miércoles, 30 de diciembre de 2015



Querida mía:

No creas que me ha sido fácil tomar esta decisión. Son muchos los años que llevamos juntos, tú siempre eficiente y en tu sitio y yo utilizándote cuando lo creía necesario.
Recuerdo muy bien el día en que llegaste a casa, bella y resplandeciente. Y cómo me gustaban tus líneas. Y ese estilo elegante que encajaba tan bien en el entorno. Cierto es que algunos detalles no encajaban y hube de ajustarlos. Pero no hay nada que no se solucione con voluntad y una caja de herramientas.
Sin embargo ha llegado el momento de que nos separemos. Tú, he de reconocerlo, ya no me satisfaces como antes. Necesito a otra con más luces. Me hago mayor, y ya no soy lo que era. Y por mucho que tú te esfuerces, y por mucho que yo vaya aumentando progresivamente la potencia de las bombillas, nada es como antes. Voy medio a ciegas y un día me voy a romper la crisma. Pero no te amohínes, querida, porque el flexo del escritorio y la lámpara de la mesilla van a correr tu misma suerte. Por otra parte, y en señal de agradecimiento, he buscado para ti un nuevo hogar: un lugar en el que serás acogida con la misma ilusión con la que yo te abrí las puertas de mi casa hace casi una década.

No me guardes rencor y parte en paz, sabedora de que el agujero del techo del que colgaste durante años quedará abierto en tu honor.

No pienso emplastecerlo.

#SafeCreative Mina Cb

martes, 29 de diciembre de 2015



SI TE PIERDES

Si te pierdes
volveré a buscarte
con nocturnidad y
(quizás)
alevosía.

Volveré a buscarte
cuando no me esperes,
cuando estés ocupada en tus tareas,
o hablando por teléfono
o tomando unas cañas por el barrio.

Volveré
sin anunciar la hora
ni el momento
ni cuál ha de ser la duración de mi visita…
Girarás la vista y estaré
ahí,
detrás de ti
sin decir nada,
esperando a que acabes tu tarea,
tu charla,
tu cerveza, tu visita,
tu siesta, tu gestión…

Y tan sólo cuando te encuentres libre
me haré notar
y ese día será como una fiesta...

Sólo dosificando
no podrá darnos caza la rutina.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Mostro Amarillo Fotografías

lunes, 28 de diciembre de 2015




A LA INMORTALIDAD

¿Sabes…?
Puedo morir mañana…
Y aún antes,
en el transcurso de esta noche…
O incluso, y si me apuras,
sin llegar a acabar este poema
¡paf…!
mi cabeza inconsciente golpeando el teclado
y una hilera de letras inconexas
qweuoyopimkldjkjkh
(como cuando lo pisa el gato)
y más tarde una esquela
con la foto de perfil del feisbu
y el “Minina” entre paréntesis
debajo de mi nombre.

No me mires así:
También a ti puede ocurrirte
(lo de morir mañana digo)
aunque te dé yuyu hablar de ello
y prefieras pensar que “esas cosas”
sólo les pasan a “los otros”…

Es por eso,
porque tú
como yo
podemos irnos
por lo que considero que es tan importante
vivir
y hablar
y decir y hacer
lo que siempre dejamos
para más adelante
como si dispusiéramos
de todo el tiempo del mundo
o como si,
en caso de partir de forma apresurada
nos fuese a ser posible mandar un whatsapp
a aquellos
a quienes por pudor,
temor,
o indecisión
no nos atrevimos a decir
lo que pensábamos,
sentíamos,
amábamos…

Y es que no hay nada más ficticio
que confiar
el porvenir,
las decisiones
los afectos
(e incluso la redacción de los poemas)
a la inmortalidad.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 27 de diciembre de 2015



… CENIZAS QUEDAN

No sé por qué te rimo todavía
así, como quien dice, por instinto…
Será porque, en el fondo, sigues siendo
uno de mis humanos favoritos.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Cathy Delanssay

sábado, 26 de diciembre de 2015



RASTRO

Voy sembrando palabras…

Las dejo caer
como miguitas de pan
que pueden ser comidas por los pájaros
de forma
que parte del rastro
se desdibuje
y sea necesario imaginar
y aguzar los sentidos:
oído, olfato, tacto,
y otros fieros instintos animales…

Una intrigante trama.

