lunes, 31 de diciembre de 2018




LAS PUTAS CAMPANADAS

Ya sé que puedo parecer una aburrida pero la Nochevieja tampoco la celebro. Me gustaba de niña, porque mi madre compraba un cohete en el estanco de San Jaime y le prendíamos fuego en el cuarto de estar, con las luces apagadas, y salían indios de plástico y matasuegras de colores. Y olía a pólvora, que es un olor que a mí me mola mucho. Luego ya fui creciendo y empecé a salir pero tanto jaleo me agobiaba. Tanta gente y tanto beso y tanta conga de Jalisco o como se llamara... que parecía que había que emborracharse por decreto ley.

De modo que hace algunos años me apeé: de los petardos, de las uvas y de las bragas rojas. Y de ese estrés tan malsano que acompaña a la cena de fin de año. Que una noche de jolgorio y vermuteo no se puede cenar con el cronómetro en la mesa. Y luego que ya empezamos con carreras desde media tarde: que un festejo que empieza con la San Silvestre no puede acabar bien. Que eso no puede ser sano; que llegan todos a la meta echando el bofe y rojos como pimientos del piquillo. Que de ahí vienen las neumonías, y no de irse por ahí de tirantes después hasta las tantas que dicen las abuelas. No. Vienen de correr y de sudar. Y de echarse luego cuatro cañas con el estómago vacío. Que eso no tiene nada que ver con el catarro pero tampoco es bueno. Y claro, ya empezamos corriendo y luego todo va al galope: los zuritos de antes de la cena con embudo, que hay que estar en casa para las nueve y media porque entre que pones la mesa, descorchas el vino, llamas por teléfono al cuñado bandarra, que está por ahí de cañas y con el móvil apagado y al final te tienes que ir a buscarlo y te lían también a ti, llegáis a cenar borrachos y ya está el abuelo cabreado porque se le pasa la hora de la pastilla del riego, os sentáis a las diez y media largas, la sobrina se ha enchispado y os abronca, la matriarca templa los nervios y os dice que dejéis de reñir que es navidad... y para cuando quieres darte cuenta son las once y media y aún estáis con el cardo a la navarra, así que hay que engullir a toda prisa el cochinillo y dejar para mañana las cocochas y el pastel de puerros, que eso sí puede guardarse y el asado no. Y te tragas la carne casi sin masticar, que es lo que te faltaba después de la carrera, las dos cañas, los ocho vinos con el cuñado y el moscato que te ha puesto tu madre. Para entonces media familia anda en la cocina preparando las uvas. A toda hostia también, que luego las traen mal contadas y al sobrino supersticioso le han puesto trece en vez de doce y otra vez que se ha liado. Y entonces, y solo entonces, después de que el sobrino haya dado con el propietario de la uva descarriada y ya todo el mundo tenga sus doce granitos y la copa de cava vacía para llenarla en cuanto acabe el tinglado del reloj, llega lo más estresante de la noche:

Las putas campanadas.

Pero, vamos a ver... ¿A qué clase de demente se le puede ocurrir despedir y recibir al año con un acto tan angustioso? Que si los cuartos, que si la bola, que si las pepitas... Por dios, ¿es que no hemos tenido bastante con el maratón de la San Silvestre que ahora, con la tripa llena y el hígado a rebosar de transaminasas, nos tenemos que poner a coordinar mandíbula y manecilla del reloj como si nos fuese la vida en ello? ¿A nadie le ha dado por pensar que tal esfuerzo puede provocarnos un colapso? Y luego con los polvorones ahí, delante de los morros, que solo falta que te metas uno en la boca y al tiempo que te trincas las uvas recites el jesusito de mi vida. Más que nada por irte rezado si te da un infarto...

¡Vamoooosssss que hace falta ser masoca! Y después ya lo del anillo en la copa, y lo de los besos, y los nervios descorchando la botella, que más de un ojo se ha perdido así, y ese torrente de cava que parece que en vez de recibir al año nuevo acabas de ganar en Montmeló...

Y al día siguiente las cocochas, que están saladas de tanto recalentarlas. Y el pastel de puerros con la bechamel blandurria. Y la marcha Radetzky y los saltos de esquí, y la cabeza como el reactor de una central atómica. Y la pasta que te fundiste anoche haciendo el gilipollas por ahí, vestida de cabaretera y jodiéndote de frío. Con lo bien que se está en la cama.

