domingo, 10 de octubre de 2021


 

VIVAN LOS NOVIOS

Ayer volvió a pasar. Fue como antes, o sea como si nada hubiera sucedido. Ella, porque supongo que era ella, estaba delante de la iglesia de la Magdalena con un vestido largo, como de dos capas, amarillo. No llevaba ni ramo ni corona pero lo imaginé. Por su aspecto radiante y el modo en que todos la miraban. Y por cómo sonreía ante la cámara, coqueta, mientras un niño gritaba “Viva la novia”.

Más tarde, y como antes, mi barrio se llenó de trajes y corbatas y de faldas de vuelo y de tacones. Y, por primera vez en todos los años que llevo en esta casa, no consideré todo a aquello un desperdicio y un derroche, sino que más bien me entraron ganas de empezar a repartir abrazos y besos y de irme, tal cual estaba, con mis deportivas, mis shorts y mi bastón de marcha, a festejar con toda aquella gente. Hasta me hizo ilusión ver a las niñas con sus diademitas y sus galas para llevar las arras. Y a su madre, elegante y alta, con el pelo recogido tras la frente y un bellísimo vestido de tul que flotaba tras ella, frente a la Puerta del Juicio, llevándolas de la mano hacia el altar.

Y fue entonces cuando me di cuenta de que sí. De que esta pesadilla se termina. Y de que ya va siendo hora de ir recuperando lo que dejamos atrás. De festejar y de querernos y de tomarnos la revancha por todos estos meses. Que puede que seamos demasiado optimistas y que de estos polvos vengan otros lodos, pero que creo firmemente que ha llegado el momento de perder el miedo y de intentarlo. De desandar lo andado y de ir echando estratos encima de toda esta tristeza. Y de permitirnos a nosotros mismos no sentirnos culpables por disfrutar de la vida, aun sin dejar por ello de honrar a quienes la perdieron. Y de llenar las calles de color y de risas. Y de faldas al vuelo y de brindis y de cohetes y de vivan los novios y de lluvias de arroz y de alfombras de pétalos de rosa.

Es hora de vivir.

#SafeCreative Mina Cb

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