella al descubierto. El caso es que pasaron la velada jugando y persiguiéndose. Insinuándose. Adivinándose. Olisqueándose e imaginando al otro. Y la noche se fue alargando, alcohólica y un tanto enloquecida. Y todo se sucedía sin llegar a realizarse. Ella coqueteaba y el le seguía el juego, pero sin atreverse a dar el paso, convencido como estaba de que se hallaba ante una de esas mujeres que esperan algo más que una desenfrenada noche de jadeos. Una de esas niñas que, en cuanto quieres darte cuenta, están sentadas a la mesa de tu madre los domingos y tratando a tus hermanas de tú a tú. Es por ello que se debatía en torno a si lanzarse o no. E iba dejando pasar el tiempo entre charlas con la peña y sorbos de gintónic, tratando de evitarla y esperando a que la fiesta terminase. Y entonces ver por dónde iban los tiros.

Pero ella se cansó de tanto alcohol y tanta incertidumbre. Cogió el abrigo y anunció su marcha. Fue repartiendo besos y sonrisas, sin dejar de mirarlo de reojo, mientras que él pensaba que si creía que iba a salir corriéndole detrás como si fuera un perro lo tenía claro.

Le tocó al fin el turno. Pero cuando ella se puso de puntillas y se acercó a su cara, lo que hizo no fue besarlo en las mejillas como al resto, sino susurrarle al oído:
“En este momento hay ciertos hombres a los que dejaría entrar en mi cama. Pero sólo uno a quien permitiría entrar en mi vida. Y te puedo asegurar que no eres tú”.

Y salió del bar, altiva y sonriente mientras él, aún estupefacto, depositaba sobre la barra el cubata a medio terminar y se escurría discretamente entre la gente, alejándose lo más posible del grupo, en dirección a la puerta.

“Voy al baño”- le dijo al primer amigo con que se cruzó.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Patricia Marino

jueves, 22 de enero de 2015



ENGAÑO

Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas;
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de donde estaba.

Cayó sobre mi espíritu la noche;
en ira y en piedad se anegó el alma...
¡y entonces comprendí por qué se llora,
y entonces comprendí por qué se mata!
(G.A. Bécquer)

Y la intuición se hace certeza. Y la zozobra rabia. Y los sollozos gritos. Y los recuerdos se empañan, y se amotinan en la noche, revolviéndose en ráfagas heladas alrededor del duelo, y no hay almohada que empape tantas lágrimas. Y soñamos con ellos. Con ellos juntos y ya no con nosotros. Y la ira se atrinchera, rebotando entre los tímpanos. Y las sienes palpitan, tórridas y burbujeantes como gotas de agua sobre planchas calientes. Y el amanecer es gris, pesado y silencioso. Sin diferencia entre vigilia y pesadilla. Y el futuro es una amalgama pestilente y farragosa sobre la que los pies se deslizan, vacilantes y absurdos, mientras flaquean las rodillas, incapaces de soportar el peso del dolor que traspasa el corazón de lado a lado, agarrotando músculos y anquilosando huesos. Y el deseo de morir, de reventar, de sentir estallar el cerebro y dispersarse sus viscosas volutas por el aire, se torna en obsesión. Y se atoran las mandíbulas, incapaces de seguir rechinando por más tiempo. Y no hay medicaciones ni consejos. Ni consuelos ni besos ni abrazos que curen la congoja. Y el tiempo se detiene y se licua, indolente clepsidra desgastada. Y la mente se estrecha y se retuerce. Y ya no existe el mundo. Sólo un frágil espacio, un averno infinito en el que el alma se diluye, envejecida y polvorienta, y aúlla, y se desgaja.
Y se entrega al vacío.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: "Weeping nude"- Munch

