miércoles, 30 de noviembre de 2016

 



LISBOA

Lisboa tiene el color de los lienzos de Chagall: azul oscuro, gris difuminado y amarillo desvaído. Es una cuidad en la que el tiempo se detuvo antes de Maastricht, del euro y de la amenaza terrorista. Un lugar al que huir sin planos ni wifi. Ni siquiera palabras para preguntar en dónde estamos. Una cuidad que te deja mudo de asombro y de admiración. Que te pone en tu sitio y te devuelve al tiempo de la calma y el respeto hacia los otros, de los comercios que cierran a una hora razonable, de los bares en los que el camarero se acerca a la mesa y pregunta al cliente, con una amble sonrisa, si todo está bien para que entienda que ha llegado la hora de irse a casa. Es piedra y humedad en las paredes, brillante adoquín desordenado, colorida tesela narradora, muestrario inacabable de pieles y miradas, babel de músicas y acentos, de cabezas afro y chavales con moñito, calmo paseo de ancianas con bolso y zapatos de tacón cuadrado, inacabable romería de turistas hechizados por la magia de su azulejado barrio alto, nutrido zoco occidental de telas, dulces y conservas que nos miran desde los escaparates de añejos establecimientos de grandes cristaleras y recios mostradores.
Es tantas cosas que uno ha de vivirla desde la retina, sin malgastar un instante en intentar atrapar en un objetivo su belleza, atento a todo, sin otro propósito que el de bebérsela entera con los ojos, sin pestañear, sin distraerse, con devoción y entrega, del mismo modo que se contempla una puesta de sol o el vuelo de una mariposa: con la convicción de que, al menor descuido, podemos perdernos cualquiera de esos matices que la convierten en la cuidad en que uno quisiera quedarse para siempre.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Jose Antonio Tantos Montejo

martes, 29 de noviembre de 2016

 


 LA TIERRA PROMETIDA

Abandonaron el aeropuerto entre sollozos tras ver cómo era engullida por el pasillo siguiente al control de seguridad. El pequeño quedaba rezagado, la vista atrás, resistiéndose a seguir al grupo y sin entender muy bien el por qué de tanta congoja.

“Falta mamá”- protestó, cuando uno de los adultos lo tomó en brazos para llevarlo al coche.

El trayecto de vuelta fue una nueva sucesión de lágrimas y gimoteos. Una vez ante la casa, el padre abrió la puerta y el chiquillo entró de estampida, recorriendo las paupérrimas estancias una a una al grito de “¡Mamá, mamá, ya estamos aquí!” mientras la madre, el corazón partido en dos, surcaba el cielo rumbo a la tierra prometida.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 28 de noviembre de 2016

 


BUCEANDO EN LA SUPERFICIE

Soy un borroso papel
buceando en la superficie
de un corazón que me dice
que no sueñe lo de ayer.

Vivo y me dejo la piel
amando con cicatrices
sin finales con perdices
ni zapatos en los pies.

No he de llegar a princesa
con tan simples ambiciones
y tan escasa conciencia.

Me basta con los colores
de esta vida que me obsequia
con abrazos y canciones.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 27 de noviembre de 2016

 


MIAU

Mi gato es mi paño de lágrimas. El cofre donde escondo mis secretos. El asiduo voyeur de mis idas y venidas veraniegas en pelota picada. El silencioso testigo de los acompañantes que a veces traigo a casa. El peor de los críticos para con las compañías engañosas. El más fiel refugio de mis lágrimas. El cálido sultán de mi alma y de mi intimidad. Mi gato no sabe arreglar desconchados ni entiende de la rentabilidad de los planes de pensiones. No me dice que estoy muy guapa antes de salir. No me espera por la noche con una tortilla de patatas en la mesa. Pero tampoco me reprocha nada. Ni me exige imposibles. Ni exclusividad. Ni amor eterno. Simplemente está ahí, mullido y entrañable, venturoso felino ignorante de su esencia mortal

#SafeCreative Mina Cb
 



… ET LABORA

Un país

que pasa media vida recluido

muerto de hambre
con ganas de mear
y bostezando

en tediosas e inacabables reuniones
en las cuales
se debate con fervor
la materia del sexo de los ángeles

en vez
de aprovechar la jornada laboral en condiciones
no ha de llegar muy lejos.

