domingo, 31 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: noche y fuegos artificiales 



TIEMPO DE DESEOS

Nos hallamos más o menos en el ecuador de ese periodo del año en que la gente no para de pedir cosas. Desde la mañana del 22 de diciembre hasta la del seis de enero no hacemos otra cosa que pedir. Imposibles además. Empezamos el día del sorteo, pidiendo que nos toque el gordo. Seguimos la noche del 24, pidiendo un Iphone, un portátil o alguna otra barbaridad por el estilo. Continuamos la del 31, pidiendo felicidad así, por las buenas, sin hacer nada para merecerla. Y la rematamos el día cinco, pidiéndoles a los Reyes lo que el avaro de Papá Noel no nos dejó, o sea la tablet o el fin de semana romántico en París. Y por si esto no fuera suficiente, nos encomendamos a San Pancracio para que el día seis nos toque el premio gordo en el sorteo del Niño.

Y el siete, como de costumbre, nos encontramos con tres kilos de más, un clavo del quince, los bolsillos vacíos, un complejo de culpa peor que el de Pinocho y una frustración encima que no nos quitan ni un equipo de psicólogos de clínica de pago.

Y es entonces cuando, ilusos de nosotros, nos aventuramos por el tenebroso túnel de los buenos propósitos: que si aprender inglés, que si ir al gimnasio, que si pasar más tiempo con los hijos, que si echar menos horas delante de la pantalla del móvil... y para San Valentín llevamos un estrés y una insatisfacción que no nos aguantamos. Porque seguimos con los kilos de las Navidades encima, hablando inglés como el Aznar y no haciéndoles a los peques ni puñetero caso porque estamos todo el rato pendientes del whattsap. Y a la vuelta de un año nos decimos que sí, que este viaje va en serio. Y nos pulimos el doble de pasta en lotería y en regalos. Y volvemos a desear lo inalcanzable...
Con lo fácil que es hacerse niño, pedir algo factible y que no cueste dinero, escribir una carta y meterla en un zapato, dejarla en el balcón la noche de reyes y luego confiar el que tal vez, y con un poquitín de esfuerzo por nuestra parte, el deseo se acabe realizando.

Que yo lo hice una vez y resultó.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 30 de diciembre de 2017

 


 No se adhirió la piel a mis carpetas.
No trascendió al final esa pasión
ansiosa y lacerante
que irrumpía, briosa, entre los sueños

(desde la ausencia incluso)

y acercaba los muros hasta casi pegarlos
y dejar el espacio sin oxígeno.

No sirvió para nada el sufrimiento
que cegó las entrañas
y detuvo los ciclos planetarios
hasta casi extinguirlos

y acabar con el sol.

Nada quedó:
angustia únicamente
y regueros de lágrimas grisáceas
ensombreciendo mil y una noches

y la vaga memoria de ese origen
idílico y remoto
en que fui tan hermosa
como nunca
jamás

volveré a ser.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 28 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: gato 



COMO MI GATO

Yo solo quiero ser como mi gato:
caliente, alimentado, ronroneante,
despreocupado, gordo, bamboleante,
satisfecho adalid del celibato.

Yo quiero amodorrarme sin contrato,
bostezar y estirarme a cada instante,
hacerme de morfeo acompañante,
dormitar tras la estufa todo el rato.

Yo quiero ser mascota bajo techo,
me da igual de Fulano o de Mengano,
que a mí el invierno se me queda estrecho.

Yo quiero amarmotarme, ser gusano,
encoquillarme, hacerme berberecho,
hibernar hasta el próximo verano.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 27 de diciembre de 2017

 



AMANECER

Es plomizo el invierno

densifica las nubes y a la luz
le cuesta despuntar en la mañana.

Mis pasos acarician el silencio
y brotan las ideas
pródigas como antaño

mas calmosas y lúcidas
plásticas como un cuadro sin colores
desdibujado en grises

insinuante y difuso
como el tenue visillo
que protege del mundo a los amantes.