miércoles, 21 de enero de 2015



PUENTE DE TUDELA

Hace mil años fui farandulera. Íbamos de pueblo en pueblo con una compañía de teatro. Era la época en que todo se hacía a mano. O sea sin ordenadores. Y no teníamos pasta para pagar a técnicos, de modo que cuando había una representación salíamos de casa unas cuantas horas antes con el fin de contar con el tiempo suficiente como para montar escenarios, torres de focos y sistemas de sonido. Y de solventar las eventualidades que pudieran darse. Y que siempre se daban. Y de echarse al coleto una cerveza y un bocata. Si es que había tiempo. Que según cual fuera la gravedad de las eventualidades, a veces no lo había. Y luego subirse a un escenario. Y soltar el texto, la bilis y todos los demonios acumulados durante horas de apretar tornillos y ajustar clavijas. Y luego desmontar el chiringuito y quedarse mirando al tablado vacío, las cortinas rojas pendiendo, ridículas y a menudo polvorientas, de los laterales del escenario, y preguntarse por qué, por qué, por qué… por qué semejante paliza para nada. Y de nuevo el trabajo de cargar la furgoneta, y de meterse en los coches, reventados pero eufóricos, y comentar durante todo el trayecto los mil y un avatares sucedidos durante la jornada. Y al fin, y a lo lejos, la pétrea silueta del Corazón de Jesús (“Imaginaos- nos decía una noche, muy serio, José Mari Lafuente- que un día llegamos a Tudela y la cuidad ha desparecido, y no se ve al ´Manazas` desde lejos…”) agrandándose y tomando forma al tiempo en que se empezaban a dibujar en la negrura de la noche los halos de luz de las ordenadas farolas que se yerguen sobre el puente y que nos saludaban, enfiladas y marciales, como si fuéramos paladines que regresaban a casa tras una dura jornada en el campo de batalla.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de J Miguel Jimenez Arcos

martes, 20 de enero de 2015



BARCELONA, AÑOS VEINTE

El otro día, durante el transcurso de un encuentro con un viejo amigo (y digo viejo por la antigüedad de la amistad, que no por esa madurez que lleva de una forma tan espléndida), éste sacó de su carpeta una fotografía que yo le pedí por favor que me enviase. Se trataba del retrato que un fotógrafo barcelonés sacó a su abuela, Pilar de nombre, durante su etapa de actriz de revista. Me sorprendió esa imagen picarona de una jovencita que posaba en plan Mae West y que seguramente estaba enamorada de Rodolfo Valentino y soñaba con irse un día a América y compartir plató con el bello galán de ambiguo aspecto.

Habíamos hablado hacía unos minutos (puede que incluso un par de horas, que estas reuniones entre parlanchines nunca pueden ser gobernadas por el tiempo) de los setenta, la década en la que soñamos que seríamos capaces de cambiar la historia, los años en que fabulamos con la libertad y en que nos creímos los dueños de nuestro destino por primera vez en varias décadas. Y me surgió la pregunta, mirando a esta chavalita de aspecto divertido, de qué habría sido de este país sin él. Sin su presencia. Sin su férrea mano gobernando el timón durante casi cuarenta años. Y me pregunté también cómo lo viviría esta chiquilla. Cómo serían para ella la guerra y la posguerra, y cómo tendría, seguro, que renunciar a sus quimeras con Rodolfo Valentino cuando el frágil equilibrio del lugar donde habitaba se quebró, y todos se volvieron locos, y el teatro en el que bailaba cada noche tuvo, imagino, que cerrar sus puertas. Y ella tuvo tal vez que renegar de su pasado de artista.

Y maldije al destino por permitir que el mundo esté gobernado por dementes ególatras que se erigen en dueños de las vidas de las gentes. Y pensé en esa niña. Y en mi madre, que llegó al mundo poco antes de empezar el sinsentido. Y que no pudo elegir porque quienes ganaron decidieron quitar el libre albedrío a las mujeres. Y una vez más se apoderaron de mí la rabia y el alivio. Rabia por todos aquellos que hubieron de callar sus gritos por miedo a represalias. Y alivio por haber crecido fuera de todo eso.

