jueves, 31 de enero de 2019




SONETO PLEONÁSMICO

Voy a ver si me compro un buen soplete
y empiezo a flambear con entusiasmo
a tanto abusador del pleonasmo
que saca fuera y luego adentro mete:

Los que suben arriba y luego bajan
abajo, y a la inversa cuando toca,
los que se callan sin abrir la boca,
los que al no encajar bien se desencajan,

los que lo han visto con sus propios ojos,
los de la ola de frío en pleno invierno,
los que tienen los corazones rojos,
los del intemporal descanso eterno,
y los que siempre cierran el cerrojo...

Se pueden ir al más cornudo cuerno.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

miércoles, 30 de enero de 2019





Si cuando está contigo
te olvidas de mirar el móvil


entonces

es amor.



#‎SafeCreative‬ Mina Cb

martes, 29 de enero de 2019




YO, ME, MI... CONMIGO MISMA

Ese romanticismo adolescente
de ver amanecer acompañada
se va quedando poco a poco en nada
cuando la madurez se hace presente.

No negaré que mola eventualmente
una cabeza más sobre la almohada
pero, si es de manera continuada
puede volverse contraproducente.

Y es que, pasando ya de los cuarenta
empiezan a dolerte tantos huesos
que el más mínimo roce te violenta.

Y luego compartir nevera y cuenta
y primos, y alquiler, y rollos de esos:

Que no, que no... que así estoy muy contenta.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

lunes, 28 de enero de 2019




COINCIDENCIAS

Solo he copiado una vez en la vida y la cagué. Fue en primero de BUP, en un examen de botánica. No había conseguido meterme en la cabeza las características de fanerógamas y criptógamas y conseguí dejar la chuleta en el cajón de mi mesa del laboratorio. Acerté de pleno porque el tema cayó. Pero soy tan inútil que, al terminar la prueba, comprobé horrorizada que había copiado las columnas al revés, dando a las unas las propiedades de las otras y a la inversa. Así que me fui a buscar a la profe para comentarle que me había equivocado. No recuerdo si aprobé ese examen pero sí que os puedo decir que penqué las ciencias de primero a fin de curso. Y que me las llevé a segundo de recuerdo, creo.

Pero a lo que iba. Que no valgo yo para lo de la copia. Soy negada. Ni para los exámenes ni para la vida misma. Que me pongo a mentir y se me nota desde lejos; de modo que como para copiar, que es mentir pero con las ideas de otro. Así que cuando me plagian me cabreo. Y bastante además. Me cabreo porque no lo entiendo. Y eso que soy consciente de que nadie tiene el patrimonio de una idea. Es más, cuando alguien me dice que se le ha ocurrido algo genial yo suelo contestarle que seguro que alguna persona en cualquier parte del mundo ha tenido esa ocurrencia. Y es que somos muchos, oiga. Y el cerebro humano es un no parar.

Yo escribo. Mayormente y hasta con resignación. De vez en cuando, si se me va la mano con las birras, canto en público y luego estoy varias semanas sin aparecer por el local donde lo he hecho. Y no me encierro en casa porque a estas alturas ya me da lo mismo todo. Pero me jode meterme en terreno ajeno cuando hay gente capaz de hacerlo muchísimo mejor que yo. Hace años intentaron enseñarme a tocar la guitarra y no hubo forma. Dibujo como un niño de jardín de infancia y en cuanto a la escultura, en fin... ni pelotas de barro soy capaz de hacer. Así que ni lo intento. Yo a lo mío: la tecla y el bolígrafo. Y recitar, que lo hago medio bien. Del resto escapo como de la peste, que ya tiene doctores la santa madre iglesia para las disciplinas que a mí se me atragantan. Y es que soy de las que piensan que, si te pones, te pones para hacerlo bien o no te pones. Aunque respeto a quienes se lanzan a la aventura con espíritu renacentista y tratan de darle a todo. Y componen, cantan, dibujan, escriben y tornean jarrones de cerámica vidriada. Me mola esa actitud ante la vida; esa falta de pudor que hace que nada se les antoje grande.