Que no, que no... que a mí no me camelan.



#SafeCreative Mina Cb

domingo, 30 de diciembre de 2018




Quizá una tarde

cuando el sol se asemeje al infinito
y la luz enrojezca
y baile entre las nubes

y los pájaros rocen la noche con sus alas...

se desprenda la costra de tus labios

y al fin

puedas decirlo.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 29 de diciembre de 2018





Lo encontraba tan hermoso que, cuando el hada madrina le propuso convertirlo en hombre, ella suplicó volverse pájaro.



#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Sybile Art

viernes, 28 de diciembre de 2018






ESCRIBIR

Escribir
como un ejercicio solitario

lo mismo que un atleta se prepara
para la maratón

día tras día

sin saber si su esfuerzo
tendrá la recompensa deseada.

Escribir
como un vicio

como una manía incorregible
como una ineludible cita con el teclado mudo
y la pantalla en blanco.

Escribir como un mantra,
como una autodefensa,
como una sesión más con el diván del terapeuta,

como un grito que se ha tragado la garganta.

Escribir
para no caer enfermo
para no morir de amor

de pena
de alegría.

Escribir
para no empuñar un arma

para ahuyentar el odio
la envidia
le desesperación.

Escribir sin un eco
sin otra aspiración
(a estas alturas)

que no sea crecer,

sanar,

sentirse libre.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 27 de diciembre de 2018






ALZHEIMER

26 de diciembre de 2018

Hoy hace cinco años que llevamos a papá a la residencia. Recuerdo perfectamente esa mañana. Cuando llegué a la casa de mis padres, mi madre y mi hermano lloraban en el sofá mientras mi hermana preparaba la maleta y papá deambulaba por el pasillo vestido de domingo sin tener ni idea de lo que se avecinaba. Mamá ya se lo había avisado alguna vez, cuando se ponía violento y le gritaba. Había aguantado pero el día en que la agarró del cuello fuertemente se asustó. Nos reunimos todos y barajamos varias soluciones. Cuando tu madre te cuenta que tu padre, que siempre ha sido un buen hombre, la ha cogido por el cuello, te vienen a la cabeza todos esos casos de viejecitas a las que sus maridos asesinan tras una vida juntos y sin que, según manifiestan los vecinos al periodista de la tele, nadie hubiera podido sospechar que el hombre era violento. Entonces lo entiendes: entiendes esas muertes sin sentido. Lo entiendes cuando ves en el cuello de tu madre las huellas de los dedos del hombre que te contaba cuentos de pequeña. Es entonces cuando rebobinas y te das cuenta de que ese hombre hace tiempo que partió para no volver jamás. Y que ya nada se puede hacer salvo acompañarle en el camino. Y que a veces, con estas vidas que llevamos, no es posible acompañarle todo el tiempo y hay que delegar y dejarlos en manos de personas que saben cómo hacerlo.

Cuando escucho los juicios de quienes dicen que las residencias sirven para abandonar a los ancianos me cabreo. Y mucho además. A lo mejor es porque en los casos que yo conozco los ancianos no han sido abandonados. O a lo mejor es porque en esta zona la atención que se da a los residentes es extraordinaria. Y también me cabreo porque sé muy bien lo difícil que resulta decidir sacar de casa a un familiar cuando ya no eres capaz de atenderlo en condiciones. Decidir internar a un ser querido es algo que requiere una meticulosa reflexión, puesto que cuando los afectos intervienen el sentimiento de culpa se convierte en el protagonista principal; nos vemos a nosotros mismos como ingratos, como egoístas, como delincuentes. Pensamos que nadie puede cuidarlos, atenderlos, quererlos como nosotros... pero no es así; desde luego que nadie los puede querer como nosotros, pero sí que los pueden atender y cuidar muchísimo mejor de lo que lo haríamos nosotros. Y con un mimo, una dedicación y una paciencia conmovedores. Y no solo a ellos, sino a toda la familia. De hecho, creo que lo que más me sorprendió desde el primer momento fue precisamente eso: el cariño y la ternura, la empatía y esa proximidad tan necesarias cuando el desamparo se hace tan presente como en esas situaciones.

Pasamos allí poco más de dos años a lo largo de los cuales no nos faltaron jamás una sonrisa, un abrazo o una palabra amable; sobre todo en el transcurso de los últimos días de vida de mi padre, que se fue, me consta, rodeado de cariño.