Un juego para adultos.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Óleo de Inés Díez

miércoles, 23 de diciembre de 2015



PUNTOS SUSPENSIVOS

Es el mejor momento. Cuando no sabes nada. O casi. Cuando el nosotros es una incógnita. Un enigma. Un libro aún sin empezar. Un espacio infinito en el que cualquier cosa puede acontecer. Una trama incipiente. Una historia sin prólogo en la cual sólo existen la emoción y el misterio. Un planteamiento sin nudo. Y por supuesto que sin desenlace. Un párrafo desnudo en el que ir desgranando mayúsculas y acentos. Una página en blanco en cuyo centro bailotean, inocentes y libres, dos puntos suspensivos.

#SafeCreative Mina Cb

martes, 22 de diciembre de 2015



EL BOMBO DE LOS DESEOS

Confieso que no necesito nada. Pertenezco a esa tribu de afortunados que tienen salud, trabajo y afecto. Y un techo bajo el que cobijarse. Y por eso no le he escrito al Olentzero. Ni a Papá Noel. Ni a los Reyes Magos. Ni pienso. Y apenas he comprado lotería. De hecho, tiemblo ante la posibilidad de que toque la del trabajo porque este año no llevo ni un céntimo. Y si sale la bolita me voy a quedar currando sola mientras el resto del personal descorcha botellas delante de las cámaras. La verdad es que estoy de un pasota que me sobro. Y es que lo que me gustaría es que la lotería me tocase de otro modo. A mí y a muchos otros. Me gustaría, por ejemplo, que la vida me devolviera a esas personas que partieron demasiado pronto, cuando sus ciclos no se habían aún cumplido. Me gustaría que por el agujero de la capa de ozono de la atmósfera se filtrase un gas letal que se llevara por delante a todos los malnacidos que nos amargan la existencia. Sobre todo a los terroristas. Y hablo de todos. No sólo de los que van armados, sino de aquellos que accionan los mecanismos explosivos desde sus pulcros despachos. Quisiera también que una plaga bíblica se cebara con quienes explotan a los niños. O abusan de ellos. Y contra quienes maltratan animales. O queman bosques o destruyen ecosistemas. Y ya puestos, desearía que todas las mujeres del mundo pudieran elegir su identidad y su destino. Y que nadie utilizase el poder para lucrarse. O para aniquilar a sus rivales. Puesto que el fin de la rivalidad pienso que no sería bueno para la raza humana. Porque nos haría perder la perspectiva y nos volveríamos unos pedantes egocéntricos. Propondría también la instauración del laicismo en el planeta. Que cada uno crea en lo que le parezca pero en la intimidad, y sin ponerlo como excusa para someter a nadie. Ídem de ídem con los nacionalismos y cualquier otro tipo de ideología de carácter elitista o excluyente. No pediría, pues lo considero innecesario, la inmortalidad de mis seres queridos ya que pienso que cada cual tiene su plaza en el tiempo y el espacio. Y que es la durabilidad limitada lo que da sentido a la existencia. Y lo que la embellece y la hace tan preciosa.

En fin… que a lo mejor ahora podéis entender por qué no escribo cartas a los magos. Y es que se partirían de risa al leerlas… Una mujer de mi edad pidiendo esas bobadas… Pero yo sigo en mis trece… Es más, no descarto la posibilidad de inventar, en un futuro, un bombo en el que meter los sueños e ir sacándolos, poco a poco, cada veintidós de diciembre, hasta que todos se hayan hecho realidad.

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 21 de diciembre de 2015



EL PEDESTAL

Me gustó volver a verte. Ese porte tuyo, tan impecable. Y esa seguridad que vas desparramando alrededor. Y ese romper los espejos a tu paso. Y ese pacto con el diablo que te mantiene hermoso. Casi como un efebo. Y esa demoledora franqueza que no tiene piedad con el interlocutor. Y ese deje de debilidad apenas perceptible. Para no parecer tan altivo. Y ese desviar cualquier conversación hacia ti mismo. El ser más importante del planeta.