Creo que estoy en paz.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Jozef Tomasz Watorski

martes, 26 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: calzado y exterior 



25 de Diciembre de 2017

Querido diario:

Hoy me he despertado a las nueve y sin resaca. Y sin el estómago como una planta atómica. Es lo que tiene escaquearse de las cenas, que una duerme como la princesa del guisante tras hallar la hortaliza. Me quedé sopa en el sofá viendo a los Gremlins y de ahí me fui a la cama. Y a las cuatro ha llegado una idea atropellándome los sueños y me he puesto con ello. Igual que hace dos años, poco antes de la muerte de papá. Pero esta no era triste sino más bien al contrario. La he escrito y me he vuelto a dormir, y a la mañana, tras abrir los ojos, he remoloneado un par de horas y he contestado a todos los mensajes de felicitación que habían ido llegando. Luego he desayunado y me he lanzado al mundo. Nada en la calle demostraba el carácter de este día. Tan solo los contenedores rebosantes de envoltorios y desperdicios varios. Por no haber, ni vomitonas hay este año. Con lo que es mi barrio.
Tampoco el campo parecía darse cuenta de que hoy es Navidad. Quiero decir que estaba como siempre. Más concurrido, eso sí, que la peña se lava la conciencia de los excesos cometidos yéndose a dar un paseo junto al río como si eso disolviera la grasa del cochinillo de las paredes del estómago como el Fairy la disuelve de los platos. Que el personal iba de ropa hasta las cejas y de no ser porque hoy es hoy no sale al campo ni Dios. Pero lo dicho; esto debe de ser una tradición como la del Olentzero o algo así. Lo bueno es que me he encontrado un mechero, mira. Que ha debido de ser papá Noel porque me hacía falta. Que esa es otra: irse a tomar el aire con la Faria. Pero oye, cada cual es como es. Luego he llegado a casa y me he puesto morada de quisquillas, que yo no compro nunca y ayer me regalaron una bolsa. Eso y cuatro guarrerías que había por el congelador. Que a veces pienso que si mi madre me viera comer algunos días se me llevaría a su casa arrastrando de los pelos. Y a continuación sofá, que en en Navidades ponen buenas pelis. Y siesta cósmica.
Más tarde me he desperezado para ir a felicitar a un familiar que cumple años. Que menudo diíca para venir al mundo. Lo bueno es lo que se ahorra en tarta y en licores, porque nadie llega con ganas de comer ni de beber. Solo de dejarse caer en la banqueta y mirar con aversión la bandeja de los polvorones. Menos yo, que me encantan y como vengo de refresco me pongo hasta las trancas. Y como son de confianza me dejan abusar. Es lo que tenemos los descarriados; que como somos un desastre, cuando nos convidan no hay invitados más agradecidos. Luego me he vuelto a casa, que la niebla no había levantado y no hay mejor sitio que el sofá para estas condiciones climatológicas. Me he enfundado el pijama y me he tragado varias pelis, una detrás de otra. A eso de la medianoche me he acordado de que no tenía cuento de Minina para mañana, o sea hoy. Y me he dicho, pues mira, les voy a demostrar cómo es posible pasar el veinticinco de Diciembre como si fuera un día normal. Que las clientas del súper me dicen que les gustaría poder hacerlo pero que no es posible. Y yo siempre les respondo que lo es.

