viernes, 29 de junio de 2018

La imagen puede contener: una o varias personas, cielo, nubes, pájaro, naturaleza y exterior 



PAZ A SU ALMA

Dulces acordes de una canción de adiós
mientras se acuesta el sol tras los colores.

La niña que lloraba entre los juncos ya no está.

Descansa en paz.

La cuenta está saldada.


#SafeCreative Mina Cb

jueves, 28 de junio de 2018

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CABALLITO DEL DIABLO

Estoy considerando
el hacerme creyente de la magia

y empezar a hacer caso de señales
en las que no había reparado hasta la fecha

y creer firmemente
en que existe
(ya me lo explicaron en el cole)
un sistema capaz de hacer que la energía
no se destruya

sino que vuelva en forma de sucesos
aciagos o felices

según nos hayamos comportado.

Me resulta más fácil,
la verdad,
y más humano

que creer en un dios omnipotente y vengativo
que no tolera la muerte por piedad
y penaliza el sexo y el disfrute,
considerando que la libertad es egoísmo

y que esta vida no es más que un ensayo

cuyo único objetivo
es el de alcanzar la plenitud en otra dimensión

de la que nadie ha vuelto.

Ayer tuve en la mano una libélula
(caballito del diablo que las llaman)
que regresó tres veces.

Creo que le gusté.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 27 de junio de 2018

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LO QUE UN BESO MERECE

A veces un beso
merece
todo aquello que pueda suceder…

O no.

Quiero decir
ese beso apresurado
que se da sin pensarlo.
Ese beso que no se sabe
si va a tener continuación
si va a traer consigo besos posteriores
en días posteriores…

Ese beso que sabes, eso sí,
que va a desencadenar al instante
un torrente de besos
y una noche y un alba
y tal vez
(tal ves sólo)
tal vez otros besos
o tal vez nada más
que los besos ya dados.

Y es por eso que es tan importante
lo de besarse ahora
y no dejar los besos para un momento
quizá más conveniente
pero menos propicio;
otro momento en el que el beso ya no sea beso
sino algo bien distinto;
otro momento en el que ese beso espontáneo
pierda su sentido primitivo
y se convierta en el cauce que lleva a otros asuntos
y se desvirtúe así su esencia…

Hay que darlo enseguida pues,
sin pensarlo dos veces,
sin reflexión alguna,
atolondradamente…
Por si más adelante no es posible.
Por si ese beso no trae más besos
ni más contactos
ni más encuentros…

Porque hay besos,
sabedlo,
que tan sólo están hechos para eso:
Para ser sólo besos.
que no son sino encuentros de dos vidas
cuyas almas
decidieron unirse un sólo instante
y beberse y tragarse. Y empaparse del otro
para después separarse para siempre
y guardar tan sólo la esencia de esa boca
a la que ya nunca
volverán a besar.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

martes, 26 de junio de 2018

 



EL CONTENEDOR

Empecé sobre la mesa
de un ingeniero muy listo
que me diseñó unos planos
con todo muy bien medido:
normas UNE, ergonomía,
colorines, objetivos,
materiales, ensamblaje...
muy funcional y bonito.

Llegó más tarde el proceso
de hacer del plano algo físico:
los moldes, los operarios,
el plástico calentito,
las cadenas de montaje,
las pinturas, los pulidos,
el control de calidad,
la espera de algún pedido
y la ducha de agua fría
para dejarme bien limpio.

Luego, ya sobre un palé,
reluciente y bien erguido
fui conducido a una finca
junto a otros parientes míos
donde un labriego muy bruto
que cultivaba pepinos
me dejó a merced del sol,
de la lluvia y de los bichos
y ahora estoy, como quien dice,
y en dos días, hecho un cristo.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 25 de junio de 2018

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No es mi culpa

si me mareo porque el mundo gira
o si me hace llorar una puesta de sol
si quiero ser estrella en vez de pájaro

o si a veces

tal vez

espero demasiado.

Es solo

que estoy viva.

