jueves, 18 de agosto de 2022


 

LA CAJERA DE MAD MAX
(de los autores de "Vamos a morir todos")

Creo que la mayoría lo sabéis, pero para los que no estéis al corriente soy cajera. Hasta 2020 mi trabajo era normal, salvo el pequeño bache del momento en que se empezaron a cobrar las bolsas. Quiero decir que yo iba, me ponía en mi puesto, daba los buenos días con una sonrisa, ayudaba al cliente a recoger la compra, le cobraba y después lo despedía. Era un trabajo simple, de esos para los que puede servir cualquiera capaz de mantener a raya el instinto asesino que algunos te hacen aflorar. Pero por lo demás era una ocupación bastante agradecida y alejada de lo trascendental hasta que en marzo de 2020 al personal se le empezó a ir la pinza y hasta ahora. Porque es que yo no sé por qué todas las crisis modernas se acaban cebando con el sector en el que trabajo. La cosa empezó con el papel higiénico, que hay algunos que todavía deben de tener sobrantes del preconfinamiento. Algunas semanas después, y ante el anuncio de ciertas fábricas de cerveza que dijeron que iban a parar su producción para elaborar alcoholes sanitarios, a la gente le dio por arramblar con el dorado líquido. Después de la cerveza vino la levadura, que también se acabó porque no sólo de Netflix vive el hombre. Más tarde, y ya superada la pandemia, llegó la guerra de Ucrania que dio fin con las existencias de aceite de girasol y supuso el establecimiento de cupos por cliente y día con el considerable encarecimiento, no sólo del girasol sino del resto de los aceites. Cuando pensábamos que nada más podía suceder se anunció la huelga de transportes que motivó el acaparamiento de leche. Luego, y con el transporte ya restituido, hemos empezado con el tema del hielo y la vuelta a los cupos y a la escasez. Y ahora, y ante la pertinaz sequía y el anuncio de posibles restricciones, el personal está empezando almacenar agua como para llenar una piscina olímpica. Y yo empiezo a sentirme como si fuera la empleada de la gasolinera de Mad Max, y me veo venir que el día menos pensado Sánchez nos da una cartilla de racionamiento a cada uno que comprenda, no sólo productos básicos de alimentación, sino también amperios, metros cúbicos de gas y litros de agua y combustible por persona y día. Y ya cualquier tarde, al cierre, se nos presentan dos tíos con medias en la cabeza y un par de recortadas y en lugar de la recaudación nos piden todo hielo, todo el aceite de girasol y toda el agua (papel higiénico no, que aún es quedará de 2020) que tengamos en el súper.

Tiempo al tiempo.

#SafeCreative Minacb

No hay comentarios:

Publicar un comentario