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 25 de noviembre de 2016

 



THE SHOW MUST GOES ON

Terminaba el 91 y España se afanaba en preparar los fastos del año de gloria cuando nos sorprendió el fallecimiento de la Reina. Era invierno y las últimas imágenes nos mostraban a un Mercury vencido y cadavérico que dejaba como testamento “The show must go on”, un tema que se daba de narices contra toda aquella moralina que envolvió a su enfermedad y más tarde a su muerte, anunciando que la recién llegada plaga no era sino un castigo que Dios, como hizo antaño, enviaba a los perversos sodomitas.
Pero de nada sirvió. Ni la satanización del mal ni esa inyección de miedo que a todos nos metieron y que acabó de forma radical con la liberalidad de costumbres hasta entonces imperante. El sexo, la droga y el roncanrol son tres sustancias demasiado atractivas y excitantes como para que la muerte, presente por otra parte en la vida de cualquiera de nosotros, pueda hacerlas desaparecer de la mente de la humanidad.
Mercury, eso sí, fue el primero que nos puso los pies en la tierra en cuanto a que estas cosas le pasan a cualquiera. Y que nada puede hacerse cuando la fatalidad te toca el hombro y te dice “Tú y ahora”. Y que adiós muy buenas y con lo vivido que te quedas. Se oyó y se leyó mucho acerca del cantante. Incluso en la era pre-redes sociales circuló por ahí un power point que narraba la historia de un niño que descubría durante la adolescencia a un amor que lo acabaría llevando a la tumba. Al término del documento, de una ñoñería prediabética, se desvelaba la identidad de (la) niña de los ojos de Alfredito: la cocaína. De este modo, una vez más algún listillo amigo de difundir buenas costumbres trataba de demonizar a su majestad el rock and roll sin saber que, ni era el primero en intentarlo, ni había exorcista en el mundo capaz de despojar a la música de su pecaminosidad.

Tuvo la osadía de saber cantar. Y muy bien además. De tocar el piano, que es algo que no le pega nada a una estrella del pop. De hacer rock sinfónico, que se supone que debería haber puesto los pelos de punta a los más duros. De atreverse con la Caballé, que tendría que haber sido demasiado pija para un tipo como él. De disfrazarse en escena de reina, siendo hijo de la Gran Bretaña. Y de reconocer, confesar y hasta exhibir su homosexualidad del mismo modo que otros artistas se jactan de su faceta donjuanesca.
No creo (y esto es una opinión personal) que en los últimos momentos se arrepintiera, como dicen algunos, de todos los “errores” cometidos. Ni creo que se lamentase de haber vivido con tanta intensidad como para agotar, en solo 45 años, el bagaje existencial que el resto no acumularíamos ni en varias vidas. Prefiero pensar que partió con la cabeza alta, consciente de haber pagado el elevado precio que la fama le había exigido y que él aceptó, sin titubeos, el día que decidió entregar al mundo su talento.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 24 de noviembre de 2016

 


 MAL DE OJO

Me da que en la penúltima semana
me ha mirado algún tuerto de reojo:
planta que veo, planta que desojo,
príncipe que me ve, príncipe rana.

Me levanto feliz por la mañana
pinte en el calendario negro o rojo
y aún mostrándome esquiva ante el enojo
siempre hay alguien jodiendo la marrana.

Pues que sepáis, cenizos del carajo
que no vais a amargarme la existencia
con tanta tontería y golpe bajo.

Que aunque curren las meigas a destajo
no he de mostrarles sino indiferencia:
tengo salud, amigos y trabajo.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 23 de noviembre de 2016

 



ATOLLADERO

Es tan fácil que a veces
se convierte en algo casi previsible...

Y el muro gana ladrillos
día a día,
letra a letra,
renglón a renglón...

Y ya no es suficiente.

Nada es suficiente.

Se cierran puertas y la luz se tamiza,
difusa, inconsistente...

Y todo es parecido:
como una relación que aburre
de puro rutinaria

y exige

la inútil visita al terapeuta
y ese incómodo análisis
de los pros y los contras
(cada uno en un lado:
columnas paralelas)
que nos ponen delante
la cruda realidad.

Ya no somos los mismos.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: "Reptiles", de Escher





martes, 22 de noviembre de 2016

 



