domingo, 18 de octubre de 2020

 
 
 
 CERVICIENTA

Desde que hay en los bares
toque de queda
tengo algo de complejo 
de Cervicienta.

Salgo al trote del curro,
corri corriendo
sin apagar las luces
por ganar tiempo

y sentarme en la mesa
junto a mi grupo
antes que el camarero
nos cierre el cupo

y pedir una caña
que, la verdad,
casi ni saboreo
de la ansiedad.

Y es que con esta cosa
del cierre inglés
va estando complicado
calmar la sed.

Pues si se te hace tarde
te quedas fuera
y para botellones
ya estoy abuela.

Yo, que a los quince años
quería ser grande
para volver a casa
mucho más tarde

y ahora que no me riñen
ya mis papás
a las diez de la noche
cierran el bar

y he de andar, como hacía
la Cenicienta
pendiente de la hora
con las cervezas

no vaya a ser que un día
pierda las bragas
al vaciar al galope
la última jarra.

#SafeCreative Mina Cb

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