No lo puedo evitar.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Leandro Lamas

martes, 19 de junio de 2018

La imagen puede contener: bebida 



SONETINTO DE VERANO

Qué pena que, existiendo los amigos,
las flores, el Bocal, las caminatas,
los polos de limón, las serenatas,
los cristales ahumados, los ombligos...

la piscina, el Rayón, los calamares,
el tinto de verano, los vencejos,
las zonas frescas de los barrios viejos
o las ganas de ver nuevos lugares.

Qué pena, que, existiendo todo esto
y más, en que el teclado no se explaya
en describir, porque se alarga el texto...

Qué pena que haya gente que el verano
se lo pase pegada a una pantalla
y no gozándola como un enano.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 18 de junio de 2018

La imagen puede contener: una o varias personas 


 PINTURAS

En ocasiones

las palabras se esconden,
tímidas y agotadas,
aburridas acaso del gris de su osamenta
o incapaces, en fin, de relatar
emociones tan íntimas y simples
que el alma,
posesiva,
retiene para sí.

Es entonces

cuando toman el mando las pinturas

y la vida

se llena de color.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 16 de junio de 2018

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 Lo mejor es

mirarte

e imaginar

... qué piensas.

 
#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Sybile Art

viernes, 15 de junio de 2018

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INVOCACIÓN

Harta estoy de aire y agua.
No doy abasto
y me han salido branquias
como a los barbos.

Si cojo la chaqueta
¡zas...! calorazo.
Si salgo de tirantes
¡toma cierzaco!

Si saco el chubasuqero,
sol a capazos.
Si me olvido el paraguas,
venga chubascos.

Me abruman estas dudas
con el vestuario.
Vivo entre insolaciones
y resfriados.

Como no se decida
pronto el verano
voy a ponerles ruedas
a los armarios.

#SafeCreative Mina

jueves, 14 de junio de 2018

La imagen puede contener: cielo y exterior 



Acordes prohibidos,
brujerías, aquelarres,
miasmas y gorgojos,

soplos al corazón,
chicles, vahídos,

peladillas caducadas,

gatos que te miran con ahínco,
cáscaras de melones putrefactos,
magdalenas que vacían tus arterias,
malos pensamientos,
pasadizos telúricos,
túneles del terror,

muñecas en la basura
que clavan en ti sus pupilas maliciosas.

Y al fin

toneladas de amarga cafeína

y un día que se antoja interminable.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 13 de junio de 2018

La imagen puede contener: bebida y texto 



EL SORBO DE HACIENDA

Me lo veo venir. El día menos pensado se dan cuenta y nos atizan un sablazo. Dará igual lo que pidas: una caña o una cocacola. Como te vean cara de estar muriéndote de sed aguijonazo al canto. Y es que no hay mayor placer que ese primer sorbo en una tarde de verano, cuando uno llega al bar muerto de ganas de algo fresco, y te lo sirven en ese vaso que se empaña por la diferencia de temperatura, y que tú vas viendo llegar hasta tus manos con auténtico deseo, y que una vez en tu poder, y tras sentir el frescor del vidrio entre tus dedos, acercas a los labios, inclinándolo ligeramente al tiempo que cierras los ojos y sientes el incomparable goce del frío líquido deslizándose por tu garganta. Y entonces el camarero, que no es tonto, se da cuenta de que es el primer trago. Y que eso es un lujo que ha de ser gravado. Y cuando preguntas cuánto es te dice que dos pavos. Y tú le sueltas que cómo es posible, si al de al lado le acaba de cobrar uno cincuenta. Y él contesta que el de al lado lleva tres, pero que la primera la pagó a dos euros. Cosas de Hacienda, concluye. Que se han dado cuenta del gustirrinín que produce el primer trago y han decidido sacar tajada del asunto. Y que tiene que hacerlo porque mandan espías. Y si descubren que defraudas te cierran el garito. Y que no están las cosas como para quedarse sin trabajo. Y que él no puede hacer nada, ya lo siente. Y que lo único que puedes hacer tú es disimular y que, de ahora en adelante, se te note menos.

El gustazo digo.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Portada de "El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida", de Philippe Delerm (Tusquets Editores)

martes, 12 de junio de 2018

La imagen puede contener: texto 


 CONTAD SI SON CATORCE...