GRIS

No podía creérmelo. Cuando me he levantado esta mañana todo parecía en orden. En fin, un otoño de estos raros en plan efecto invernadero de juliembre, con hojas en los árboles y rayadicas de sol que entran ganas de ponerse el monokini algunos días y una niebla que esto parece el Soho londinense otros, pero lo normal en esta época de poluciones y cambios climáticos y gobiernos que se pasan el protocolo de Kioto por el forro del fondo monetario.
Así que me he desayunado un puñado de pericas sanjuaneras, que aún están cojonudas porque no hace frío (o lo mismo son almerienses o venezolanas, o hasta chinas traídas en la bodega de un barco de estraperlo) y un café cargadico con un par de cafareles y allá que me he ido, a darle a la zapatilla por la ruta del colesterol que tengo más a mano. Pero cuál ha sido mi sorpresa cuando al salir por el arco de la vía, ese que está junto a la Magdalena, me veo un espectáculo de secuela de Blade Runner... el puente gris, el río como de mercurio y los árboles blancos, no en plan nevada de película yanki, sino más bien como en la cencellada aquella del dos mil y poco, que se pegó el campo cubierto de rosada más de una semana. Y me digo, ya está, ya están aquí... esas señales que había pintadas en el suelo hace unos meses en color fosforescente, que yo avisé de que eran los marcianos que iban dejando pistas para la invasión, y hasta publiqué un cuento pero nadie me hizo caso... Claro que no había evidencias de una posible colonización, o sea que el móvil funcionaba, que digo yo que si tú eres un extraterrestre con dos dedos de frente y te pones a invadir, lo primero que haces es inhabilitar los satélites para que no lleguen señales de alarma al exterior, que yo estoy segura de que los de la Nasa, que son tan listos ellos, tienen ya alguna conexión interplanetaria para que alguien venga a defendernos si se diera el caso, o incluso para poner pies en polvorosa y emigrar a otro sistema si la cosa se pone chunga de verdad. Y claro, al pensar en la Nasa me ha venido a la cabeza el Donald Trump ese, que es como su tocayo el pato de inconsciente pero que además tiene el botón de la bomba nuclear. Y me digo, vaya, ya se ha pillao el pavo este un ciego de Budweiser, se le ha aflojado el pulgar y le ha dado al botón y estamos poseídos por la radioactividad. Y yo me he acordado de mi gato, el pobre, que lo había dejado en el balcón porque hacía bueno, y de su insuficiencia renal, y de todas esas chorradas que te pueden venir a la cabeza cuando sientes que te queda menos que a Piolín en una peli de los Gremlins. Y de repente he visto a un loco por ahí con una cámara de fotos, gesticulando como un mago entre el paisaje y luego alejándose para tantear el encuadre, y volviendo a bracear porque un árbol se le había quedado un poco verde, y encuadrando otra vez, y así todo el rato. Y me he acercado y le he dicho que si no era un poco mayor para andar por ahí engriseciendo el medio ambiente, y que me había dado un susto de muerte, y que por qué no podía pasar su tiempo libre mandando mensajes chorras por el móvil y saturando los buzones de los grupos de whatssap como hacen la mayoría de los gilipollas que se aburren. Y él ha dado media vuelta y, sin mediar palabra, me ha enfocado con el objetivo...

Y al llegar a casa he descubierto que yo también soy gris.

#SafeCreative Mina Cb
Foto de Jose Miguel Jimenez Arcos

lunes, 21 de noviembre de 2016

 


 LO QUE HAY

Soy poeta de rima y sentimiento,
de verso en decasílabo y amante,
de métrica cantora y consonante
desprovista de gran conocimiento.

Soy asidua del género del cuento
que, aún no siendo materia relevante,
permite recrear a cada instante
la realidad cambiando el argumento.

Mas parece que de un tiempo esta parte
lo clásico es trivial e inconveniente
y sólo de protesta se usa el arte.

Y aunque puede que peque de inocente
seguiré siendo fiel al estandarte
que usa la sencillez de referente.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 20 de noviembre de 2016

 



“D” DE DOMINGO

Oscuros y tediosos,
interminables,
llenos de preguntas y de remordimientos,
de tentaciones de suicidio emocional,
de cortinas cerradas
y cuerpos que se quedan
atrapados entre los muelles del sofá,
de mantas que te dejan los pies fríos,
de pelis repetidas
que evocan el pasado y te provocan ganas de llorar,
de mensajes que el corazón espera
y el móvil no recibe,
de hastío en solitario y de nostalgia.

Así son los domingos
de la sucia estación del desamor.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 19 de noviembre de 2016

 



NOS

Te veo.
Me gustas.
Te giras.
Me acerco.

Charlamos.

Me hueles.
Te excito.
Me rozas.
Te beso.

Huimos.

Te araño.
Me muerdes.
Te abrazas.
Me cuelgo.

Caemos.

Me buscas.
Te invito.
Me invades.
Te acepto.

Latimos.

Te atrapo.
Me embistes.
Te paras.
Me aferro.

Gritamos.

Me extingo.
Te apagas.
Me aflojas.
Te suelto.

Nos vamos.

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 18 de noviembre de 2016

 


Llueve y yo me deslizo
de lo pleno a lo plano.

Circulean,
erráticos y torpes en mi estómago
los moribundos lepidópteros
que no hace muchos días jugueteaban,
chispeantes y vistosos
alterando mis ritmos hormonales,
fundiéndose en un tris la batería de mi móvil
...
coloreando el lúgubre escenario
de este incipiente otoño de luces recortadas
y terrazas vacías.