Miré una vez más la imagen de la mujercita sentada sobre el diván, espléndida ante el sol de cartulina que ilumina el fondo de la sala.

“Era una gran mujer- aseguró mi amigo, guardando con mimo la foto en su carpeta- Un día de estos he de hacerle un homenaje.”

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 19 de enero de 2015



MAIKEL

La bala en la sien. El cuchillo atravesado en la garganta. La cara deformada a causa del ácido. La pierna izquierda convertida en un muñón. Las yemas de los dedos abrasadas. Una de las cuencas oculares vacía. Los dientes, escasos y ennegrecidos. Los labios violáceos. La ropa chamuscada...

Y el muy cabrón seguía moviéndose, provocativo, audaz, insinuante...

Al fondo, desdibujados bajo la luna llena, ellos, los otros, lo contemplaban estupefactos, qué resistencia, se decían, mientras recitaban una y otra vez el mismo mantra: "thriller, thriller, thriller..."

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 18 de enero de 2015




CAPERUCITA

A veces los objetos nos buscan.
Y nos hallan.
De manera casual, porque así es el destino, no sólo de las personas sino también de las cosas. Sobre todo de aquellas hechas a mano. Y con amor. 





 Esta muñeca fue primero nada. Materia gris, cerebro en movimiento. Inquietas volutas viscosas que la pergeñaron un día, esbozándola apenas, un tímido embrión surgiendo de la nada. Fue más tarde idea y luego tiza sobre el fieltro. Y pacientes y rítmicas tijeras. Y aplicadas puntadas amorosas. Y esponjoso relleno. Y lana en los cabellos. Y rubor en el rostro. Y era ya ser sin ser siquiera ella. Hasta el momento en que llegaron la falda floreada. Y la rosa en el cuello. Y el bolso de ganchillo. Y el calzado de niña. Y la capa encarnada. Y entonces tuvo nombre e historia por sí misma. Y no fue necesario nada más. Ni un cartel a sus pies, ni una chapita como las de las azafatas de congresos. Entonces ya estaba claro que se trataba de alguien especial aunque bien conocido por todos. De una luchadora que todo superó. De alguien que venció a los miedos y se internó en el bosque sin temor a las fieras. De alguien que conservó su candor y su inocencia pese a las mentiras y a los golpes. Y que aguardó el regreso de la luz desde el interior de las entrañas de la bestia que quería devorarla. Una superviviente.

Era para una amiga.

“Es única”- me dijo su creadora.

Y yo no lo dudé.

#SafeCreative Mina Cb
 Creación de El Duende del Hilo


sábado, 17 de enero de 2015



♫♪ A CASA A DESCANSAR ♪♫

Cuando volvieron a la cabaña aquella noche, la joven yacía, pálida, sobre el suelo. Su respiración era lenta y su piel estaba helada… Como la nieve. Encendieron el fuego de inmediato y la cubrieron con mantas, aún sin atreverse a moverla. Cuando al fin la muchachita volvió en sí tragó saliva, miró a sus amiguitos uno a uno, incluso a Mudito, que eludía su mirada con los ojos bajos, y musitó, temerosa:
“Tengo que deciros algo…”

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 16 de enero de 2015



DE PASO

Hoteles de paso:
pasajeras moradas donde nadie se queda,
eclécticas estancias,
absurdo mobiliario,
viejos televisores de carcasa abultada,
lámparas sin bombilla,
espejos desconchados,
enchufes renegridos,
puertas desencajadas,
ventanas que chirrían…

Hoteles de paso:
luces en la fachada, destellos desvaídos,
viajeros agotados,
menguadas billeteras,
adúlteros encuentros furtivos de don nadies,
tristes recepcionistas,
oscuras escaleras,
revistas caducadas,
café descolorido,
somieres desfondados…

