martes, 31 de marzo de 2015



ABANDONO

A menudo me pregunto por qué será tan bello el abandono. Qué misterio encierran esos inmuebles grises y vetustos donde el polvo y los maderos carcomidos juegan al escondite entre los rayos de sol que se filtran por las rendijas de las urdimbres desgajadas. Qué es lo que nos atrae de esos lugares siniestros y olvidados, sin más utilidad que la de servir de refugio a vagabundos, grafiteros o lobos solitarios que se dejan caer por allí de vez en cuando y se pasean, desafiantes, bajo las estructuras parcialmente derruidas. Quizás sea la paz que emana de sus muros agotados y resecos. O el rancio tufillo a humedad mohosa que se mezcla con el aire que invade las estancias sin techos ni cristales. O ese limpio silencio que rebota y se expande como un halo de calma. O aquella aparente intemporalidad que se adueña de lo viejo y lo gastado, y hace que el deterioro se apropie del ambiente, como un virus amarillento y pegajoso que impregna las estancias y las va pulverizando, desgastando lentamente los contornos de las cosas hasta mutar en curvas las aristas y hacer que poco a poco todo desaparezca…

Sin que nos demos cuenta.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Lumina Terris

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