Me parece que voy necesitando
un cierre por reformas.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 17 de noviembre de 2016

 


EN CARTEL

Esa tendencia que algunos tenemos a echar el ojo en el peor de los lugares. La conocí durante una gira. Era la mujer del empresario del teatro en el que actuábamos durante dos meses. Y tenía edad de ser mi madre. Me habían prevenido de su reputación de vampiresa pero no me pude resistir. Antes del tercer día ya éramos amantes. No sé que vio en mí pero se enamoró. Me consta. Dicen quienes la conocen que jamás la habían visto así. Pero ni de coña abandona a su marido. Antes muerta. Él es un pez gordo del negocio. Y además me aprecia. Sobre todo desde que sabe que además de actor soy escritor. Incluso me he atrevido a mostrarle mi último proyecto: una historia inspirada en el mito del Graduado; el joven inexperto que se enamora de la mujer madura. Un drama bastante tórrido, con mucho beso y mucho toqueteo, de los que llenan los teatros, dice. En mi compañía me han buscado un sustituto. Me quedo aquí. Montaremos la obra y la estrenaremos en Enero. Ella, por supuesto, será la protagonista. Y yo interpretaré al amante.

A ver lo que aguantamos en cartel.

#SafeCreative Mina Cb


miércoles, 16 de noviembre de 2016

 


 EL ESPÍRITU DEL OTOÑO

Tienen los colores del otoño como un viso de urgencia. Una apremiante necesidad de desplegar toda la luminosidad y el colorido de la vida en unas pocas horas. De tener que condensar la belleza para transmitir en un tiempo récord todo el cromatismo y la espectacularidad que el verano puede dosificar durante más de doce horas. Una especie de angustia apresurada por sorprender a la retina y deslumbrarla, hipnotizándola y dejando suspendidos entre sus membranas todos los matices del espectro cromático, comprimiéndolos con la única finalidad de que su luz alumbre, al menos tenuemente, la creciente oscuridad que nos separa aún del próximo solsticio.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Lumina Terris

martes, 15 de noviembre de 2016

 


 SIN MIEDO

Heridos corazones:
bellos y frágiles como la luz del arco iris,
hambrientos reincidentes postrados de rodillas
aguardando el maná.

Bravas aves tullidas
de quebradizas alas y vuelo inconsistente
que lo intentan de nuevo, traviesas, saltarinas...

pese al riesgo mortal.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 14 de noviembre de 2016

 


 CARONTE

Trastea. Va y viene. Apura el cigarro y consulta la hora en el reloj de su muñeca. Las gentes observan, impacientes, a la espera de que el hacedor de los milagros se arrime a la bestia e introduzca tesoros en sus tripas. Al fin se aproxima, las llaves tintineando, se coloca ante el monstruo y comprueba la identidad de los usuarios, que van siendo engullidos, uno tras otro, por las fauces del rodante habitáculo.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 13 de noviembre de 2016

 



GMT

Son las once en el otro continente y tu recuerdo
se hace sollozo en esta paz ficticia
de la hora de la cena post meridiano Greenwich.

Duele aún, pero no con la pujanza de otros tiempos;
ese chirrido frío que arrancaba
quejidos de las vísceras desgarrándose en dos.

Se han cumplido ya los plazos del odio y de los duelos
y ahora somos mutantes del olvido
encendiendo velas en el altar de la añoranza.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 12 de noviembre de 2016

 


 COLATERAL

El helado viento sacude las aceras, desatando nubes de polvo gris que invaden el paisaje. Caminas hacia casa, hundida la cabeza entre los hombros, aterido y veloz pero sin esperanzas. No habrá calefacción. Ni agua caliente. Ni una humeante sopa que aguarde tu llegada. Tal vez no halles a nadie. Puede que ya no exista ni tu casa y hayas de vagar sin rumbo por las calles, hollando la nieve, con lo puesto y a merced del destino, en línea recta.

El frío, dicen, mata más que la guerra.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Homs- Siria-
El pasado invierno

viernes, 11 de noviembre de 2016

 



HORMONAS

Yo no sé por qué las transiciones biológicas tienen que ser tan agresivas. Los científicos dicen que olvidamos el nacimiento debido al sufrimiento que conlleva. Y no me extraña, porque eso de pasar de un medio líquido y templadito donde te dan de comer con una sonda sin que tú tengas que hacer ningún esfuerzo y en el que no hay que currar ni ir al cole ni planchar la ropa a una atmósfera gritona y seca donde los primero que hacen en cuanto asomas la nariz es darte un guantazo y después ponerte un preservativo en la cabeza tiene que ser para crearte un trauma de por vida. Será por eso que la memoria le echa neuronas por encima y hala, lo arrincona ahí, lejos, para que no empieces el camino fundiéndote en psiquiatras el fondillo que tus papis guardan para mandarte a la universidad.