Qué claro se ve todo en ocasiones…

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 20 de diciembre de 2015



CITA

Quise intentar ser yo pero no pude. Me traicioné a mí misma. Llevaba todo el día repitiéndome que no era para tanto. Que no eras para tanto. Que a ver qué era lo que había de especial. Y luego, ya ves, al tenerte delante se me fue al cuerno el aplomo. Y me acabé portando como una adolescente estúpida que sólo intenta parecer la mujer ideal… a estas alturas y en estas situaciones. Y hablé más de la cuenta. Como siempre. Y no supe abordarte. Ni escucharte. Ni dejarme salir de mi escondrijo… maldita esa pedante que me habita y que aparece siempre, haciéndose la interesante cuando lo importante es conversar y nada más. Y me marché, al final, sintiéndome bastante sinsustancia, con el temor de haberte defraudado. Y repitiéndome, una vez más, que no era para tanto. Que no eras para tanto.

O tal vez sí…

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 18 de diciembre de 2015



Tanto protegimos las heridas del amor
que casi nos desollamos la piel
al querer arrancarnos las tiritas.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 16 de diciembre de 2015



BREVE TRATADO ACERCA DE LOS BESOS

Creo que una de las cosas que perdemos al iniciar la vida adulta es la afición por los besos. No por los afectuosos, sino por los otros. Por los de verdad. Los besos labio a labio, diente a diente. Y es que parece que una vez que descubrimos otras zonas que besar y que morder se nos olvida la importancia de un beso bien dado. Sobre todo si llevamos en pareja mucho tiempo. Con la misma persona quiero decir. Y ya besamos de cualquier manera. Cuatro lametones y hala, al lío, rumbo al Sur que es donde está la miga.

Yo, no me ruboriza confesarlo, he llegado a extrañar esas sesiones de besos en los reservados de las discotecas, cuando nos pegábamos horas mirándonos y comiéndonos la boca. Y tocando lo que se podía. Que no era demasiado en esas circunstancias de padres severos que jamás nos hubiesen consentido usar la habitación para otra cosa que no fuera dormir. Y solos, desde luego.

Pues eso. Que echo de menos los besos dados con el alma, y no esos actuales, que parecen a veces una mera gestión protocolaria. Y es que en esto del beso hay mucho manazas. O bocazas más bien. Mucho áspid con la túrmix hiperrevolucionada que se cuela casi sin pedir permiso y sin el indispensable requisito de mirar a los ojos de antemano. Que los besos, al menos el primero, tienen que ir con rebote. Quiero decir que han de estar precedidos de un indicio, de un tímido esbozo que nos dé a entender que el otro está dispuesto. Porque hay veces que, por muchas señales que a uno le parezca ver, la otra boca no está por la labor. Y cuanto menos se meta la lengua menos se mete la gamba si hemos de ser claros. Y luego hay bocas que no están hechas la una para la otra. No se sabe por qué pero se siente. Son esos besos raros que no encajan por mucho que nos empeñemos. Que nos resultan ásperos, o muy acelerados, o demasiado torpes. Y luego ya está el tema de los hábitos adquiridos. Cuando cambias de boca tras haber bebido durante mucho tiempo de la misma. Y te cuesta hacerte a la nueva. Es un poco como estrenar zapatos. Aunque sean buenos y no rocen. Que lo notan los pies.

Hay, sin embargo, bocas que se ensamblan a la perfección desde el primer instante. Bocas que parecen llevar toda la vida buscándose. Y que se reconocen en el momento en que se encuentran. Y necesitan besarse de forma natural. Y son estos los besos más bonitos y perfectos, esos que hacen que el mundo se detenga y suenen violines a nuestro alrededor. Los que nos paralizan y tras los cuales podríamos morir plácidamente... aquellos que nos recuerdan a otros besos antiguos, tímidos besos inocentes y mullidos que dimos allá por la prehistoria de la vida, ese tiempo inconsciente en el que aún no habíamos hollado el húmedo terreno al que nos acaban conduciendo los besos con frecuencia.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Lumina Terris