Tan solo hay que atreverse.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 24 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: nubes, cielo y naturaleza 


 ¿Adónde van las preguntas peregrinas? ¿Viajan por el éter, erráticas y raudas como estrellas fugaces o acaso se mueven por debajo de la tierra, ocultas y viscosas cual lombrices? ¿Se desplazan en grupo o prefieren hacerlo en soledad, calzadas con sandalias de tiras y con un bastón del que cuelgan calabazas rellenas de agua fresca? ¿Se alimentan de los frutos que encuentran por el camino o llevan una visa y van parando por los supermercados de los pueblos que recorren? ¿Duermen en albergues o lo hacen al sereno, haga frío o calor, brille o no la luna? ¿Pasan penalidades o más bien disfrutan de una ruta plácida y llena de venturas? ¿Peregrinan por motivos religiosos o lo hacen por demostrarse a sí mismas que son capaces de superar tan dura prueba? ¿Conversan entre sí cuando se encuentran o se evitan, convencidas de que el recogimiento es lo más indicado para la empresa que persiguen? ¿Caminan al albur o existe un santuario hacia el que todos las preguntas peregrinas se dirigen, un lugar inquietante y recóndito en el cual depositan sus incertidumbres? ¿Hallan allí respuestas peregrinas con las que se ven obligadas a emprender una nueva peregrinación en busca de oráculos más documentados? ¿Tropiezan acaso en esos santuarios con ideas peregrinas que han quedado atrapadas entre los pétreos muros y que son incapaces de abandonar la estancia? ¿Cuelgan de las paredes del interior del templo raros exvotos con forma de interrogante que las más afortunadas cuestiones abandonaron como prueba de agradecimiento cuando sus dudas fueron satisfechas? ¿Es posible hallar algún archivo en el cual un escribano registre todas y cada una de las cuestiones que llegan hasta allí? ¿Hay un bar en el que las más sedientas y/o desesperadas puedan saciar su ansia o bien ahogar su frustración ante la insatisfacción de las respuestas obtenidas? Y, para concluir: ¿Es acaso posible que la duda pueda regresar al punto de partida con un razonamiento convincente que le permita ser restituida de modo irreversible a la respetada casta de las preguntas razonables o no existe posibilidad alguna de redención y habrá de resignarse a peregrinar eternamente por el proceloso y gris océano de lo irresoluble?

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

sábado, 23 de diciembre de 2017

 


PUZZLES

-Es para mí- le dijo a la dependienta, que ya estaba preparando el papel de colores y las cintas.

-Disculpe- respondió ella. Estos días todo es para regalo.

Sonreía abiertamente y a él le gustó la sonrisa. Tanto que se atrevió a invitarla a tomar un café cuando saliera. Ella rechazó la invitación pero él volvió al día siguiente. Y el siguiente al siguiente. Y el siguiente al siguiente al siguiente. Y así durante un mes hasta que ella al fin dijo que sí. Y empezaron a verse pero la cosa no acababa de fuir. No había feeling. No tenían demasiado de qué hablar. Pero el tipo se sentía solo y a ella le daba no sé qué darle un disgusto. Cada vez que salían ella volvía a casa pensando en que aquello tenía que acabar. Que no tenía sentido. Que no era honesto seguir con aquel juego. Hasta que un día se tropezó con alguien tontamente. Un tipo de estos con los que te pones a hablar y parece que le conoces desde siempre. Y fue entonces cuando de verdad estableció la diferencia. Así que aquella tarde, cuando él la invitó a su casa para enseñarle el puzzle, ella no sabía muy bien cómo empezar. Él estaba orgulloso, un Ravensburger de 10.000 piezas, de esos que llevan mil tonos de azules y que cuesta un huevo hacerlos. Lo iba a enmarcar y pensaba regalárselo, le dijo. Ella pasó la vista por la superficie satinada y detectó al primer vistazo una zona irregular. Le pidió la caja y comprobó la fecha de fabricación y el número de serie. Mierda. Lo sabía. Pertenecía a una partida defectuosa que había sido retirada del mercado, pero parecía que este rompecabezas se les había despistado. La mujer extrajo con dificultad la pieza, de distinta tonalidad que las del resto y que había sido encajada a la fuerza por el chico, deformando todas las de alrededor.