Es por ello que hoy, cinco años más tarde de aquel día de miedos, llantos y maletas, redacto esta carta de agradecimiento para quienes nos atendieron, de consuelo para quienes ahora mismo están en la situación en que nosotros estuvimos y de apoyo para quienes están pasando por el doloroso trance de tomar una decisión como la que nosotros hubimos de tomar.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 26 de diciembre de 2018





EN VERDE

La naturaleza es un bálsamo. Es un lugar al que huir y en el que refugiarse. Es el espacio que nos queda cuando todo ha caído. Cuando la angustia nos oprime el pecho y nos deja respirar. Cuando los muros de la casa se estrechan y amenazan con aplastarnos. Cuando todo se vuelve gris y diminuto ella está ahí, bella y generosa, dispuesta a acogernos y a escucharnos. A darnos ese abrazo imperceptible que lo alivia todo. A permitirnos correr, gritar, volvernos fieras. A dejarnos retornar a los orígenes, a ese cajón en el que nadie nos conoce y que a nadie nos atrevemos a mostrar. A desnudarnos de la ropa y del pudor y vaciarnos hasta quedar exhaustos para después tendernos al sol y reconciliarnos con la vida. Y regresar al mundo material con renovadas energías, sabiendo que ella siempre estará ahí, para albergarnos y ofrecernos ese rincón propicio para la reflexión que en ningún otro lugar encontraremos.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 24 de diciembre de 2018





HUEVOS FRITOS

Quédate en casa solo. Hazte dos huevos fritos. Ponte música. No te creas imprescindible. Piensa que las palabras te quiero no son algo manipulable por el Corte Inglés. Que no tienes ninguna obligación. Que lo de las sillas vacías no es más que un recurso para apelar a la tristeza y que la vida es demasiado corta como para perder el tiempo entristeciéndose. Explícales a todos lo que te sucede. Diles que quieres salir del círculo. Que no tienes ganas. Que no te apetece. Que no es que seas egoísta sino que quieres hacer lo que te pide el cuerpo. Lo que todo el mundo quiere hacer pero casi nadie se atreve. Si te quieren lo entenderán. No te dejes convencer por el chantaje. Hay muchos días en el año para la reunión. Para compartir. Para brindar. Días en los que los ánimos están menos exaltados y el marisco menos caro. Días en los que hace menos frío y en los que hay menos gente abarrotando los grandes almacenes. Por eso no regales hoy. Porque tampoco tienes ninguna obligación de regalar hoy. Ni ningún día. Solo cuando quieras. Cuando te apetezca. Cuando realmente te salga del corazón. Cuando sientas que ha llegado ese día especial. Ese momento especial. Esa persona especial. Y realmente sea una fecha señalada. Porque tú lo decidas. No porque te lo dicte el calendario de las exigencias comerciales. No esperes a que sea fiesta. No esperes a que el día aparezca en rojo en mitad de la semana y entre muchas cifras negras. No esperes a nada. Ama y sonríe como si la navidad no existiera. Como si todos los días fuesen iguales y contasen los mismo. Hoy no es distinto de los otros. No eres distinto de los otros. No estás distinto de los otros. Al contrario. Hoy estás obligándote a cumplir con una tradición que te han impuesto. Que no has elegido. A sonreír aunque no tengas ganas. A beber aunque no tengas sed. A comer aunque no tengas hambre. A reunirte aunque lo que te apetezca sea quedarte solo. Por eso te invito a que lo hagas. A que te rebeles. A que no te dejes meter en la manada. A que no dejes que manejen lo único que te pertenece de verdad:

Tus sentimientos.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 23 de diciembre de 2018




¡HO! ¡HO! ¡HO!

¡Buenas noches a todos!

Os comunico que uno de mis renos se ha hecho enlace de Comisiones y ha soliviantado al resto de la manada. Se han declarado en huelga de cascos caídos y han dicho que se acabó eso de arrastrar el trineo por todo el mundo cargados hasta los cuernos; quieren cobrar nocturnidad y plus de festivos y dicen que lo del contrato fijo discontinuo, todo el año amarrados sin pegar golpe y venga forraje y luego darse semejante paliza en una noche no les compensa. ¡Quieren hacerse funcionarios en España! Y me han dicho que, si pretendo que me lleven en trineo, ya puedo ir adelgazando.

¡¡¡¡Los muy ingratos!!!!!