Hoteles de paso:
vidas ya desgastadas de tanto ser vividas,
miradas apagadas,
amores en desuso,
olor a naftalina, melodías de hartura,
ramalazos de ausencia,
infusiones de hastío,
desdén, desesperanza,
decepción compartida…

Corazones marchitos

#SafeCreative Mina Cb
Fotografía de Mostro Amarillo

jueves, 15 de enero de 2015



ADULTOS

Acércate,
deja que te descubra,
que me empape de ti,
que te investigue,
que te busque despacio y sin palabras,
callado y distendido,
entregado y sin tiempo,
dulcemente…

Que averigüe tu cuerpo aún sin rincones
sin ayer rencoroso y polvoriento,
excitante e inédito,
un capítulo abierto, una aventura
a la cual entregarse sin reservas.

Seamos dos amantes sin pasado
y también sin futuro.
Déjame que te mire,
que te lea,
y también, por supuesto,
que te escriba…
Déjame que te siga, que te sueñe,
que imagine tu sombra,
que fabule en secreto
aunque sea imposible, improbable, indecente…

Aunque nos queme el alma.
Aunque suene ficticio…

¡Déjate de pamplinas!
Ya no somos adultos.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 14 de enero de 2015



VOLVER ATRÁS

Volver atrás…. ¡Qué pereza!
Desolvidar el olvido,
retornar lo irretornable,
revivir lo ya vivido.

Volver atrás… ¡Qué trabajo!
Desaprender lo aprendido,
remediar lo irremediable,
repartir lo ya partido.

Volver atrás… ¡Qué tortura!
Desconocer lo sabido,
refutar lo irrefutable,
resentir lo ya sentido.

Volver atrás… ¡Qué bobada!
Volver a quien ya se ha sido.
Volver… destino improbable
de aquéllos que no han salido.

#SafeCreative Mina Cb

martes, 13 de enero de 2015



ARCO, LIBRO, SAXO

Tres amores tuve
que a un cuarto mataron…
Aunque yo no supe
que lo iban matando.

Fue el primero un tipo
comprensivo y franco
que, aunque no me quiso,
me ayudó a ver claro.

Tres amores tuve
que a un cuarto mataron…
Salté de la nube
donde iba flotando.

Fue el segundo amigo,
confidente, hermano…
pero ¡ay! nunca quiso
ser mi enamorado.

Tres amores tuve
que a un cuarto mataron…
No hay nada más dulce
que un colchón de abrazos.

Fue el tercero ritmo,
coqueteo y labios,
aire fresco y limpio,
cuerpos renovados.

Tres amores tuve:
arco, libro y saxo…
Perdí la costumbre
de querer al cuarto.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Sybile Art

lunes, 12 de enero de 2015



LA PAZ

Una plácida aurora,
una ventana abierta
y el sol entrando a mares,
amarilla caricia que todo lo ilumina,
y un silencio que invade la casa,
rebotando en los muros
desnudos e impolutos
como hojas de papel
en las que todo está por reescribirse.

Y los huecos,
los espacios vacíos
que nos van sorprendiendo a cada paso:
los enormes cajones,
los desnudos percheros,
el cepillo de dientes desmayado en el vaso,
torpe aún, inestable el equilibrio…
El cubo de la ropa que no pesa,
la nevera que se ha ido vaciando,
yogures que caducan,
el pan endurecido,
el enorme sofá y el frío de la estancia…

Y el recuerdo al asalto,
y el síndrome maldito de abstinencia afectiva,
y esa densa zozobra gélida e inquietante
que nos lleva al ayer,
flashback patético, ridículo, engañoso,
persistente cordón umbilical
que ya nada sostiene,
que ya nada alimenta,
que ya nada construye…

Es costosa la paz.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de J Miguel Jimenez Arcos

domingo, 11 de enero de 2015


RESACA

Estoy como el día.
Átona.
Atónita.
Atontá.
(qué bonito es el lenguaje)
Atómica.
Aminótica.
(pasapalabra)

Creo que ya nunca volveré a ser normal.
Yo quizás pueda soportarlo, pero… ¿Y mi madre?
Soy como don Quijote. La literatura me posee y me enajena.
Y mi Dulcineo está en crisis
(hueco dice)
porque acaba de salir de una cadena de relaciones sin futuro.