martes, 15 de diciembre de 2015



LOTECCIONES NAVIDALES

La verdad es que estoy indecisa. Pero mucho, ¿eh?
Sí, porque a ver… ya no distingo, o sea no discierno, o sea no me entero, o sea llevo una empanada mental que ya no sé si voy o vengo. Que entre los de las oenegés que andan estos días tomando las calles y asaltando a los viandantes (pordiossss, que alguien me diga cómo hay que vestirse para no parecer una tía solidaria porque yo me los llevo en ristra como el flautista de Hamelín a las ratas), los políticos que de repente se han empezado a acordar de que existo (el coronel Buendía estaría gozando de lo lindo en mi lugar, todos los días el buzón hasta los topes), los watssap de los amigos ofreciendo lotería y haciendo sorteos para lo del amigo invisible y la inminencia de las Navidades estoy ya que me va a explotar el disco duro. Y es que a ver qué clase de alineación planetaria se cruzó el día en que al Rajoy, o al que sea, se le ocurrió fijar la fecha de las elecciones generales. Que yo estoy en un ay. Que no vivo, en fin. Que me da miedo poner la tele, conectar la radio, navegar por Internet, salir a la calle… Ni a irme de zuritos con la cuadrilla me atrevo, porque en cada bar te encuentras a un político, a un tío ofreciendo participaciones, a un sembrador de estrellas o a un cooperante de cualquier asociación humanitaria. Es más, el otro día me tropecé con una amiga a la que no veía hace tres años y en lo que cuesta pedir un par de cañas ya me había hecho de Acnur, me había emplumado tres participaciones para el sorteo de una cesta y me había puesto en la solapa derecha del abrigo una estrella de Belén y en la izquierda un pin de no sé qué partido del que se ha hecho militante. Y eso que está divorciada, curra y tiene cuatro críos en custodia compartida. Que digo yo que las quincenas que no ejerce de madre hay que joderse lo que le cunde el tiempo. En fin, que me tomé la caña y a continuación me di a la fuga, porque dije, a ver… si me emborracho esta se lía a sacarme papeles para firmar y lo mismo acabo de cooperante en Mozambique… que cosas más difíciles se han visto.

Pues eso… que estoy deseando que se pase todo: las votaciones, la lotería, las cenas con regalos y los anuncios de colonia. Que esa es otra: ya podían, aprovechando que las fechas se solapan, sacar en los mítines a los efebos del Jean Paul Gautier, y no a toda esa cuadrilla de barbudos y de rubias de frasco que no dicen más que bobadas. Y a cambio, que pongan a los políticos a cantar el Gordo. Por lo novedoso de repartir pasta en vez de llevársela. Que lo mismo se aficionan y cambian de actitud de una puñetera vez.

En fin… que yo me lo estoy pensando: no sé si iré al colegio electoral con la zambomba, el matasuegras, la botella de cava y un décimo de lotería en cada sobre (distinto para el Senado y el Congreso) o me plantaré en la Puerta del Sol con las doce uvas a la hora del sorteo, esparciré las papeletas por el suelo, les pondré a cada una un número del cero al nueve y según terminen el primero y el segundo premio pues oye, a esos les tocará… Que malo será que lo hagan peor que los de ahora.

Y eso, claro está, si mi amiga la cooperante no se me ha llevado para entonces a pasar la Navidad a Mozambique.

(y todo con las bragas rojas puestas)

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 14 de diciembre de 2015



POLVO EN EL VIENTO

No me desnudes aún
ni con los ojos…

Sigue inventándome en el tiempo y la distancia
y así
si el día que esperamos nunca llega
nada se perderá.

Polvo en el viento…

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Juan J. Merlo

sábado, 12 de diciembre de 2015



LO MEJOR Y LO PEOR

Antes de acudir a la cita metió en el bolso, y por ese orden, una navaja y un paquete de preservativos. Lo segundo porque se conocía más que de sobra. Lo primero porque aún no lo conocía a él.

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 11 de diciembre de 2015



EL CAMINO TRAZADO

Escogió, tras mil cavilaciones, el camino trazado. Aun sabiendo que el otro, aquél que había aparecido en la ruta de improviso y que no figuraba en guía alguna, podía ser el que había buscado durante todo el viaje. Tomó la senda y fue siguiendo todas las indicaciones. Sin cuestionarse nada. Simplemente porque le resultaba más sencillo que adentrarse por senderos inciertos. Se dejó llevar lo mismo que el río se desliza por el cauce, manso y aquiescente, sin llegar jamás a deshacerse de esa incómoda sensación de haber errado el rumbo, de haber dejado escapar la oportunidad de descubrir qué es lo que existía al final de ese otro sendero serpenteante, de aquella vida que dejó resbalar entre las manos y que quizá, sólo quizá, era la que la felicidad guardaba para él.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Mario Gomez Vidal

jueves, 10 de diciembre de 2015



AÚN

Te confieso que
(aún)

 pese al sol
y a la ausencia de viento
de este fin del otoño bonancible
y a todas las cosas bonitas
que surgen a cada instante
como flores silvestres
y se abren, generosas, a mi paso
y a todos mis amigos
y a las canciones
que me hacen saltar el corazón
y a esas fotos
en las que suelo aparecer
partiéndome de risa

sigue habiendo noches
como esta
en las que
(aún)
me siento morir
de amor y de nostalgia.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 9 de diciembre de 2015