Me estoy volviendo vaga de remate,
mis musos permaneces más bien quietos
y solo me apetece hacer sonetos
de temática un tanto botarate.

Le he cogido el tranquillo al soniquete
del once por catorce en cuatro estrofas
y me salen las penas y las mofas
en lo que viene siendo un periquete.

Debería, lectoras y lectores,
tomarme un poco en serio este negocio
que conoció, lo sé, tiempos mejores.

Pero están polvorientos los motores
desde que apenas gasto el tiempo de ocio
en describir mis goces y dolores.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 11 de junio de 2018

La imagen puede contener: una persona 


 LA MÁQUINA DE LEER EL PENSAMIENTO

Ya está aquí. Me lo llevo temiendo varios años, desde que empezaron a construir esos engendros diminutos e inteligentes que todos llevamos en el bolsillo y a los que los gurúes del planeta han disfrazado con el nombre de teléfonos.

Y es que existe una diadema que se conecta a no sé qué tipo de móvil pero que en realidad es una máquina de fotos un tanto particular. El aparato detecta un cambio en las ondas cerebrales y transmite al dispositivo móvil la orden de tomar la foto. Así sin más. Con un par. Por su cuenta y riesgo. Sin preguntarte nada y sin pararse a pensar. En fin, que tu vas un suponer a Donosti un día de verano y cada vez que le echas el ojo a un surfero te lo retrata. Lo que ya no sé es si la máquina afina lo suficiente como para saber a qué parte del individuo estabas mirando. Porque lo mismo te han gustado sus ojos y el teléfono le toma una instantánea del paquete. O a la inversa.

Pero no es eso lo que me preocupa. Lo de las fotos quiero decir. No, porque tú te conectas el ingenio y oye, a tu bola, escuchando música con los cascos y haciendo retratos con el cerebro. Y sin meterte con nadie.
A mí lo que me preocupa de todo esto es que lo mismo que el chisme ese lee tus impulsos cerebrales y decide que ese pedazo de catedral que tienes delante se merece ser inmortalizada, quién sabe si no existe también una diadema de esas capaz de detectar los pensamientos. Y a ver qué hacemos entonces. Claro que eso no entraña una enorme gravedad siempre que tú te la pongas a ti mismo. Pero también es una tontería leerse el propio pensamiento. Tiene más encanto ver el de los demás. Y así, tú te haces con uno de esos inventos y cuando tu chico venga a casa a las tantas y te diga que vuelve del trabajo, esperas a que se duerma, le pones la diadema y descubres que el único pensamiento que ocupa su cerebro es el lunar que una de tus mejores amigas tiene justo al lado del chichi. Y ya no tienes ni que preguntarle ni que montarle la bronca. A la mañana siguiente en cuanto se va a currar metes sus trastos en una caja, llamas al cerrajero y lo dejas en la puta calle. Sin acritud.

Pero ni siquiera eso es lo peor. Lo peor, y me temo que ya esté inventado pero nadie nos haya dicho nada, es que se llegue a programar una aplicación como la de los códigos Qr, esos que se utilizan en los conciertos, por ejemplo, y que los taquilleros leen mediante un escáner. Pues bien, mi pesadilla es que un día sea posible leer los pensamientos con un móvil de la misma forma que ahora los aparatitos de las taquillas leen esos códigos de barras, esto es, que para saber lo que piensa el otro no tengas que hacer más que ponerle el teléfono delante. Y decirle que es para una foto.
Y así el muy gilipollas no sólo se queda quieto sino que aún encima te sonríe.

Tiempo al tiempo.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 10 de junio de 2018

 



REDES

Es cosa complicada, amiga mía,
el encontrar, pasados los cincuenta,
a un hombre que te tenga bien contenta
sin que te llegue a hartar su compañía.

Es difícil vivir en la utopía
y evitar convertirse en Cenicienta
y además, no tenerle al otro en cuenta
su colección de vicios y manías.

No busques, pues, amiga, en la pantalla
a un príncipe de sangre azul celeste
porque lo mismo das con un canalla.