Pero es que yo para eso soy muy timorata: lo que hago lo hago bien o no lo hago. Y a veces sale solo y otras me cuesta más. Y me estrujo las meninges para ser capaz de dar con esa idea que es exactamente lo que quiero transmitir. Con esa y no con otra. Y agito las palabras como en una coctelera, y voy catando para remover de nuevo si no me gusta el resultado. Y a veces agito tanto que al final me emborracho y dejo el combinado un poco a los antojos del azar. Y a veces ni me gusta, pero es que ya no soy capaz de discernir lo bueno de lo malo. Y a veces queda cutre y otras no: toco la tecla buena y zas... milagro: sale la idea que yo quiero. Y lo mejor es que los demás la captan. Y les gusta. Tanto que a veces agarran mis palabras y las vuelven a meter en la coctelera, y vierten en el vaso un texto como el mío pero diferente. Diferente en el sentido de que dice lo mismo de otro modo. Pero como el mío en el sentido de que las coincidencias son tales que rebasan los límites de lo sobrenatural.

Y eso me cabrea.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

sábado, 26 de enero de 2019




La felicidad es un terreno deslizante
por el que a veces vamos tan aprisa

que la pista se acaba

antes de que tengamos tiempo de frenar.




#‎SafeCreative‬ Mina Cb

viernes, 25 de enero de 2019




A veces echo el ojo por aquí y os veo. De vez en cuando, porque soy de las que piensan que la vida transcurre más allá de la pantalla. Miro las estadísticas y flipo. Con las cifras y con quienes las generan. Me encuentro con gente de lugares a los que nunca iré. Del otro lado del océano. Y de puntos del país en los cuales no tengo referencias. Supongo que es el tema vírico, que llaman: que alguien me ve a través de otra persona que me ha visto y que a su vez me ha visto a través de otra persona que ha llegado hasta mí a través de alguien conocido. O no.

El caso es que me asombro. De los 3700 y pico y de lo diferentes que son los unos de los otros. Y me doy cuenta de que algunos son de aquí, del sitio en el que vivo, y ni siquiera los conozco. Es como si hubiera una especie de cordón umbilical que me une a ellos cada día. O de vez en cuando. Y a veces me los tropiezo por la vida y me lo dicen. Y me quedo pasmada; sobre todo al cerciorarme de lo distintos que son de mí; ojeo sus perfiles y veo que no tienen nada que ver conmigo y me pregunto que por qué sin obtener respuesta. Y me acuerdo una vez más de aquella noche en que un buen amigo, virtuoso de la música, me dijo que lo de tocar varios instrumentos, coordinar a los técnicos y músicos y saludar al público que pasaba por delante, todo al mismo tiempo, no era cosa suya, sino de una parte de su corteza cerebral.

En fin; que sea como sea quiero aprovechar esta ventana para dar las gracias a todas las personitas que dedican, de cuando en cuando o a diario, unos minutos de su tiempo en ver qué se me ha pasado hoy por la cabeza.

Os juro que es genial.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

jueves, 24 de enero de 2019




DEL PINCHO LEGENDARIO AL PINCHOPOTE

Tengo la edad suficiente como para haber conocido los tiempos del pincho legendario, o sea esos platillos que se mostraban sobre las barras sin vitrina de los bares y en los que descansaban algunas viandas simples que iban desde las rabanetas, las patatas asadas o las mini ensaladas de apio y olivas verdes hasta las socorridas gildas, pasando por todo tipo de encurtidos ensartados en un palillo plano y terminando con el clásico medio huevo duro coronado por una aceituna, a veces rodeada de su anchoa. Ah, y los boquerones en vinagre o estiracuellos, que se maceraban directamente en crudo, sin necesidad de congelarlos porque entonces aún no había llegado el anasakis. Y ya, si uno tenía algo más de gazuza, era casi obligatorio recurrir al pincho de tortilla. No había otra. Eso y las gabardinas y calamares, que eran más cosa de ración y de domingo. Y que se hacían con sifón para ahuecar la pasta. Eso y el tinto de Gonzalo. Ni viuras ni garnachas ni ná de ná. Cero imaginación.