La muerte, sin embrago, dicen que es otra cosa y que no duele. Pero lo cierto es que a nadie le apetece comprobarlo. Aquellos a los que ha rondado dicen que se ve una luz blanca y celestial que hace que todos los males se esfumen. Y que uno va como flotando y que el tránsito es una especie de nirvana del que no dan ganas de salir. Y que por eso no vuelven. Y a lo mejor es cierto porque yo tengo un amigo que lo narra así. Claro que al ser culé se puede comprender por qué dio media vuelta cuando apareció la luz blanca (el chiste no es mío, ya me gustaría; se le ocurrió a un hincha de la competencia) y decidió, por fortuna, seguir entre nosotros.

Luego ya, y a nivel secundario, están los cambios relacionados con la reproducción. El primero es la llorosa y descerebrada adolescencia, que en los chicos no sé, pero lo que es en nosotras, y por mucho que se idealice, es un puñetero caos. Te empiezan a crecer cosas que antes no tenías y todo el mundo te habla de la regla, que es una cosa que en principio te parece fantástica porque los anuncios de compresas son la hostia pero que, una vez que te pasa, te das cuenta de que es mayor marrón del mundo mundial. Porque te retuerces de dolores que no se te van con nada y, además, te llega siempre cuando tienes algo trascendental entre las manos. Citas importantes sobre todo. Después el cuerpo tiende a estabilizarse y es entonces cundo empezamos con los anticonceptivos, que lo vuelven a poner todo patas arriba. Y cuando ya piensas que nada puede ser peor llega el embarazo y las hormonas se desbocan y lo que siempre te había sentado bien te sienta como un tiro, y te sube el azúcar y te baja la tensión y se te hinchan las piernas y te salen estrías y un montón de cosas más. Que piensas que van a arreglarse con el parto pero no; porque el periodo de lactancia tiende también (y nunca mejor dicho) a ser la leche, tanto física como anímicamente. Sobre todo si lo acompaña uno de esos episodios de desazón existencial en los que la mujer no se halla a sí misma ni con un gps de la Nasa.

En fin, que cuando ya los críos son mayores y tú les has cogido cariño a los bajones cíclicos y a la terapia del chocolate y los abrazos y vives feliz como una perdiz, llega la menopausia, que es como una segunda pubertad pero sabiendo que te queda menos vida; esto es, empiezan a olerte las axilas como a los quince, te pones a llorar en cualquier parte y por cualquier motivo y montas broncas sin ninguna explicación. Sólo porque sientes que el mundo ha decidido aliarse contra ti. La regla deja de venirte cuando tienes en el armatito del baño dos cajas de tampones que acabas regalando porque, al cabo de un año, piensas que ya no las vas a necesitar. Y justo cuando acabas de conocer a un tipo de lo más interesante y te dispones a escaparte con él a Nueva York una semana, y en pleno vuelo transoceánico, empiezas a sangrar como un lechón y a sudar como un beduino. Y nuevamente los planes al carajo. Lo mismito que a los quince.

¡Jodidas hormonas!

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 10 de noviembre de 2016

 



EMPATÍA

A veces
la vida construye rampas a los lados del camino
para ponernos a prueba
a través de los otros.

Trampas para autómatas
capaces de cargar el mundo a sus espaldas
y extremadamente vulnerables

sin embargo

al padecer ajeno.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 9 de noviembre de 2016

 



LOS CÉNTIMOS DEL PAN

Era rubia y tenía aspecto fatigado. Pasó por mi caja con un par de briks de leche en una mano y unas monedas en la otra. Faltaban unos céntimos y empezó a rebuscar. Yo eché mano del montoncito de níquel que reposa en un rincón, ese bote solidario en el que vamos dejando la chatarra de las vueltas del pan que unos desprecian para solventar este tipo de incidencias: gente a la que no le llega con lo suelto, cuentas casi redondas en las que hay que cambiar un billete grande por solo un par de céntimos, chavalería a la que no le abarca la paga para el paquete de dontus... en fin, cosas así.
Sonrió con tristeza y me contó algo de que estaban en la calle. La vi salir y sentarse junto a un chico. Al cabo de unos días volví a cruzármela por ahí, con él y con la misma camiseta rosa que llevaba el día de la leche.
No la he reconocido. Será la edad o este despiste mío de estar siempre en la luna de Valencia. La he saludado, como a todo el mundo (gajes del oficio) y ni siquiera me he dado cuenta de que era ella hasta que se ha acercado para recordarme lo de los céntimos dichosos. Iba limpia y peinada, con ropa de abrigo. Y ya no sonreía con tristeza. Me ha dicho que el mal trago ya se había pasado, que no estaba en la calle y que me quería dar las gracias. Yo he insistido en que se trata de una práctica habitual, una especie de “caja de resistencia”, como yo la llamo en broma, mediante la cual unos remedian a los otros. Y que es un truco de cajeras viejas para evitar en todo lo posible los descuadres al final del turno. Y que igual que yo lo hice con ella mis compañeras lo hacen a diario con decenas de personas. Y que seguro que ella también lo hubiese hecho conmigo de haberse dado el caso.

