miércoles, 26 de julio de 2023


 

ACCIDENTES

No sabes muy bien cómo pero casi todos los años pasa. Que piensas que si has sobrevivido al veinticuatro sin que suceda ya vas bien. Pero estás equivocada. Porque puede ser el veinticinco, el veintiséis, el veintisiete... Incluso el treinta, cuando ya a casi nadie le sucede. O sea que en un momento dado cambias de opinión. Vamos, que el día empieza sin grandes pretensiones, en plan un par de huevos fritos, un café y un chupito como mucho y a la siesta. Pero de pronto se tuercen los planes. No tiene que suceder nada de particular. O sea no ha de aparecer alguien en concreto ni te tienen que contar un buen chiste ni siquiera es necesario que suene tu canción favorita. En realidad nunca sabes por qué ha sucedido. El calor que se reconcentra por lo viejo. O que el café y el chupito se han convertido en dos cañas. O que hace una porrada de tiempo que no veías a la pandi. El caso es que en un momento dado ya te lanzas al vacío y como lo ves venir te pides un bocata. Y en cuanto le atizas el primer mordisco y te das cuenta de lo bueno que te sabe deduces con absoluta certeza que no te vas a echar la siesta. Y te dicen de ir a la Mosquera que hay una fiesta remember y bueno vale, vamos. Y después ya total, a esas horas para qué te vas a ir a casa, si no es plan de acostarse tan pronto y sabes que si te tiras al sofá te vas a quedar como un zapato y te vas a despertar a las once y no va a haber forma de dormir por la noche, y menos con el jaleo de tu barrio. Claro que para entonces alguien ya dice haberte etiquetado en Facebook anunciando tu boda con el Jaso. Eso antes del bocadillo. Y tu futura prima carnal te va pidiendo bailes allá donde te encuentra. Pero como te rumias que también lleva por ahí desde el vermú, por lo menos, se lo perdonas todo. Y ya luego te dejas arrastrar a la txosna a ver a la Cornelia y te encuentras a todo el mariconerío local (sí, se puede decir mariconerío, a ellos no les sienta mal, lo que les sienta mal es que los discriminen) celebrando que a la derecha el domingo no le salieron bien los planes. Para entonces no solamente tienes un prometido sino que te has quedado más sola que la una porque has perdido a tus amigas. Y no es que se hayan ido a casa, no, es que simplemente se han diluido entre la fiesta. Que es una cosa que suele suceder a ciertas horas. Sobre todo si se ha salido de par de mañana y hace ya rato que se ha metido el sol. Es entonces cuando realmente tomas conciencia de que es bastante tarde, así que apuras el último trago y te vas para casa con tus tres vasos reutilizables uno dentro del otro y nada más llegar y sin mirar la hora te lavas los dientes, te desvistes y caes en la cama como un fardo hasta las ocho, hora en que te despiertan la barredera y los gaiteros por ese orden y lo primero que ves en la percha es una gorra de AC/DC que no sabes muy bien cómo llego hasta casa. Claro que lo peor no es eso: lo peor es que no encuentras las bragas que llevabas puestas.

Creo que tendré que hablar con Jaso.

#SafeCreative Mina Cb

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