-Tengo que decirte algo- sentenció.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

viernes, 22 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: una persona 



CENICIENTA

Soy Cenicienta María;
tengo cita a mediodía.
Los príncipes me dan grima
porque arruinan la autoestima.
Son niñatos exigentes
y bastante repelentes
que complican la existencia
con su ego y su insolencia.

De modo que ahora frecuento
varones sin tanto cuento
y me junto con galanes
que venden peces y panes,
con sastres, con fontaneros,
con curtidores de cueros,
con camioneros de ruta,
con minoristas de fruta,
con probos encofradores,
con tenderos, con actores,
con jueces, con guitarristas,
con pintores, con lampistas,
con tratantes de seguros,
con fabricantes de puros,
con logopedas de chinos,
con plantadores de pinos,
con chapistas, albañiles...
y hasta con guardias civiles
si se tercia, y el chaval
es de corte liberal.

Paso, pues, si es el maromo
un gañán de tomo y lomo
de aceptar verlo en privado
para tomar un helado
aunque tenga sangre añil
y los millones a mil...

Que a mí, para ser dichosa
me basta con poca cosa.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb
Imagen: José Rodolfo Loaiza Ontiveros

jueves, 21 de diciembre de 2017

 


SOLSTICIO

Antes me gustaba mucho la Navidad. Montaba el belén y el árbol y me llevaba un sofocón del quince cuando veía a los operarios retirar las luces de las calles. Llenaba la casa de talabartes y me ponía nerviosa el día 24. Me tragaba el especial de Nochevieja de principio a fin y me parecía una tragedia griega que alguno de mis hermanos faltase a esa cita ineludible porque estaba con la familia del consorte.

Pero la Navidad es como la nieve virgen, que se va ensuciando conforme la pisan, y ciertos días entrañables se acabaron convirtiendo en circunstancias de costumbre. No suele haber culpables en esas situaciones. Es más, creo que la responsabilidad es un poco de todos, que pedimos demasiado. Insistimos en que ciertos días sean perfectos y esto nos genera una ansiedad que acaba produciendo el efecto contrario al deseado. De hecho, las fechas señaladas son las más propicias a la decepción. Es por ello que yo, personalmente, hace algún tiempo que dejé de celebrar la Navidad. Pese a que me parece hermosa. Y a que me encanta ese ambiente que se forma por la calle. Y a que soy consciente de que es la única época del año en que puedo ver a algunos amigos que, de no existir estas fiestas, ya no se acercarían por aquí. Pero el invierno me disgusta por su carácter huraño y por la falta de luz. Y no hay Navidad capaz de cambiar ese deseo de ovillarse y esconderse del mundo hasta el retorno de la primavera. Así que no hago nada. Simplemente me ovillo en el sofá y dormito, perezosa y ausente como un oso, contando los días que separan este solsticio del 21 de diciembre del momento en el que, de una puñetera vez, se restablezca el horario de verano.

Y tan feliz.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

miércoles, 20 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: personas sentadas y mesa 



DISYUNTIVA

Si me dieran a elegir
entre lo curvo y lo recto
entre lo fino y lo basto,
entre lo ancho y lo estrecho,
entre lo chic y lo urbano,
entre lo blando y lo recio,
entre lo oscuro y lo claro,
entre la tabla y el cuero...

Decidiría sin duda
que en mi barrio hay mucho cerdo.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

lunes, 18 de diciembre de 2017

 


 CONSTRUYENDO RECUERDOS

Polvo en las botas y un sol ambarino
precipitándose deprisa sobre el agua
y acelerando el paso

y la tarde cayendo, y las estrellas
invadiendo el azul una tras otra
y el zorro de mirada centellenate
y el horizonte calmo
y un ratón trasteando entre las sombras
y el risras de mis uñas al rascarme
y una respiración plácida y queda
y un silencio insultante
y el vacío imponente del desierto.

Y al otro lado
el mundo que se está yendo a la mierda.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb
Imagen de Jose Miguel Jiménez

domingo, 17 de diciembre de 2017

No hay texto alternativo automático disponible. 