Ha vuelto a sonreír al tiempo que asentía, me ha pedido permiso para darme los besos y después de hacerlo ha dado media vuelta y me ha dejado ahí, como una boba, aguantándome las lágrimas delante del mostrador de los pescados.

#SafeCreative Mina Cb

martes, 8 de noviembre de 2016

 



HIBERNACIÓN

Lo bueno del frío es el reencuentro con el sofá y la manta. Con el pijama de felpa y las pantuflas de borreguito. Con el chocolate caliente y las castañas. Con las viejas pelis de Cary Grant y las novelas de quinientas páginas. Con la pereza matinal de los domingos. Con el placer del resol de mediodía tras el cristal de la ventana. Con el silencio de la calle cuando cae la tarde. Con el halo de las farolas fagocitando en círculos el velo de la niebla. Con el rocío esculpiendo carámbanos en los tallos de las plantas. Con el cálido tintineo de las cucharillas que alborota los cafés abarrotados. Con el recogimiento y el análisis que nos acaban por llevar, de manera prácticamente involuntaria, a descubrir parcelas de nosotros mismos que aún desconocíamos al tiempo que nos reinventamos y ponemos a cero el contador para reiniciarnos, luminosos y urgentes, al comenzar la nueva primavera.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Jose Miguel Jimenez Arcos

lunes, 7 de noviembre de 2016

 


 ÉRANSE UNA VEZ LOS DISCOS DE VINILO

Había que arañar dinero de la paga durante meses para poder comprar un disco. Y luego corrías el riesgo de que las únicas canciones decentes fueran las dos o tres que pinchaban en la radio.
Pero una vez que lo habías comprado, que lo tenías en la bolsa, que lo llevabas a tu casa, nada ni nadie podía arrancar de tu corazón a ese trozo de vinilo. Aunque fuera el peñazo más grande del mundo jamás te desprenderías de él. Porque en los 80 había dos tipos de gilipollas: los que prestaban discos y los que los devolvían.

Y es que comprarse un disco era un ritual comparable, qué se yo, a fumarse un porro o a perder la virginidad; quiero decir que no era como hoy, un aquí te pillo aquí te mato, enchufo el ordenata y de doy al download y mientras tanto me preparo un bocata calamares.
No.
Comprar un disco era un acto premeditado; era como ligar, que le echabas el ojo al tío, después lo tanteabas y por fin, cuando conseguías quedar con él, te tirabas tres horas en el baño con el secador arreglándote el flequillo para que luego lloviera y el tío resultase ser un mamarracho impresentable.

Antes de decidirte a comprar el disco tenías que haber escuchado algunas canciones por la radio, por los bares… y que te gustaran. Pero eso no era suficiente; el disco tenía que venir avalado por alguna revista de prestigio o bien haber caído en manos de un conocido que te dijera que realmente valía la pena la inversión.
Porque los discos, por mucho que a la SGAE le joda reconocerlo, antes del download valían una pasta.

El caso es que una vez decidida te presentabas en la tienda, ojeabas bien las estanterías e ibas pasando uno a uno, como las páginas de un libro de magia, todos los discos de la sección. Te fijabas en varios; te hubieras llevado hasta los pósters de las paredes. De hecho, si simplemente llevabas dinero y ninguna idea en concreto, una tienda de discos podía ser el equivalente a los actuales parques temáticos: por el precio de la entrada (esto es, del LP que al fin ibas a comprar), podías pasar el día entero mirando, disfrutando, tocando y escuchando. Porque en algunos sitios hasta te pinchaban pedacitos de canciones.
Al fin, una vez decidido en qué invertías tus ahorros del trimestre, el dependiente te colocaba una pegatina sobre la portada (discos Vellido en mi caso) y esa denominación de origen acompañaba a la carátula hasta el fin de sus días. De hecho, yo creo que el adhesivo era el mismo que se utiliza para el teflón de las sartenes, porque en más de una ocasión el disco se hallaba absolutamente rayado y la carpeta medio descuartizada y sin embargo la pegatina de discos Vellido seguía ahí, dorada, nítida y resplandeciente como el primer día. Y salías de la tienda balanceando tu bolsa, despacio, paseándote por todo para que te vieran. Porque las bolsas de las tiendas de discos dotaban de un halo especial a aquéllos que las portaban. De hecho, con ellas pasaba como con las pegatinas; existía una resistencia natural a deshacerse de las mismas; se atrincheraban en los armarios y nunca las utilizabas para otra cosa que no fuera transportar discos, como si el hecho de meter en ellas cualquier otro objeto, como por ejemplo un puñado de melocotones, fuera un sacrilegio que pudiera despojarlas de ese aura mística e intelectual.