Hasta que el José Luis abrió en el Muro su garito y el panorama se animó. Y es que su barra, surtida de todo tipo de pinchos fríos y calientes protegidos por una vitrina siempre insuficiente, se convirtió en el paraíso del morrudo (gourmet se dice ahora). Y a partir de entonces, la hora del vermut ya no fue lo mismo. De hecho, y al menos para mi gusto, esa fue la mejor época del pincho; porque a partir de entonces y con el tema de la nouvelle cuisine y los programas de la tele la cosa se nos empezó a ir de las manos y el terreno de la pequeña gastronomía se fue convirtiendo en un rosario de variopintas delicatessen que, casi de manera invariable, van regadas por un chorrotón de vinagre de Módena. condimento que odio casi tanto como la antaño omnipresente mayonesa, pero que es más difícil que la misma de retirar del alimento.

Ahora ya nadie tiene rabanetas. Ni pedazos de apio. Ni medios huevos boca abajo con la aceituna encima. Solo quedan las gildas, pero reinventadas, que te las sirven ensartadas en un palillo tan largo que luego te puedes hacer con él un moño japonés. Pero esto mola, todo hay que decirlo. Y más desde que se ha inventado el pinchopote, vas a comparar. Esto es calidad y no lo de antes... si hasta existe una opción vegano-vegetariana en el bar de la Guarra... aunque claro, tengo que confesar que algunas veces, cuando me junto con mi cuadrilla de toda la vida, nos gusta recordar aquellos tiempos en que los sábados a la tarde recorríamos de abajo a arriba el tubo alternando en bares que olían a vinagre, fumando, riendo y contemplando los minúsculos bodegones vegetales que menudeaban por las barras para, a última hora, lanzarnos sobre el pincho de tortilla, los bocatas del Escudo o a las suculentas bravas que preparaban en el Txamboli.

Tempus fugit...

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

La autora de este texto quiere dejar constancia de no haber recibido ningún tipo de compensación por parte de los locales mencionados. Que estamos aquí por afición y no por el parné.😁

miércoles, 23 de enero de 2019




HASTA QUE LA PASTA NOS SEPARE


A ver... que esto del Iglesias y el Errejón no es nada nuevo. Y que pasa hasta en las mejores familias. Incluso entre las de los hiper mega rojeras revolucionarios que alucinas. Que, si cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana, cuando quien entra es la riqueza (o el poder, que van un poco en plan gallina y huevo, a ver quién llegó antes) saltan el amor, la amistad y hasta los piños. Que no hay cosa que envenene más una relación que el vil metal o el a ver quién manda aquí. Y si no, que se lo pregunten a los abogados, que amontonan en los archivos de sus bufetes montañas de dossiers sobre casos de amigos de toda la vida que montaron una sociedad empresarial y se jodió el invento. Que listos hay por todo. Y tontos. Y si pones a un tonto y un listo juntos mal... pero si pones a dos listos aún peor porque la bronca está servida. Será cuestión de tiempo que los fraternales lazos se conviertan en sogas que enrollar en torno al cuello del otro. Y si no, solo hay que echar un vistazo a la historia del rock y comprobar cuántas grandes bandas se fueron a la mierda por un quítame allá esos egos. Y si solo eran colegas pues a ver... se disuelve el invento y a otra cosa mariposa, aunque luego te pegues la vida en plan ni contigo ni sin ti, echando mano del otro para montar revivals cuando la pasta se os acabe; pero si te pasa como a los Gallagher lo tienes chungo y medio, porque el otro es tu hermano y vas a tener que seguir viéndolo en los funerales y en las bodas. Y luego está lo de las madres, que siempre andan preocupadas y tratando de reconciliar a los hijos que se llevan mal. Y, claro, si aún encima de la presión de los fans y los conflictos con el mánager y los pollos con el abogado ya tienes a tu vieja calentándote la cabeza todo el tiempo lo mismo la cosa termina en asesinato y no en separación.

En fin, lo dicho; que nada es para siempre: ni el amor, ni la amistad, ni siquiera las chirucas, que se acaban empapando en cuanto se les pasa el goretex. Y las diferencias que hoy nos unen, nos complementan y nos hacen creativos se convertirán mañana, cuando nuestra creatividad dé esos frutos de su papi y de su mami, en los cuchillos que nos lanzaremos, apostados tras un árbol, hinchados nuestros egos cual globo de helio en nochevieja y absolutamente convencidos de estar en posesión de la verdad.... como en el caso de los Gallagher.