 DE GRATIS

Es esta que se avecina
semana de mucho trote,
de portal con angelote,
de receta de cocina,
de piñas con purpurina,
de vestidos con escote,
de canastas y de lote
con bien de alcohol y chacina...

Pero también de cansinas
y cansinos amigotes
de menear el bigote
en casa de la vecina,
la cuñada o la sobrina
sin aportar otra dote
que unas almejas de bote
o una lata de sardinas...

O sea, de legañote.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

sábado, 16 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: árbol y exterior 


Desde que sé
que nadie tiene dueño

se me ha pasado
el miedo de perderte.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

viernes, 15 de diciembre de 2017

 



UN ORGASMO CATASTRÓFICO

La atmósfera se volvió atómica cuando sus miradas se cruzaron. Ella era la mujer del jefe y él el nuevo becario, unos treinta años más joven pero lo bastante osado como para dejar caer disimuladamente una tarjeta con su número sobre la mesa que ocupaba la mujer. La mañana transcurrió entre whatssaps enfebrecidos y furtivas visitas al lavabo en donde se pudieron refrotar fogosamente un par de veces.
Quedaron a la salida del trabajo en un hotel del centro. Cuando llegó, la dama le esperaba sobre el lecho, rodeada de velas y cubiertos el rostro y el cabello por un velo de novia. Él traía una botella de Remi Martin con la que roció a la bella para acto seguido lanzarse sobre ella y empezar a lamerla con lascivia, sin haberla besado, y a continuación tomarla con la fogosidad propia de un efebo de su edad. Tal era el ímpetu que en el transcurso de una de las sacudidas, y cuando estaban ambos a punto de llegar al momento cumbre del encuentro, una de las velas del cabecero cayó sobre los tules impregnados en coñac y en un instante la pareja se convirtió en una antorcha humana que se deshacía en gritos de dolor y de placer mientras que un pavoroso incendio devoraba la estancia, después la planta y para terminar el edificio entero.

Lo que viene siendo un orgasmo catastrófico.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

jueves, 14 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: una o varias personas y primer plano 



EL FINAL DE LAS COSAS

A veces postergamos el final de las cosas con una testarudez insoportable. Como si la extinción natural fuera algo remediable que se pudiese solventar poniendo una tirita. Como si los objetos, las amistades, las situaciones personales... hubieran de durar eternamente.
Como si el destino estuviese en nuestras manos.

Hablo de esos momentos en que las evidencias se presentan todo el tiempo y de manera evidentísima. En que nos cuesta horrores continuar. En que cada paso se convierte en un esfuerzo pírrico, como si nos moviéramos por terreno cenagoso con las botas embarradas y el avance no tuviera ya sentido. Y no supiéramos muy bien si continuar, retroceder o detenernos y dejar que el barro se secara o bien que el fango nos tragase para vomitarnos a continuación, sucios pero libres, y lanzarnos por el aire dejándonos caer a una distancia razonable desde donde poder mirar el panorama y cerciorarnos de lo inútil de nuestro empecinamiento.

Y es que nos agarramos al presente como un espacio que no admite mutación. Nos enganchamos a la seguridad y nos cuesta horrores admitir que eso que era válido hasta hoy no nos va a servir en adelante. O que aquella persona inseparable ha decidido darle un quiebro a su camino, y este ya no discurre paralelo al nuestro. Y es absurdo seguirla o insistir en que nos siga. Y al final prolongamos la agonía, y provocamos crisis que convierten la evolución en un trance duro y doloroso. Y todo por no ser capaces de asumir que nada es infinito ni inmutable.

Y que la vida es solo un préstamo sin cláusulas en el que no hay posibilidad de reclamar.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

lunes, 11 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: una o varias personas y cielo 


 MESIÁNICO

Quisiera salvarte, amigo
de los monstruos que te acechan,
del fantasma que el espejo
vomita a tu mente enferma,
del tren que te va llevando
a un nudo de vías muertas,
de ese pensamiento mudo
que te emponzoña las venas...

del acorde de silencios
tras cuyas notas te encierras.