O te topas con un novio antigualla
que te transforma, cueste lo que cueste
en la mujer que cose, guisa y calla.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 9 de junio de 2018

La imagen puede contener: cielo, pájaro, crepúsculo, exterior y naturaleza 


A veces me posee la ambición
y quiero atesorarte
y guardarte tan solo para mí.

Pero al poco
recuerdo que eres águila

y yo solo gorrión.

viernes, 8 de junio de 2018

La imagen puede contener: una o varias personas y primer plano 


DELEBLE

No se atrevió, a esa edad inconveniente, a tatuarse su nombre. Más bien se limitó a pedirle que le dibujara, en un lugar donde nadie más pudiera verla, una estrella, que iba desapareciendo poco a poco debido a los efectos de la higiene para ser renovada en un sitio distinto en cada encuentro.

#SafeCreative Mina Cb

martes, 5 de junio de 2018

La imagen puede contener: una persona, sonriendo, texto 


 LECHE “PARA EL NIÑO”

En los tiempos que corren lo de la atención al público se está poniendo cada día más difícil. El cliente se convierte en ocasiones en un tirano que te escupe a la cara lo que no se ha atrevido a escupir a quien debía y tú has de sonreír y no dar la menor muestra de disgusto, puesto que si lo pillas muy rayado es capaz de pedir la hoja de reclamaciones y sabes que, por mucho que la razón te ampare, lo menos que te va a caer es una buena bronca. Así que una tensa muy bien las comisuras y enseña el piñerío, muy digna y competente. Y mientras el escáner hace pi por tu cabeza pasa el santoral entero cubierto de excrementos. Hasta que, dos clientes más allá, uno que se ha pispado te sonríe de veras, aunque sea sin dientes, y te dice que no hagas caso y que la vida es bella. O un moco de ocho años que va junto a su madre suelta a voz en grito lo del “Paz y amor” y la peña rompe a carcajearse mientras al bocachanclas casi se le cae la cara de vergüenza.

De todos modos, y aunque podría estar tecleando hasta la hora del Apocalipsis (si no me decido a escribir las memorias de una dependienta es por pura pereza, créanme...), mi momento favorito es la hora del cierre. Da igual si es a las nueve que a las diez. Da lo mismo si el horario se amplía o se reduce.

Se puede pasar lista.

Siempre es la misma gente la que llega en el último momento. Siempre. Aunque el horario sobrepase las doce horas. Aunque en la tele estén dando la final de la Champions. Aunque en la calle caiga el diluvio universal. Es más, para mí que se programan el móvil y si hace falta se levantan de la cama, dejando al partenaire en pleno proceso preorgásmico, para venir a tocarnos las narices. Entran con mucha calma, cogen un carro grande de los de moneda y se van directos a la panadería, donde protestan de que no hay pan. La espaldera puede estar a reventar de género pero falta precisamente la referencia que ellos buscan. Y da lo mismo que mañana tengas esa referencia, porque les apetecerá otra que falte en ese momento. Así es la cosa. Luego empiezan a revolotear por la tienda, con mucha parsimonia, y cuando ya casi es la hora de cerrar te piden que les limpies seis lubinas. No desescamadas sin más, que así no vale: en filetes; sin tripa y sin espina. Aunque piensen congelarlas y hacerlas dentro de dos meses. Luego, y ya cuando se apagan las luces y la música, se acercan a la caja y te cuentan lo bien que se lo han pasado en el pinchopote: “Fíjate si estábamos a gusto que si no nos avisa la alarma del móvil nos quedamos sin pan para la cena... ay, por cierto, si no quedaba sal”. Y se van a por la sal. Y luego a por un paquete de cervezas. Y al final no les llega el dinero y tienen que dejar tres cosas. Y justo cuando van a pagar se acuerdan de que llevan la tarjeta y te dicen que se las vuelvas a poner. Y luego se les ha olvidado el pin. Y después no encuentran las bolsas. Y en eso, que ya tienes la verja echada, pasa un tío y te dice que le abras. Y le dices que no. Y te dice que quiere solo un brik de leche. Y le dices que no. Y te dice que es para el niño, que es la excusa más vieja de la historia y se debe de creer que llevas dos días en el gremio. Y le dices que no. Y te grita “¡Mala puta!”.