Sin embargo, lo que más me duele de todo es que Rudolf es el cabecilla ¡Imaginaos! Ese engreído al que yo saqué de la consulta del psiquiatra para convertirlo en el líder de mi tiro; ese maldito infeliz que, de no haber tropezado conmigo, no hubiese conocido otro hogar que no fuera la celda de castigo de una Protectora de Animales...

De nada han servido mis súplicas: dicen que los niños les importan un pimiento; que les pidan los juguetes a Bob Esponja....

¡Una catástrofe!

Pero lo peor está aún por llegar. He tenido conocimiento de que Rudolf está en conversaciones con los camellos de los Reyes Magos y el burro del Olentzero (me refiero, naturalmente, a las bestias que transportan a estos personajes) con el fin de conseguir que esta Navidad, ningún regalo llegue a su destino ¡Quieren asociarse para poner en marcha una empresa de logística y cobrar por sus servicios!

En resumidas cuentas, que no vais a tener regalos este año.
Paciencia y Feliz Navidad.

Atentamente,
Papá Nöel

Podéis firmar a favor de Papá Noel y contra la causa de los renos en www.Papanoël.raboniemi.fino mandar un mensaje al 7757 poniendo vuestro nombre seguido de la palabra jodidosrenos.



#SafeCreative Mina Cb

sábado, 22 de diciembre de 2018

Sé que la mayoría de mis contactos no leerán este post porque no lleva foto. Según las estadísticas, el 142,6 % de los internautas ignoran las publicaciones que no van acompañadas de foto. Por eso publico este texto, para saber si tú eres de los contactos que se interesan por mí o únicamente de los que están por entretenerse. Solo si eres mi amigo de verdad leerás este párrafo hasta el final. Y así yo sabré que lo eres. A lo largo de los próximos días se celebran las fiestas navideñas, un acontecimiento entrañable allá donde los haya que inunda de paz y amor los corazones de todas las gentes de buena voluntad. Pues bien, si de verdad eres mi amigo sabrás que para mí, como para muchas otras personas, las navidades suponen un estrés y una carga de trabajo considerables, amén de un empalagoso hartazgo de anuncios, felicitaciones y todo tipo de mensajes horteras que la peña copia y pega sin molestarse siquiera en redactar. De modo que, si has llegado hasta aquí, te rogaría que me manifiestes tu amistad no haciéndome llegar ninguno de esas almibaradas comunicaciones: ni escritos reenviados, ni villancicos, ni vídeos de esos en los que salen niños o perros con gorritos de papá Noel. Si realmente quieres hacer algo por mí, puedes ir a remplazarme mañana en el trabajo. Que curro aunque sea domingo. Precisamente porque es Navidad.


#SafeCreative Mina Cb

jueves, 20 de diciembre de 2018





DÉJÀ VU

Conozco esa sensación:

la tengo bien grabada en la memoria
para evitar que se repita.

Los ojos se entrecierran
mientras que el oído se prepara para el golpe

y todos los sentidos
se ponen en alerta

y brotan a la vez la ira y el hastío
antes incluso de la tempestad...

de modo preventivo.

Y al fin el grito estalla
y se hace el déjà vu
y el cerebro se encoge,
fatigado,

y se atasca la voz en la garganta...

¿para qué decir nada?
¿para qué responder?

Y ya no hay argumentos,
ni razones,

ni lágrimas siquiera.

Solo un inmenso hartazgo,
unas ganas enormes de que se acabe todo,
de que llegue la calma,

ese bálsamo amargo que es lo único
que al corazón le queda

cuando el resto murió.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 19 de diciembre de 2018





MUJER SOLA

Quiero ser mujer sola. 
Sin miedo. 
Sin navajas.
Porque yo lo decido.

Quiero salir al mudo.
Sin hombres.
Sin amigas.
Sin vigilancia alguna.

Quiero vagar de noche.
Sin ansias.
Sin recelos.
Sin pasos tras mis pasos.

Quiero marchar segura.
Sin bestias.
Sin ataques.
Sin leyes que me insulten.

No me quiero valiente.
Ni osada.
Ni heroína.
Me quiero solo libre.

#SafeCreative Mina Cb

martes, 18 de diciembre de 2018





NO TENER QUE HUIR
(En memoria de Laura Luelmo)

No quiero salir en grupo a hacer deporte. No quiero obligar a nadie a acompañarme. Ni verme obligada a acompañar a nadie. No quiero escuchar a nadie cuando lo que busco es el silencio. No quiero arrastrar a nadie, haciéndole seguir mi ritmo, ni que nadie me arrastre haciéndome seguir el suyo. No quiero socializar porque ya socializo en otros ámbitos. Porque para socializar me inscribiría en un gimnasio y para mí el contacto con la naturaleza va íntimamente ligado a la palabra libertad.