Él hueco y yo chiflada. Vaya par.

Temo que necesito terapia.
De grupo.
De dúo.
De choque.

En realidad esto no es un cuento.
Es un mensaje.
Pero creo que lo copiaré y haré uno de mis cuentos de mierda.

Pd: ¿Cuánto tiempo pueden durar los efectos del alcohol en el cerebro?
Ppd: ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de mezclar alcohol con emotividad?
Pppd: ¿Potencian los dos factores anteriormente citados la adicción a la escritura que la paciente presentaba ya en etapas anteriores al ingreso en este manicomio?

Ppppd: No hay respuesta. No hay cura. No se le puede dar la absolución.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 10 de enero de 2015



BUCLES TEMPORALES

Es curioso cómo nuestros ciclos temporales se entremezclan a veces, aparentemente al menos, sin ningún sentido. Y es que en esta carretera de la vida cada uno va evolucionando según dios le da a entender, haciendo su camino día a día, sobre la marcha, en plan manual de bricolaje para torpes, de forma que cuando al fin se consigue ensamblar una pieza se desencaja la del otro lado. Y es curioso también comprobar cómo las distintas trayectorias se entrecruzan entre sí de forma caprichosa, anárquicas y descoordinadas, y sólo muy de vez en cuando se da la combinación perfecta de que dos vidas coincidan en el mismo punto del tiempo y el espacio y casi en circunstancias idénticas y este encuentro fortuito dé lugar a un momento de armonía que puede durar desde un segundo hasta una eternidad. Y así vamos marchando, entre hallazgos y desencuentros, errantes y desincronizados, cada cual arrastrando tras de sí la serpenteante retahíla de sus ires y venires, de sus luces y sus sombras, desbrujulados nómadas a la búsqueda del paraíso que se adecue al momento en que vivimos. Siempre en vilo. Siempre a la espera.
Siempre en movimiento.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de J Miguel Jimenez Arcos

viernes, 9 de enero de 2015


YA…

Te verás despegando…
se elevará tu cuerpo,
planeará en el aire,
bien abiertos los brazos,
un ave en migración.

Quedará anclado en tierra
tu vago antaño inerte,
antiguo e inservible,
caduco, gris, sin fuerzas…
Y ya no serás tú.

Llegarán a tus manos
de forma milagrosa
las notas, los acordes…
Te asaltará en la noche
el genio creador.

Te costará creerlo…
Seguirás siendo el mismo
pero a cada segundo
te estarás reinventando:
No existe vuelta atrás.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Rebecca de Cachard

miércoles, 7 de enero de 2015



HORIZONTES

Existen horizontes inmensos como vidas enteras. Horizontes longevos e inacabables que nos agrandan la vista y nos aplacan los ánimos. Horizontes abiertos e infinitos que nos hacen creer en lo intocable, y reconciliarnos con los belcebúes que nos habitan y hormiguean de noche entre los pliegues de la almohada, arrebatándonos el sueño y el descanso. Horizontes sin dios y sin destino, curvos y eternos como el porvenir del alma, calmos, silentes, casi imperceptibles. Horizontes de espuma y de lisura, de brumas y algodones, de pereza y quietud.

Existen horizontes que nunca se terminan.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Mostro Amarillo

martes, 6 de enero de 2015



EL MEJOR DE LOS REGALOS

Sus padres observaban con preocupación la reacción del pequeño ante los paquetes. Las cosas no les habían ido del todo mal, pese a la crisis, y puesto que Marcos era hijo único aquel era el primer año que el presupuesto les había dado para satisfacer todo el contenido de la carta del niño, redactada a finales de Noviembre.