Quisiera salvarte, amigo,
del imán de la tragedia.
Pero nada puedo hacer
si me acerco y tú te alejas.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

domingo, 10 de diciembre de 2017

 



LA NAVAJA

Era grande y afilada, con la cacha color beige, de concha y con una rendija y un tornillo en el extremo que permitía guardar el imponente y acerado filo en su interior al finalizar la tarea. Mi padre la guardaba en su funda de madera laminada, un estuche de dos piezas que encajaban la una dentro de la otra mediante un rebaje en el extremo de una de ellas.

Era la navaja un objeto prohibido que sólo de vez en cuando y bajo supervisión paterna se nos dejaba contemplar, y hasta tocar a veces. Yo me miraba en el metal brillante, mis ojos en mis ojos, mientras sujetaba cuidadosamente el acero con ambas manos, una en cada extremo, sosteniéndolo entre mis dedos como algo más frágil que dañino. Hasta que mi padre me la retiraba con cuidado y daba comienzo el ritual.

A mi padre le gustaba afeitarse en la cocina las mañanas del domingo, que es cuando tenía tiempo para hacerlo a fondo. Mientras yo jugueteaba con las cerdas de la brocha colocaba un espejo de plástico pequeño, de esos rectangulares que llevaban una patilla que servía lo mismo como pie que como colgador y llenaba con agua templada una pequeña palangana de metal que también guardaba lejos de nuestro alcance para que no la utilizásemos para jugar a las cocinitas. Después se mojaba la cara, esparcía el jabón por la brocha y el olor del ungüento llenaba la cocina y el cuarto de estar. El olor del jabón es, estoy segura, uno de los más evocadores. El de mi padre era una barra cremosa envuelta en papel metalizado que él iba desenrollando y cortando y por cuya superficie a mí me gustaba deslizar el dedo índice y después llevármelo a la nariz. ¡Qué bien huelen las cosas de los seres queridos en la infancia! Mi padre me dejaba hacer mientras arrimaba la cara al espejo, acodado en la mesa, la mano izquierda tensando la piel desde la base del mentón y la derecha sujetando la navaja. Ver el filo retirando la blanca pasta y dejando tras él fragmentos de piel tersa y rosada es uno de los espectáculos más fascinantes que puede contemplar un niño. Su pulso era certero y apenas quedaban resquicios de jabón en su rostro. Lo hacía lentamente, sin perder de vista ni su imagen ni el filo de la faca. Ni a mí, que me gustaba comerme el jabón de vez en cuando.

Una vez terminaba limpiaba cuidadosamente el bacín, la brocha y la navaja y volvía a guardarlo todo en su rincón, lejos del alcance de nuestras pequeñas y traviesas manos. Luego se vestía de domingo y me llevaba de paseo. A mediodía, cuando volvíamos a casa, el perfume del jabón aún permanecía en la atmósfera mezclado con el apetitoso olor de la paella.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 9 de diciembre de 2017

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MIGAJAS

Me resigné a vivir de las migajas
que tu malsano corazón esparce
en torno a ti, creyendo (¡pobre tonta!)
que mi amor lograría al fin salvarte.

Rellené los vacíos de tu agenda
(huecos en blanco, mar de soledades)
cuando el negro infinito de tu alma
te llenaba de angustia al asomarte.

Me dejé encapsular por tus mentiras,
cerré la puerta y te entregué las llaves
y al final, ni siquiera los espejos
eran capaces de identificarme.