Solo que a estos la paga no se la dan los Presupuestos Generales del Estado sino su mamá.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

martes, 22 de enero de 2019




EL VERSO MORTAL

Sé que mis versos no han de hacer historia
ni han de memorizarse en una escuela
pues soy más que poeta, poetuela,
y no espero quedar en la memoria.

Hay cientos, miles, puede que millones
de vates que merecen ser leyenda:
lo sé desde que estoy en esta tienda
del ego y las segundas ediciones.

Me conformo, al final, igual que un loco
con soltar mi delirio, en verso o prosa,
para evitar que se me vaya el coco.

Y si encima, lo entiendes y te toco
la fibra, y te emocionas con la cosa
somos dos los felices... que no es poco.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

lunes, 21 de enero de 2019





DROGA EN LA BEBIDA

Sé que no se está muy bien visto bromear con estos temas pero es que tengo una amiga que está emparanoiada con que en determinados garitos le echan droga en la bebida. De hecho, no es difícil verla agarrada al vaso como si fuera el churro de un aprendiz de nadador mientras los presuntos delincuentes revolotean por los alrededores. Y reconozco que tal vez no le falte razón puesto que alguna vez yo he salido de uno de esos antros en un estado que no tenía nada que ver con el número de cervezas ingeridas, pero más que a otro tipo de circunstancias suelo achacarlo a cómo te pille el cuerpo o a esa manía mía de olvidarme de comer cuando se me hace tarde.

Pero a lo que vamos: que yo, de ser un pervertido de esos que drogan a las tías para beneficiárselas (caro vicio al precio que va la mercancía), no lo haría, desde luego, con mi amiga... y no porque sea fea, sino porque es una valquiria que lo flipas y al pobre desgraciado a quien se le ocurriera tener con ella algún tipo de relación libidinosa y no haberla dopado lo bastante como para provocarle amnesia, se iba a encontrar al día siguiente con una ensalada de hostias tal que le iba a quitar las ganas de andar metiendo cualquier sustancia en vaso ajeno.

Y me consta que mi amiga no es la única.

(capaz de lo de la ensalada de hostias digo)

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

domingo, 20 de enero de 2019





Saber cerrar la puerta

y seguir adelante
sin pena
ni reproches

sin buscar responsables
ni respuestas.

Otorgar al pasado 
el lugar que merece en la memoria

y abrirse al nuevo tiempo

dejando atrás un mundo que habitamos
en un momento dado

y en el que fuimos tan felices
que sería un delito

(perdida ya la magia)

permanecer en él.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 19 de enero de 2019






HABLAR DE LAS QUE VIVEN


"Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti 
que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño 
hoy vas a comprender 
que el miedo se puede romper con un solo portazo." 

Bebe




Son siete ya y apenas ha empezado el año. Siete mujeres que se equivocaron al elegir. Que confiaron en la persona equivocada. Siete mujeres que seguramente en un momento dado quisieron huir. Y tal vez lo hicieron, pero ni la justicia ni las fuerzas de seguridad dan para proteger a cada mujer amenazada. Y de poco sirve el empoderamiento cuando convives con un animal que te mantiene enjaulada en la prisión del miedo. De poco sirven los consejos de las amigas cuando la víctima no quiere ver la realidad. Y de poco sirven las noches en blanco de los vecinos al oír los golpes, que no avisan a la policía porque “no es cosa suya”.

Y luego, lo de siempre: el arrebato y la última paliza. O el asesinato a sangre fría y después la confesión y hasta el suicidio. El suicidio siempre después, para añadir a la historia un tinte romántico en plan Romeo y Julieta.

Van siete y serán más. Y aumentarán mientras la sociedad no cambie sus esquemas. Y esta manía nuestra de quejarnos, de salir a la calle gritando que no queremos ni una menos, no las ayuda. A ellas digo. Porque este envalentonamiento nuestro pone en guardia a la fiera. Y asegura los anclajes de la jaula. Porque a él no va a pasarle. No lo va a consentir. No va a dejar que su mujer se deje convencer por esa pandilla de locas del coño vestidas de morado que se echan a la calle cada vez que una de ellas muere. No quiere ni pensarlo. Su mujer no es así. No es de esas. Es como debe ser una mujer: sumisa y femenina. Que si Dios creó primero al hombre lo haría por algo, faltaría más.