Pero como en todas las grandes citas, lo mejor estaba todavía por llegar. Y ésto era el momento de llevarte el disco a tu habitación, sacarlo de la bolsa y mirarlo con deseo… Para después esconderlo y esperar al momento oportuno.

Y finalmente, cuando todos se iban entrabas a tu cuarto, cogías la bolsa y, con sumo cuidado, extraías de su interior la carpeta. La mirabas con deseo, recorrías con tus ojos cada rincón de la misma; la acariciabas con las yemas de los dedos, sintiendo el tacto del celofán que la envolvía y que retirabas a continuación para tocar con deleite el cartón satinado, ahuecándolo al tiempo que ladeabas ligeramente el envase a fin de que el disco se deslizara hacia afuera suave, lentamente, envuelto todavía en otra funda que retirabas con extraordinaria precaución al tiempo que formabas un ángulo recto con los dedos índice y meñique, la cavidad perfecta para albergar el diámetro del oscuro vinilo, que dejabas caer amorosamente sobre la superficie estriada del plato. Era el momento cumbre; con extrema delicadeza dirigías la manilla desde su posición inicial hasta justo encima del primero de los surcos del vinilo, la dejabas caer con suavidad….

Y el disco sonaba para ti….
Por primera vez.

#SafeCreative Mina Cb
(Extraído del blog "Bridget Jones era anglosajona y, además, de mentira")

domingo, 6 de noviembre de 2016

 


 VOLVER

Despierto con el urgente hastío de la maleta observándome, abierta, desde el suelo. No quisiera salir hoy de la cama. Me atrapan la nostalgia y la pereza al tiempo que ansío el reencuentro con calles y caras conocidas.
Me desperezo con desgana mientras voy dibujando mentalmente la ruta: el irritante trance de lograr que todo quepa en la maleta, el engorroso traslado al aeropuerto, la aventurada espera, el inquietante despegue, el azulado paseo a ras de sol y al fin la tierra, que llega turbulenta y pedregosa; luego el metro y sus túneles sombríos, y otra estación y más kilómetros, ya ya la sensación de llegar al punto de partida pero sin ser el mismo, y el trayecto atronando el barrio con las ruedecillas, y los primeros holas, y el portal y la cerraja y la escalera, y la llave girando y el sofá y el escritorio y las cortinas y los libros apilados sin orden ni concierto.

Y mi gato. Que mira desde abajo.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 5 de noviembre de 2016

 



DE ALTO TRIESGO

Hay abrazos que funden una eternidad
del mismo modo que el sol
desenblanquece las cumbres.

Hay abrazos de fuego
a través de los cuales se desatan los gritos
que el corazón reprime.

Abrazos constrictores
que desnudan la piel y la atraviesan
como hierros candentes.

Hay abrazos frenéticos, brutales,
lúbricos, indecentes, tentadores…
a los que es muy difícil poner fin.

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 4 de noviembre de 2016

 


 ESTRATEGIA

Acude siempre a la primera cita con un libro en el bolso. Al acabar la misma, y solo si la otra persona le parece interesante, se lo presta.

Y de este modo se asegura un posterior encuentro.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 3 de noviembre de 2016

 



REPTILES

Se está llenando el país
de reptiles repugnantes
que rondan a todas horas
y por todos los canales
de las radios y las teles
y que inundan el paisaje
de escupitajos verdosos,
pútridas heces fecales
y asquerosas vomitonas
de esas que luego no salen
ni echándoles salfumán
y después desinfectante.

Mucha culebra hay aquí
que se va cambiando el traje
cada vez que alguien le saca
fotos con el culo al aire.
Mucha lagarta se ve
disfrazada de Versace
que no sabe hacer la O
ni con el timón de un yate.
Mucho cocodrilo atento
a cómo quitarse el hambre
sin mancharse las escamas
ni tener que abrir las fauces.
Mucha tortuga enterrada
haciéndose la ignorante
mientras esconde los huevos
cuando no la mira nadie.
Mucha lagartija excelsa
de la bota y el regate
que amontona los millones
y escatima los modales.

