viernes, 6 de mayo de 2016



FELINO

Yo quería que mi gatita
terminase en el campo,
junto al río,
bajo un árbol,
puede que incluso
metida en una caja de madera
de esas en las que vienen
las botellas de vino
que te regala el banco en Navidades
si tienes mucha pasta
o que se pueden conseguir
acumulando puntos de la tarjeta Travel Club.

Pero no.

Murió sin avisar,
la pobrecita,
en medio del transcurso
de una jornada laboral
de turno de mañana y tarde…

Y no hay morgues de gatitos
en ciudades pequeñas
y yo tenía que irme a trabajar
porque la sociedad industrial
no entiende de dolores
si estos no son causados por personas.

La dejé,
pobrecilla,
en la consulta de un veterinario
de camino al trabajo.

Yo sé que lo entendió
pues no era humana.

#SafeCreative Mina Cb

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