Quiero desear hacerlo y hacerlo en ese instante. Ya. Sin depender de nadie. Sin tener que esperar. Sin programar una cita diaria en el mismo lugar y a la misma hora. Sin joderme y quedarme en casa si a la otra persona no le viene bien. Sin soportar la cháchara de acompañantes que salen por escapar de casa. Y que son incapaces de apreciar el canto de los pájaros.

Quiero ser libre. Sentir el deseo, ponerme las zapatillas y salir dando un portazo. Dejando atrás mi casa, la cama sin hacer y el gato arañando la colcha, feliz y convencido de que voy a regresar. Quiero hacerlo estando segura de que la señal de mi móvil no va a detenerse. De que nadie va a tener que estar pendiente. De que lo mío no es un deporte de riesgo y alguien tiene que saber por dónde ando por si acaso. Quiero no tener que asustarme al ver aparecer individuos sospechosos. Quiero no tener que esconderme cuando un coche me sigue. Quiero no tener que abordar a un desconocido para pedirle que me acompañe porque tengo miedo. 

Quiero no tener que huir.

Quiero hacer lo que me gusta sola. Porque me gusta hacerlo sola. Pero quiero hacerlo sin temer las consecuencias. Sin que otros se preocupen por las consecuencias. Sin llevar el 112 a la cabeza de mi agenda telefónica. Sin dar un puñetazo a la pared cada vez que sé que ha vuelto a suceder. Y tener que escuchar, de nuevo, lo que me dicen siempre. 

Que por qué lo hago sola.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 17 de diciembre de 2018




VÓTAME

Hace bastante tiempo que dejé de presentarme a concursos. No sé. Me dan mal rollo. Tengo la sensación de que sirven para que te roben las ideas. Y luego que no me gusta eso de dejar una obra rehén que no puedo mostrar durante el tiempo que dura el fallo del jurado. Que menudo nombrecito: fallo para el resultado de un concurso.

Pero a lo que voy: que reconozco que son útiles y esas cosas, y que durante mucho tiempo me presenté a unos cuantos y hasta me llevé algún premio. Y sin trampas, aún habiendo tenido, en una ocasión al menos, la posibilidad de hacerlas. Pero de repente me entró la paranoia. Eso de que tú mandes el texto y hasta que no se decide si ganas o no no lo puedas usar... Y que lo vea tanta gente. Que no es porque lo plagien, pero que mira, a lo mejor tu idea le mola a alguien que lo hace mejor y te la copia. Y se saca unas perras. Y luego lo peor, que es lo que nadie dice pero todo el mundo sabe.

Y es que no hay concurso limpio. 

Sobre todo desde que internet existe. Antes ya era jodido, pero ahora es el acabóse: la peña se presenta a los concursos y te bombardea con el vótame vótame. Joder, que digo yo que si te consideras lo bastante bueno, igual no hace falta que frías a tus colegas con mensajes. Porque puedes provocar el efecto contrario al que buscas. Yo, de hecho, no voto por sistema a quienes me piden el voto. Es un acto reflejo. Ni me molesto en abrir el enlace. Borro el mensaje y a tomar por saco. De hecho, hace unos años tuve una bronca cósmica con un chaval que me pidió el voto sin apenas conocerme. Era uno de esos concursos de voto popular en los que no se sabe quién es el autor de cada obra. El chico, del que llevaba meses sin tener noticias, me mandó un mensaje aludiendo a mi sensibilidad y otras pamemas. Algo paradójico puesto que en una ocasión habíamos quedado en vernos para hablar de literatura y él no se presentó. Pero en cuanto necesitó votantes se acordó de mí y me mandó un mensaje en plan personalizado. Yo, que soy bastante pánfila, le voté, tonta de mí, y aquella misma noche supe que ese mensaje le había llegado a, al menos, una persona más. Me cabreé bastante y le escribí, diciéndole que me parecía poco ético. Y que si ganaba y eso se sabía le iban a retirar el premio. Y que si estaba tan seguro de la calidad de su trabajo, a ver qué necesidad tenía de hacer trampas. El muchacho se ofendió bastante y a mí me quedó claro que soy tonta perdida, puesto que al cabo de los meses el tema de la petición de votos apareció en un debate relativo al fallo del concurso y todos los participantes del mismo miraron hacia otro lado. Con lo cual supe que esto era como el capítulo de las uvas del Lazarillo de Tormes. 