Y los del pinchopote, que aún están buscando las bolsas, te miran y te sueltan: “Aún encima, mala”.

Y tú te callas y empiezas a contar.

#SafeCreative Mina Cb

Nota: Algunas de las situaciones que se describen en este relato pueden ser reales. Se han omitido los nombres de los protagonistas para evitar herir sensibilidades. La autora no se hace responsable en caso de posibles acciones judiciales.

lunes, 4 de junio de 2018

La imagen puede contener: una o varias personas 


DEJAR DE RESPIRAR

Ya no quiero enfadarme y dejar de respirar

pasar días enteros en silencio

o jugar al chantaje de los miedos.

Ya no quiero.

Ya no quiero volverme pitonisa
y adivinar respuestas

que solo se resuelven con preguntas.

Ya no quiero los odios de trapillo,

esos enconos viles y domésticos

con que se aguijonea la confianza

y emponzoñan el aire hasta volverlo
una cortina gris y maloliente.

Ya no quiero volver a lo decente.

Me declaro inmoral.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 3 de junio de 2018

La imagen puede contener: bebida y taza de café 


EL ESTANTE DE ARRIBA

Lo temíamos como al demonio. Habíamos visto llegar hasta allí a muchos de nosotros, y sabíamos que aquello era, indefectiblemente, el principio del fin.
Sí, porque cuando alguien nuevo llegaba y no había sitio para colocarlo, uno de los ocupantes era desalojado. Y ya no volvíamos a saber de él. Y eso nos angustiaba enormemente, creando entre nosotros un ambiente de competitividad que enrarecía la convivencia. Necesitábamos ser utilizados. A diario. Y si era posible varias veces.

Yo lo era, al menos en dos ocasiones cada día: a la hora del desayuno, después de la comida y a veces a media tarde, sobre todo si venían visitas. Mi época preferida del año eran las navidades, y los cumpleaños, cuando me sacaban de mi oscuro rincón y me colocaban en la cocina, sobre las baldosas, bañada de luz y ensordecida por el bullicio de los visitantes que iban y venían.

Hasta el último aniversario de bodas. Yo estaba tranquilamente aposentada en la encimera y de pronto llegó ella. Me desconectaron y me echaron a un lado. Utilizaron mi enchufe para alimentarla. La recién llegada se puso en marcha rápidamente; sus luces se encendieron y empezó a emitir un zumbido penetrante y molesto. Alguien colocó una taza sobre su base radiante y el negro líquido brotó, humeante y aromático. Yo temblaba de miedo y de indignación. ELLA venía para hacer mi trabajo. Me sacaría de la cocina, incluso de mi tranquilo rincón en la despensa, y me vería relegada al estante de arriba, donde estaban la yogurtera, la licuadora, el cuchillo eléctrico… esos antipáticos vecinos que habían llegado un día con sus aires de grandeza, mirándonos por encima del hombro y creyéndose el no va más de la modernidad, y que ahora nos observaban con envidia desde su atalaya. Esos desgraciados a los que insultábamos, llamándolos inútiles, engorrosos y anticuados.

No podría soportar pasar el resto de mi existencia a su lado, me dije.
De modo que, aprovechando la vibración de la “Nespresso”, me fui desplazando poco a poco hacia delante hasta colocarme en el bordillo de la encimera. Entonces cerré los ojos, me dejé caer y mi estructura se desensambló al tiempo que mi jarra estallaba con estrépito, llenando el suelo de diminutos pedacitos de transparente cristal.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 2 de junio de 2018

La imagen puede contener: naturaleza 


 A LA VIDA

Confieso

que este dolor de espalda
que me atormenta
y me impide dormir algunas noches

se lo debo a la vida.

Confieso

que a veces me lamento
y maldigo el crujir de mi osamenta.

Pero lo cierto es

que no lamento ni un solo minuto
ni una sola idiotez, ni un solo paso,
ni el mayor desatino cometido.

Nada
de lo vivido
lo lamento.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Leandro Lamas