NOVILLOS

Sí… sí, sí, soy yo. Su madre. No, su padre no está ahora. Y a mí me pilla por los pelos porque me voy a trabajar en diez minutos. Que no paramos en casa. No hay manera. Mierda de crisis. Que desde que empezó todo este tinglado no nos llega la camisa al cuerpo. Así que no ha habido forma de sacar un rato para comprar el árbol. Y las niñas empeñadas. Que queremos abeto. Que queremos abeto. Y ni siquiera ayer, ocho de diciembre. Que era fiesta pero como los dos trabajamos en comercio no hubo forma. En diciembre es cuando más horas se meten. Ni festivos ni hostias. Jornada intensivísima. Doce horas ininterrumpidas con bocata a pie de mostrador. Y si se te ocurre quejarte te sueltan eso de que hay veinte esperando. Y a la puta calle. Así que las niñas sacaron las guirnaldas y la estrella y ahí las tiene usted, señora directora. Por eso no han ido hoy a clase. Y mañana tampoco las espere. Que conociéndolas ya le aseguro a usted que estas no se mueven hasta que haya arbolito. Y tal cual vamos su padre y yo de tiempo pues a ver. Difícil está el tema. A no ser que la abuela se enrolle y nos haga el favor de ir a comprarlo. Más que nada porque si no las chicas no van a cenar a su casa el día de Nochebuena. Pues vale. Llame a usted a la asistente social. Quítenos la custodia. Haga lo que le dé la gana. Que nosotros no somos capaces de que entren en razón. Y la pequeña aún come sólido, pero a la otra la alimentamos con un tubo porque no le da la gana de quitarse las tiritas. Ok. Como usted quiera. No hemos sabido educarlas. No vamos a discutir. Y además que yo no tengo tiempo. Mire, mándeme por correo electrónico las tareas y yo les digo. A ver si las pueden hacer en casa. Sin moverse, eso sí. O mejor aún. Tráiganos un arbolito. Aunque sea de plástico. De esos raquíticos que parecen escobillas de váter. El caso es que podamos instalarlo en el salón. Que las chiquillas lo vean, le pongan los adornos y ya está. En serio, señora directora. Que a nosotros no nos da la vida. No sabe usted cómo se ha puesto esto del trabajo. No lo sabe usted.

#SafeCreative Mina Cb
Foto de Virginia Cuadrado Cocho

martes, 8 de diciembre de 2015



AVANZO

Avanzo
por fin siento que avanzo:
el futuro y los limpios horizontes
  y un camino que recorrer
descalza,
desnuda
y con el alma alerta
y tu olor aún pegado a la epidermis
y esa leve oquedad con que tropiezo
cada vez que me giro
y no estás a mi lado
(como me prometiste)

#SafeCreative Mina Cb

lunes, 7 de diciembre de 2015



IRMA… SIN WYLDER

Entró al local. Hacía frío y la atrajeron el olor y el vaho en los cristales. Él se acercó y le preguntó si podía ayudarla en algo. Ella no entendió la orientación profesional de la frase y se inventó una historia cotidiana que clavarle en los ojos mientras se aguantaba las lágrimas y el dolor de los golpes de la madrugada anterior. No tenía dinero. Sólo quería un café. Caliente a ser posible. Y algo de compañía con la que olvidar la sordidez de aquel apartamento en el que él dormía, a buen seguro, mientras las luces del mediodía destellaban sobre la piel desnuda de alguna jovencita. Esta vez, pensó, no volvería. Buscaría una forma de ganarse la vida lejos de su sombra y de sus puños.
Él había reparado en las marcas viejas y amarillas que el despintado y excesivo maquillaje apenas ocultaba. Le tiró un expreso fuerte y denso y la miró con ternura mientras ella sujetaba el vaso sin mediar palabra, no atreviéndose a beber.
“No te matará.- le advirtió, sonriendo- El café, digo”.
Y la chica empezó a llorar desconsoladamente. Tanto que él salió para sentarse junto a ella y abrazarla.
“Es este frío, que me encoge los huesos”- murmuró, quedamente, las lágrimas empapando su camisa y los aromas del café y de su perfume acariciando su alma desolada.