Muchos camaleones veo
que no se veían antes
y que alguien está pintando
de colores reflectantes
para que no nos fijemos
en las cosas importantes.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 2 de noviembre de 2016

 



VERSOS DE OTRO PUERTO

Tengo una amiga poeta que no soy yo que anda la pobre que no se halla. Tenía un móvil que no era el mío que ya no daba más de sí el pobre... tanto archivo de audio y tanto whatsapp de los que da no sé qué borrar y al final decidió jubilarlo. Y eso que le había dado buen servicio. Y era tan chiquitín que le cabía en el bolsillo.
Así que le dijo a su sobrino, que como el mío es un águila en esto de la tecnología punta, que le pillase un aparato apañadito para poder llevar sus cosas sin tener que andar siempre pendiente del icono de “te estás quedando sin memoria” (bastante tenemos con la amenaza del Alzheimer que parece que se cierne sobre nosotras cada vez que tecleamos en el super el pin de la tarjeta) y andar por el mundo un poquito más feliz y relajada. El chaval, la verdad, se empleó a fondo y le encontró por la internete un flamante portátil nuevecito, con su estuche y sus fundas plásticas, brillante y la mar de coquetón, pequeño y manejable y muy fácil de emplear, que a mi amiga, como a mí, ya se nos van quedando un poco grandes estas cosas.

Ella estaba feliz hasta anteanoche. Había coincidido en el teatro con una conocida con la que se tomó un café salpicado de confidencias amorosas. Esas historias incomprensibles y un poco sospechosas de echar el ojo donde no se debe. Y a veces incluso lo que no es el ojo.
Intentó mandarle desde casa unas fotos del evento y al trastear por los archivos descubrió algo en lo que antes no había reparado. Una imagen perdida en la carpeta del año 2015. Febrero para ser más exactos. O sea mucho antes de que el cacharrito llegase hasta sus manos. Se quedó patidifusa. Pero ahí estaba el solitario y desafiante elemento que alguien olvidó. Algún chino, sin duda, que son los que fabrican estas cosas. Se aburriría el hombre y tomaría alguna foto. O sería del control de calidad y tendría como misión la de comprobar el funcionamiento de la cámara de fotos. Uno de esos tipos que cogen un chisme al azar de la cinta de producción y, hala, a este le toca y con este me voy a entretener.

No le dio por considerar que pudiera tratarse de uno de esos virus maquiavélicos que dicen que hacen que un chufletazo de veneno salga despedido por el altavoz y te deje cadáver en el acto. Ni tuvo en cuenta tampoco que era noche de difuntos y vete a saber qué espectral ente (que no fuera el chino) podía enviarle aquel mensaje. Simplemente abrió el archivo y ante sus ojos se desplegó la imagen de una barca en puerto con el icono del play sobre la línea del horizonte.

Un vídeo. En español. Un poema para ser más exactos. La lectura de un texto que hablaba de amores a tres bandas. Como los de la conversación mantenida con la amiga hacía un rato.

Un poema anónimo olvidado en el teléfono de una poetisa, que no soy yo, y descubierto la noche de difuntos.

Así como que tontamente.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Jose Antonio Tantos Montejo

martes, 1 de noviembre de 2016

 


DÍA DE DIFUNTOS

Te marchaste flotando en una nube de paz
y yo me quedé en tierra
desnuda de tus manos.

Tan sólo el desamor me quiebra, padre,
tan solo el desamor me desmorona.

No me desgarró el dolor entonces
(ni siquiera más tarde)
quizá por esta incapacidad mía de sentir
con otra cosa que no sean las teclas.

Fue, padre, tu trayecto un largo viaje
de hundirse en el oscuro
de la memoria estéril
y de sólo palabras al oído
y esperanzas
vanas quizás… quién sabe
de que tú me escucharas.

No pienso ahora en tu ausencia:
te soñé aquella noche en que partiste
vivo y en tu sillón,
ese que hiciste
cuando tú eras capaz de hacerlo todo
(incluso a mí)
y con esa camisa que tanto te gustaba;
aquella de color mostaza
que llevas en la foto
en la que me sujetas montada en caballito.

Cuánto me quisiste...
cuanto amor compartido,
cuantos años sin atrevernos a decir
“te quiero”
y cuántos besos y abrazos al final.

Te besé hasta saciarme
siempre con el consuelo
de que los besos no se acaban nunca,
lo mismo que el amor.

Y te dije te quiero tantas veces
que ya no creo que me queden más te quieros
para el hipotético caso
de que aparezca el hombre
que recorra a mi lado este camino...

Te abracé, te toqué,
te hablé, te acaricié…
casi hasta desgastarte
solo
(ahora lo sé)
con la finalidad
de tejer una nube de cariño
que te protegiera
(como tú lo hacías conmigo de pequeña)
de todos los fantasmas
con que pudieras cruzarte camino a la otra vida.

Esa noche, en mi sueño,
al verte ahí,
con tu camisa chillona y tus gafas de pasta,
en el sillón sobre el que no me dejabas poner los pies,
tuve al fin la certeza
de que todos los besos,
caricias,
palabras,
te quieros…
llegaron a buen puerto.

Y confirmé que hiciste lo correcto,
que hicimos lo correcto
y que la paz
te seguirá envolviendo
allá donde te encuentres.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: "Estatua de la Resurrección"
Cementerio Campos de Paz- Medellín