Pero ahora, después de tanta búsqueda, tanto encargo y tanto preparativo, contemplaban con asombro cómo el pequeño abría los paquetes, uno tras otro, con total apatía y sin prestar la menor atención a su contenido. Se había mostrado, sin embargo, muy interesado por ira a la cabalgata, y hablar personalmente con el rey Baltasar, su favorito, para pedirle un regalo de última hora que en su momento no había incluido en la carta. Pero no hubo forma de que les contase de qué se trataba. El niño mantenía que era algo tan importante que si rompía el secreto lo mismo la promesa que el rey le había hecho no se cumplía.

A media mañana sonó el teléfono. Marcos salió como un rayo y descolgó el auricular. Era su abuela. Lloraba y reía, todo al mismo tiempo.

El abuelo había salido del hospital.

“Ya sabía yo - respondió marcos sin un atisbo de sorpresa-, que el Rey Baltasar no me fallaría.”

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Cafareles y randillas

lunes, 5 de enero de 2015



QUERIDOS REYES MAGOS

Queridos Reyes Magos:

Siento llegar tan tarde, pero entre los ensayos para la representación del festival municipal de Navidad, el cursillo de informática, el campamento de fin de semana, los deberes que me habían puesto en el cole, las obligadas visitas a la familia y el cabezón de mi padre, que se ha empeñado en pintar mi cuarto y me han exiliado al salón durante dos semanas, hasta ahora no he tenido tiempo para escribiros. Porque el sábado y el domingo, que eran los días en que ni mi padre pintaba ni yo tenía actividades programadas, nos los hemos pegado de centro comercial en centro comercial. Así que ahora me veo a pocas horas de la festividad y sin poder haber redactado la carta. Y como me temo que a estas alturas ya no quedarán existencias de los juguetes que yo pensaba pediros, lo único que quiero que me traigáis es tiempo.
Sí, tiempo.
Tiempo para ser un niño…

Sí… porque esta vida que llevo no mola nada. Me levanto al punto de la mañana de lunes a viernes para ir al cole donde me paso casi todo el día. Luego, cuando salgo, el lunes tengo alemán, el martes clarinete, el miércoles extraescolares toda la tarde, el jueves ensayo con el coro y el viernes chino. Y dos veces a la semana entrenamiento de baloncesto. Así que me dan las tantas haciendo los deberes, y luego el finde que es cuando podría descansar, pues tampoco, porque el sábado a la mañana tenemos partido con el club de minibásket y a la tarde a mis padres les gusta salir a tomar unas cañas y a cenar con sus amigos, así que nos pegamos la velada de bar en bar y yo me aburro como una ostra. Y el domingo mi padre se me lleva a andar en bici y luego de vermut con el resto de la familia, y comemos con los abuelos y para cuando llegamos a casa son las mil. Y mi madre me monta la bronca por ponerme a hacer los deberes a esas horas. Claro que si no los hago es aún peor, porque entonces quien me abronca es el tutor, que además llama a mis padres y se organiza la mundial.
Y sí, ya sé que existen las vacaciones, pero no hay forma de librarse ni de las colonias de inglés ni del campamento deportivo al inicio del verano. Y luego en agosto clases de apoyo para empezar bien el curso. Y durante la Navidad y la Semana Santa los conciertos con el coro.

En resumen: que estoy hasta el gorro. Y es que esto de ser pequeño es una faena… Te programan la agenda como si fueras un ministro y no puedes decir ni mú. Así que porfa, majestades, si veis a mis padres decidles que me lleven al parque, y que me desapunten del baloncesto, que soy muy torpe y se me ríen todos los compañeros, y que no me gusta el clarinete, que si quieren que toque un instrumento que me compren un violín o una guitarra, pero no esa flauta ridícula que me deja sin aliento. Y que me dejen en paz de vez en cuando. Que yo no quiero ser ni Gasol, ni Leo Messi. Al menos de momento. Que de momento lo único que quiero es que me dejen ser un niño, o sea jugar, ver la tele, aburrirme, comerme los mocos y aborrecer las espinacas.