… Y hasta ahí puedo escribir.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 16 de diciembre de 2018





DESCANSO DOMINICAL

Las colas son interminables
en este domingo 
sin reloj ni ventanas.

Zumba el escáner
y se escucha, incesante, 
el pitido del datáfono validando tarjetas.

Se oyen voces nerviosas
y el público abarrota los pasillos

convertidos en bosques de plásticos reclamos
que atraen la atención de grandes y pequeños
con sus vivos colores.

No hay sol
ni charcos
ni hace falta el abrigo.

Es el mundo ideal
donde todo es posible

y el corazón habita en la cartera.

Aquí baña la estancia un sol irreverente

y la música brota,

bailarina y feliz de entre las cuerdas.

Se me llena el cerebro de verdor
y de pájaros

y de islotes flotando en el azul 
del último verano.

Cierro los ojos y me siento libre.

Se acerca Navidad.

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 14 de diciembre de 2018





NI ROMEO NI JULIETA

Molaba mucho al principio eso de la atracción fatal. La pasión y esas cosas. El morbo de lo imposible. O de lo improbable que acaba siendo probable y al hacerse posible se transforma en complicado con vistas al paraíso o la tragedia, según se desarrollen los acontecimientos. Y luego, a ver, que a esas edades en que la vida se vuelve previsible asumir un riesgo te puede quitar de golpe diez años de encima. Y que con tanto pesticida y tanto contaminante en las aguas de los mares y tanta hormona para engordar las vacas el día menos pensado te diagnostican cualquier barbaridad y te vas al otro barrio con lo puesto y sin haberle dado al cuerpo esa alegría. Y con las perras del plan de pensiones en el banco y sin poderlas disfrutar.

Así que se lanzó a lo kamikaze, a ver... y sin pensar en nada. Haciendo de su capa un sayo y pasándose por el arco del triunfo con lucecitas de colores las recomendaciones de sus amigos, las críticas de la familia y esos inquietantes indicios que anuncian lo que, más tarde o más temprano, sabes que va a llegar. Se implicó en esa historia hasta las trancas, sabiendo que para la otra parte la cosa no era más que un devaneo. Y que simplemente se dejaba hacer. Que si en la vida no había necesitado darle un palo al agua a ver por qué ahora sí. Con ese encanto y ese pestañeo y ese no sé qué... Y es que hay personas a quienes la naturaleza les regala un físico imponente y ya no necesitan nada más. Bueno, eso y rostro como para salir a un camino. Lo que pasa es que cuando te enamoras no lo ves. El rostro digo. Se pispan todos menos tú.

Y sucedió al final. Que se dio cuenta. Se le cayó la venda de los ojos cuando empezaron a llamarle del banco cada dos por tres. Se eslomaba a currar y no había manera. Y la atmósfera era cada vez más irrespirable. Así que se lió a lanzarle pedradas. Indirectas. Le insinuaba cosas pero nada. La beldad se sabía al mando de la nave e iba dando largas. Y besos, que es lo más efectivo en estos casos. Sobre todo cuando sentía peligrar su hegemonía. Un beso o un regalo y ya estaba la prórroga. Y si no el papel de víctima en plan rollo Capuletos y Montescos. Y lo del perro del hortelano, que cuando alguien te controla te da por pensar que es porque te quiere y no al contrario, así de gilipollas se vuelve la peña cuando pierde la cabeza. 

Tanto estrés le acabó por pasar factura. El corazón le pegó un susto de los gordos y vio la luz. No la blanca sino la otra. La de la realidad. Y en cuanto le dieron el alta se sentaron frente a frente y le confesó que se había dado cuenta de que no eran ni Romeo ni Julieta.

Y el cuento se acabó.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 13 de diciembre de 2018





DULCE HOGAR

Llego
con una gran sonrisa,
el corazón alborotado
y una agradable sed de soledad.

Abro la puerta

y mi gato espera,
orondo y perezoso
el saludo de siempre.

Ni un ruido.

Ni una voz.

Solo silencio

y una liberadora sensación
de paz en el ambiente.

#SafeCreative Mina Cb