Me desperté un buen día de repente
ebria de realidad, harta de amarte…

Saliste tras de mí como un chiquillo,
como un perro llorón

….. Como un cobarde.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

jueves, 7 de diciembre de 2017

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 Cuando se acabe el aire
y se extingan el tiempo y el espacio
y el amor se convierta en una sombra
y no existan amigos ni parientes
ni hombros para llorar tanta tristeza
ni cenizas de las que reencarnarse
ni luces al final del pasadizo

nos quedará la rima impenitente,
la palabra leal y salvadora,
el recurso frenético y salvaje
de liberar el alma con los versos.


#‎SafeCreative‬ Mina Cb

miércoles, 6 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: fuego, noche y bebida 


EL CÓCTEL O EL EXILIO

Cuando el propietario del bar le dijo que le contrataba estuvo a punto de saltar de alegría. Encontrar un curro, así por las buenas y tal y como estaba el patio. Claro que él había sabido venderse. De algo le tenían que servir sus estudios de empresariales y todos los años que llevaba trabajando en el departamento de ventas de una multinacional. Pero no le hacía ni puñetera gracia lo de trasladarse a Alemania, más que nada porque el país le parecía más bien frío y aburrido. Y el alemán nunca había sido su fuerte, se le daban mejor el francés y el inglés.
Y porque aquello estaba en el culo del mundo. Y además tenía cuarenta años, dos hijos, una ex mujer y una novia.

A las cinco en punto estaba tras la barra, como un flan. Sus primeros clientes fueron una familia que acababa de salir de un banquete de boda: dos manzanillas, una de ellas con sacarina, un poleo menta, dos cañas solas, una con limón, otra sin alcohol y con gaseosa, una coca cola light, una pepsi, un cortado descafeinado de máquina con leche fría, un café con leche desnatada, una fanta limón zero, un kas manzana y dos botellines de agua, uno de ellos con gas y un zumo de naranja sin pulpa para el niño, que estaba algo descompuesto.
Se frotó los ojos tras escuchar el pedido y tuvieron que repetírselo seis veces, de resultas de lo cual acabó poniendo azúcar en las dos infusiones, confundió los refrescos de cola, sirvió tres cervezas negras y dos carajillos y en vez de un zumo al chaval le adjudicó una copa de soberano. Y aún se atrevió a ponerse gallito cuando los clientes se negaron a consumir las bebidas y, por supuesto, a pagar la cuenta.

Se disculpó como pudo con su jefe, argumentando que la hostelería había cambiado un poco desde que, de crío, echaba una mano en el bar de su padre al salir del colegio. Y que aquello era algo más complicado que servir botellines en la cantina del cuartel, tarea que desempeñó durante los doce meses que pasó en Melilla haciendo el servicio militar. Y que lo que había pasado con el grupo que acababa de marcharse es que salían de una fiesta e iban un poco tocados del ala. Y la habían tomado con él porque lo vieron un tanto perdido.
El dueño lo miró con cierto aire dubitativo y se dijo que bueno, vale, que al fin y al cabo todos los inicios son duros. Pero le pidió por favor que no volviera a enfrentarse con nadie.

El siguiente conflicto lo tuvo diez minutos más tarde con una cuadrilla de chavales que entraron a tomarse unos chupitos. Se escandalizó al reconocer entre ellos a los hijos de alguno de sus amigos y se negó a servirles, arguyendo que, pese a tener dieciocho años, eran demasiado jóvenes para beber alcohol de tan alta graduación. Y que en sus tiempos lo único que tomaban los adolescentes era cerveza, porque incluso los cubatas estaban reservados para ocasiones especiales. Y que, además, las seis de la tarde era demasiado temprano como para empezar con vodkas negros y guarrerías de ese tipo. Fue nuevamente su patrón quien salvó los muebles, sirviendo a los chavales una ronda de chupitos a cuenta de la casa y llamando aparte a su nuevo camarero para recordarle quién mandaba ahí y ya de paso advertirle que una queja más y lo ponía de patitas en la calle. Aunque tuviera que reclutar para servir bebidas al primer andrajoso vagabundo que pasase por la puerta.