Y esto ya no se cambia. Las mentes digo. Los tipos que piensan que la mujer les pertenece. Y que, por tanto, pueden hacer con ella lo que quieran. Matarla incluso. Eso ya no se cambia porque va con uno, como el color de los ojos, la talla del zapato o la estatura. Y tiene mal arreglo. La educación, supongo. Pero en hombres hechos y derechos llega tarde. Otra cosa son los niños. Y los adolescentes, que algunos parece que nos vienen un poco en plan Manolo Escobar con lo de la minifalda. Y el puto móvil, que es la herramienta de control favorita del macho dominante. Y las niñas, que lo ven tan normal algunas veces. Porque piensan que es amor. Y, para cuando quieren darse cuenta, ya han entrado en la jaula y se han convertido en aspirantes a la inexistencia.

¿Qué hacer ante esto?

Pues bien; el otro día, escuchando una canción de Bebe, un buen amigo me decía que debería hablarse más de mujeres como ella: de las que se atreven y les sale bien. Aunque no sean famosas. De las que han sufrido lo indecible y un día han decidido jugarse el todo por el todo y han abandonado al animal, anteponiendo la dignidad al miedo. Y les ha funcionado. De las que han tenido que buscar un curro a la aventura a los cincuentaytantos. De las que han empezado a vestirse como les da la gana más allá de los cuarenta. De las que han pasado de llorar en silencio a llenar las calles con sus gritos.

De esas debería hablarse.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

viernes, 18 de enero de 2019




El niño chico duerme:
se lo tragó la tierra.

Llora el pueblo.

La luna baña el campo

y gimen las poleas. 



Mientras tanto

resiste la esperanza.




#‎SafeCreative‬ Mina Cb

jueves, 17 de enero de 2019




Me gusta imaginarlo:

cerrar los ojos y dejar
que las ideas vuelen

y se intuya el deseo

y se vacíe el cerebro poco a poco

y todo sea azul

y voladizo.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

martes, 15 de enero de 2019




LA BUFANDA

En el trastero de su mente se amontonaban, desordenados, los recuerdos de aquella media vida con él. Le parecía increíble. Años de verlo a diario, a cada momento; años de llorar juntos, de luchar juntos, de enfrentarse juntos contra tantas cosas...
Habían sido ellos dos y el mundo, solos ante el peligro, rebeldes con causa, inermes e indefensos ante una sociedad blindada, sólida como los cimientos de un rascacielos. Habían sufrido y reído; se habían emborrachado de alegría y habían llorado, abrazados, juntos, de impotencia.
Cuándo comenzó a sentirse sola era un enigma. En aquel tropel de vivencias había algún momento, una circunstancia en concreto, que había roto las fibras del cordel, y a partir de ahí, como en una bufanda hecha a mano, todo el tejido había ido destrenzándose, y ahora entre ellos quedaba sólo un largo, interminable cordón umbilical de lana ondulada que, por mucho que estirasen, nunca recuperaría su textura original.
En el baúl de los sentimientos guardaba demasiadas cosas. Su alma de mujer condenada a la soledad y al desencanto se había ido desvelando poco a poco, mes a mes y día a día, entre los muros del pequeño apartamento que desde hacía algunos meses simplemente compartían. 
Cuándo se acabó el amor era un misterio. Un buen día se miró en el espejo del pasado y se vio a sí misma deslizando en su dedo un anillo dorado y pronunciando una frase en la que nunca había creído:

“Durante todos los días de mi vida”

Y ahora sólo podía recordar su cara de pasmo cuando se lo dijo: “Quiero dejarlo”. Y él, fuera de juego, como siempre últimamente, en otra onda, que tampoco era para tanto, que todo tenía solución. Y ella intentando explicarle la metáfora de la bufanda. Pero claro, él nunca había hecho punto. 

Quizá por eso no pudo comprenderla.

#SafeCreative Mina Cb