#SafeCreative Mina Cb

domingo, 6 de diciembre de 2015






LO COTIDIANO

Despertarse. Levantarse. Lavarse. Desayunar. Despedirse de ti. Llevar a los niños al colegio. Coger el autobús. Llegar al trabajo. Bromear con los compañeros. Tomar un café a mitad de jornada. Comerse un marrón. Cabrearse con el jefe. Volver a casa. Darse cuenta de que tú no has vuelto. Marcar tu teléfono y que no responda nadie. El toque de queda. Ayudar con los deberes a los críos. Responder a sus preguntas con mentiras. Cenar. Llevarlos a regañadientes a la cama. Mentir de nuevo. Marcar tu número. Mirar por la ventana. Llorar. Llorar mucho. Pero sin hacer ruido. Saber que nadie va a decirnos nada. Imaginar lo peor. Pensar que tampoco habrá sido para tanto. Que tal vez te hayan detenido en un control. Y que te suelten en tres o cuatro días. Escuchar disparos a lo lejos. Tranquilizar a los niños, que se han despertado con el ruido. Mentirles de nuevo. Acostarse y no dormir. Levantarse al amanecer con los ojos hinchados. Darse agua fría en los párpados. Preparar el desayuno a los pequeños. Mentirles otra vez. Llevarlos al colegio. Despedirse de ellos. Coger el autobús. Llegar al trabajo…
Y así cada día.

#SafeCreative Mina Cb
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viernes, 4 de diciembre de 2015




MADRUGADA

Se dejaba hacer, remolona y un tanto desconfiada, imaginándolo torpe y pensando en la mañana siguiente, tanteando las llaves en el bolso y planeando la huida. Fue primero la frente y luego las mejillas. Y más tarde el contorno del lóbulo, justo en la base, ronroneando lascivo. Sólo los labios. Nada más que eso. Una carrera perezosa y tibia que la hizo aflojar la presión sobre el llavero, que se perdió por fin entre la inmensidad de la cacharrería. Que no llegue a los hombros- se decía, mientras pensaba en la inminencia del amanecer y del despertador al tiempo que los dientes de él se convertían en pinzas indoloras que iban deslizándose hacia abajo hasta llegar al punto en donde el cuello se une con los hombros y descargar un sorprendente mordisco que le erizó el vello y le arrancó un gemido casi inaudible pero que fue suficiente para poner al hombre sobre aviso. Rápidamente la apretó contra el muro y la besó en la boca con fiereza, restregando su cabeza contra el granulado y casi ahogándola al tiempo que se introducía en ella de repente y con violencia, levantando el vestido con una de sus manos mientras que con la otra la sujetaba de las nalgas. Casi como en las películas. Fue tan repentino que estuvo a punto de gritar. El sexo de él la rasgó en dos y echó hacia atrás el cuello para zafarse de su boca y buscar oxígeno. Él le mordía los pezones por encima de la tela al tiempo que oscilaba sobre ella sin perder el equilibro, casi como un autómata acostumbrado a ese ejercicio. Ella perdió el control y el reloj, las llaves, la calle y el rugoso cemento se precipitaron por un vórtice que se hundía en la negrura para salir al instante despedido hacia lo alto en forma de espiral multicolor. Y su cerebro quedó hueco de ideas y fue invadido por una corriente vibrátil en la que las partículas giraban desordenadamente. Jamás el placer estuvo tan alejado de su sexo ni tan próximo a su ser. Era un éxtasis poderoso y absorbente, un goce que la abarcaba entera, no sólo en una parte de su cuerpo, y que amenazaba con hacerle reventar las sienes en cualquier momento. Justo cuando estaba a punto de llegar al límite, cuando pensaba que ya no podía aguantar más, él se detuvo en seco, dejando su sexo clavado al de ella, ella contrayendo los músculos en un abrazo constrictor que detuvo el tiempo y que casi la enloqueció. Apretó los dientes y él le mordió con fuerza la garganta mientras se ponía de nuevo en movimiento y ella lanzaba, esta vez sí, un potente alarido antes de dejarse caer sobre el pecho del desconocido, que jabeaba, desarmado y vacío, las palmas apoyadas sobre el muro.
Echó de nuevo la mano al bolso, rebuscando el manojo de llaves.

Tampoco se le había hecho tan tarde.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Sara Saudkova

jueves, 3 de diciembre de 2015



SOMBRAS

No quiero
disfrazar la mujer que me habita,
vivir en la sombra…
perder la libertad.

No quiero
esconder en cajones mis versos,
ocultar mi nombre…
para no morir.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 2 de diciembre de 2015



LA MENTIRA DE BÉCQUER

Atrás quedaron
la medianoche y antes la agotadora jornada laboral
de seis horas y media
de lunes a sábado.

A la luz de la lámpara caen mis versos,
destilándose
lo mismo que lo hizo
la amarga cerveza que reposa a un lado.
El silencio es inmenso y sugerente
y me duele la espalda
y he resuelto, parece
uno más de mis laberintos de palabras
al que pongo a dormir
junto a los otros
(pendrive, carpeta, nube…
nada es suficiente
para aliviar el miedo a la avería,
ese aborto espontáneo que da al traste
con toda la camada literaria)

Llega ahora el periplo
por blogs y páginas
que pueden ser interesantes
y el oteo a la busca del contacto influyente,
del mago de la imprenta,
del dios de las quimeras…
E idear un mensaje
capaz de cautivar en un segundo
la atención del mecenas
(hay cientos como yo… qué digo cientos…
hay miles de millones…)
lo mismo que en Alicia
el contenido del frasco
logró al fin ser bebido por la niña.

Que alguien beba mis versos y no se le atraganten.

Son las tres y mañana
me levanto a las ocho.

“Poesía eres tú”:

Jodido Bécquer...

#SafeCreative Mina Cb

martes, 1 de diciembre de 2015



VOLVER A LOS DIECISIETE…

… después de vivir un siglo, que cantaba Violeta Parra. Que parece una tontería pero hay legión de seguidores de esta frase. Hace un rato, sin ir más lejos, discutía yo amigablemente con un cuarentón de barba cana, la mar de molón aunque un poco soso para mi gusto (de todo hay en la viña del señor), que andaba indignadísimo porque una chica le había llamado “señor”. Y yo me he quedado mirándole y le he dicho que a ver si prefería que le chiflasen como una cabra. Y que con su apariencia lo mejor es que se fuera acostumbrando, que si no mal lo veía. Y hemos empezado a hablar de eso de volver atrás, o sea a los años mozos, que es una conversación muy socorrida, como la del tiempo, y que a mí, la verdad, me divierte bastante porque, personalmente, no retrocedería ni una hora. Claro que cuando la discusión se anima es cuando apostillan eso del “sabiendo lo que sé”. Que a mí ya me parece el colmo de la imprudencia.
Sí; porque si ya de por sí es absurdo volver atrás y cometer de nuevo toooooodos los errores que uno ha cometido, aún es más patético retroceder con la experiencia de la madurez. Porque a ver, seamos sinceros: el encanto de la juventud reside en los porrazos que uno se va dando, en las experiencias fallidas que nos modelan como somos, en las irresponsabilidades que nos ofrecen vivencias irrepetibles y divertidísimas... Y sobre todo, en esa inocencia que nos hace ser tan receptivos y absorbentes. Vamos, que me imagino yo volviendo a los veinte con lo que sé y me huelo que me iba a aburrir como una ostra. Porque me lo vería venir todo. Y no me había de pasar nada interesante. Y además, tendría mentalidad de madre en vez de de colega. Y mis amigos me iban a odiar. Me evitarían y me harían el vacío. Saldrían de estampida de los bares en cuanto me metiese al baño. Y cuando me vieran llegar dirían eso de “vaya, ya está aquí la amargada esa que lo adivina todo, que no quiere conocer a según que tíos porque sabe por dónde le van a salir, que no come hamburguesas porque a partir de los cuarenta empieza a subir el colesterol, que no bebe alcohol porque es malísimo para el hígado, que se va a casa a las once porque al día siguiente tiene que hacer footing, que viaja con tres maletas llenas de ‘por si acasos’, que lleva en el bolso Almax en vez de condones y que no usa el watsapp para no sufrir de astigmatismo en el futuro”. En fin, una adolescente con mentalidad de madre. Que es la cosa más aburrida que puede existir... y que existe, que yo conozco alguna, vaya lástima de vida. Es más, incluso conozco adolescentes con mentalidad de madres que tienen madres con mentalidad de adolescentes. Que eso sí que es un follón.

Y otra historia, por cierto...

#SafeCreative Mina Cb