Y que ya habrá tiempo para todo lo demás.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de El Rincón de Cloz

domingo, 4 de enero de 2015



TE ESCRIBIRÉ

Te escribiré una carta cada día:
rimada o no…
Y partirán palomas mensajeras...
llevando mis palabras:
ecos aéreos, voces voladoras,
libres y azules líneas en el cielo.

Te escribiré y serán al fin mis letras
(eso quisiera)
pequeños aguijones sin veneno,
inocuos alfileres
que acaben deshaciendo poco a poco
el velo que han tejido los temores.

Te escribiré, ya no por invadirte
(¡voto a bríos!)
sino para llenar espacios que la risa
abandonó hace tiempo.
Te escribiré sin más, por seducirte…
que no por atrapar tu identidad.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: "Niña escribiendo"
Mario Humberto Monasterio

sábado, 3 de enero de 2015



LA VECINITA DE ENFRENTE

Era rubita y menuda y se fijó en ella en cuanto se instaló. Ella, sin embargo, iba más a lo suyo. No era, digamos, tan vieja del visillo como él, que pasaba las horas muertas imaginando su vida, semioculto tras los cristales. Hasta que un día se decidió a abordarla e invitarla a tomar un café. Y mira por dónde, lo que son las cosas, ella le aceptó la invitación. Y desde aquel momento se hicieron inseparables. Tanto que él abandonó su piso para instalarse en el de ella ya que, aunque los dos eran propietarios, el apartamento de la chica tenía más armarios.
Él tenía las cervicales un tanto machacadas y ella le regaló un cojín anatómico para que lo utilizase cuando se tumbaba en el sofá. Y él es lo agradeció convirtiendo el almohadón en su objeto favorito.

Pero el amor se les debió de perder un día en los armarios, porque al cabo de unos meses ella le pidió que por favor recogiera sus pertenencias y se fuera. Sin una explicación. Se negó a tener ningún tipo de conversación con el muchacho y en la única ocasión en que se dignó a responder a uno de sus mensajes fue para decirle: “Te dejaste tu cojín de mierda en el sofá.” Él le contestó que pasaría a recogerlo y ella le dijo que ni se le ocurriera. Él le sugirió que se lo dejase en la cafetería del barrio que ambos frecuentaban y ella se negó de nuevo. Hasta que un día llamaron a la puerta. El empleado de una empresa de mensajería le entregó un enorme paquete a porte debido (veinte euros valía la bromita) en cuyo interior se hallaba el almohadón, envuelto entre virutas de poliespán, como si fuera un jarrón de porcelana china.
Giró la vista hacia el balcón. La vecinita había echado las persianas.

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 2 de enero de 2015



AFINANDO

Quién pudiera engancharse de las lianas
del castaño sensual de tus cabellos:
escarbar, estirarlos, despeinarte...
ver que cierras los ojos, y tu cuello
se tensa y se echa atrás, a la deriva
mientras tiemblan tus labios al encuentro
de mi boca famélica y mordiente,
despiadada y voraz, agudo anzuelo
de dientes afilados e insaciables,
caníbales arpones del deseo
que irían horadando sin descanso
cada rincón del atlas de tu cuerpo.

Quién pudiera perderse en tus sentidos,
sacar al animal que llevas dentro
y sentirlo, mis uñas en tu espalda,
aullando como lo hace un lobo en celo,
entregado y febril, ciego ante el mundo,
perdido y solo. Mío… mío entero,
ardiente, sorprendente, descarado,
desmedido y atroz, sin miramientos,
volcado en mí, vaciándose conmigo,
clavándose en mi ser hasta absorberlo…
Y luego amanecer, aún dolorida
para seguir desayunando besos.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Óleo de Marina Iborra