Antes
las reglas de la libertad en la pareja

eran sencillas:

Salidas en común o en solitario.

Sexo o no sexo con terceros.

Horarios y tareas fijos o pactados.

Navidades por libre o en familia.

Decisiones personales consensuadas o no…

Ahora,

primero
con Facebook e Instagram,
Twiter y los estados de Wahtsapp,
el móvil, Google Maps
y los putos localizadores

que están por todas partes,
siguiéndonos los pasos
y registrando nuestros pensamientos

y más tarde
Badoo, Tinder o Meetic
y su incesante oferta
de ambiguas tentaciones

hay que reinventar cada segundo

las palabras “pareja”

y “libertad”.

Son malos tiempos
para el romanticismo.

#SafeCreative Mina Cb