De modo que se mordió la lengua durante el resto de la noche, mascullando entre dientes mientras servía bebidas imposibles y diciéndose que mejor era eso que largarse a Alemania, por mucho que su empresa le pagase los gastos.

Al filo de las tres de la mañana entraron por la puerta su ex mujer y un tipo visiblemente más joven que ella. Aquello era demasiado, se dijo, de modo que salió de la barra y le dio al fulano un puñetazo de los de peli de Chuck Norris. El personal, que iba a esas horas bastante cocido, se animó a participar en la pelea y al poco el bar parecía el decorado de una peli de Tarantino.

La policía se personó en el local alertada por los vecinos y, una vez en el calabozo del cuartel, sacó el móvil y mandó un whatsapp al director de su empresa diciéndole que en cuanto resolviese un pequeño contratiempo que acababa de surgirle cogería el primer avión rumbo a Berlín.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

martes, 5 de diciembre de 2017

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 CONTRASTE

El mundo se esfumó hace ya unas horas
y se quedó fuera
de la atmósfera protectora que compone
esa burbuja tibia y transparente
que a veces habitamos.

Y se presenta el exterior como un lugar ajeno
estruendoso y trivial
molesto como un concierto indigerible
de instrumentos que no han sido afinados...

Y miramos los vasos
el semblante cansado y sin palabras
que broten de los labios

mientras todo se agita alrededor
borroso y cotidiano...

Y ya en la calle el frío de la noche
se hace rey del silencio

y podemos sentir que nos hallamos
(definitivamente)

en territorio hostil.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

domingo, 3 de diciembre de 2017

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 No quiero que me des tu corazón

Me gustas vivo,
activo,
burbujeante,
rebelde y sin angustia

y libre de pronombres posesivos.

No te quiero sin ti

si te quedas conmigo.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb
La imagen puede contener: cielo, nubes, montaña, naturaleza y exterior 


 DICIEMBRE

Se ha templado el viento y el cielo se azulea, como tregua invernal de escasa duración. Ayer nevó en el norte y el blanco cubre las cumbres del Moncayo, nimbadas de nubes blancas voladizas. Los árboles se agitan tenuemente y los ocres matojos otoñales se inclinan hacia la tierra seca.

Diciembre es un mes raro. Un mes para los raros. Un mes frío y apocalíptico del que la muchedumbre trata de escapar encendiendo bengalas y luces de colores. Como si el hombre tuviera miedo de la oscuridad que le enfrenta con su esencia. Como si hubiese que suplir de forma artificial este descanso merecido de la naturaleza, que necesita replegarse para emerger de nuevo, enérgica y brutal, al despuntar la primavera.

Diciembre es el mes de los extremos. Esa época del año en la que los amigos de exhibirse despliegan su plumaje, como pavos reales, y se muestran al mundo, coloridos y ufanos cual terreno arco iris. Pero es también la época en la cual las gentes raras, esas que se recogen como erizos al menor contacto de la mano ajena, se repliegan y agazapan en sus madrigueras, atrincherados bajo mantas y alejados del barullo comercial y de los engorrosos compromisos navideños, amedrentados casi ante la magnificencia de este invento de la especie humana, siempre empecinada en huir de los silencios como si así exorcizase el inexorable paso de los años...

Y la vida.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb
Imagen de Juan F. Peñas Viso

viernes, 1 de diciembre de 2017

La imagen puede contener: cielo y exterior 


 LIBRE

Eres pez en el agua,
ave en el cielo,
rana en la charca,
oso en invierno.

Eres flor en el campo
alga en el río,
sol en verano,
canto de mirlo.

Eres pájaro errante,
rastro en la selva,
reptil mutante,
musgo en la piedra.

Eres tronco frondoso,
raíz profunda,
noche de agosto,
claro de luna.

Eres pulso rebelde,
gato de calle,
viento del Este

... alma de nadie.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb