viernes, 13 de marzo de 2020




SI ME CUIDAS TE CUIDAS
(manual para ir al súper)

Hola:

Me llamo Inma y soy parte de uno de los colectivos que van a ocuparse de tu bienestar en los próximos días.

No. No soy doctora. Ni enfermera. Ni ATS. Ni siquiera policía o farmacéutica. No tengo estudios superiores ni llevo bata blanca ni chapa y gorra de plato ni me hablas de usted ni me pones el doña delante. De hecho, a veces incluso me ninguneas. O me insultas si se te cruza el cable y has tenido un mal día. O no respetas mis horarios y cuando estoy echando la persiana te me intentas colar porque a última hora estabas sentado ante la tele y te han apetecido unas patatas fritas.

¿Ya lo has adivinado?

Soy cajera. Aunque daría igual que fuera pescadera o charcutera o panadera. Da lo mismo. Porque ahora nuestro trabajo se ha vuelto importante: almaceneros, camioneros, manipuladores... todos nos hemos convertido en los amos del cotarro. En los que van a encargarse de que el país se alimente mientras lo demás está parado. En los que se van a mantener al pie del cañón, junto con los sanitarios, los farmacéuticos y los cuerpos de seguridad para que a nadie le falte de nada. 

Porque a nadie le va a faltar de nada.

De modo que tranquilo. No arrases los lineales del papel higiénico porque nadie te va a cortar el agua corriente si se te termina. No llenes el carro hasta los topes. No acapares e impidas así que otros se abastezcan. No te pongas nervioso. Esto es una cuarentena, no un apocalipsis zombi. No vamos a morir todos y los alimentos no se van a terminar. Así que tómatelo con calma. Si te has de quedar en casa disfruta de la vida. Organízate. Pero no te comportes como si esto fuera el fin del mundo porque nosotras vamos a seguir ahí. Sonriendo y atendiéndote. Así que cuídanos y cuídate. No es necesario que te pegues a nosotras para pedirnos algo. Te vamos a escuchar igual y así evitamos riesgos. No te metas el dinero ni las tarjetas en la boca. No abras botellines o latas de bebida y los vayas consumiendo porque cuando llegues a la caja los tenemos que tocar. Y llevan tu saliva. No la líes si hay colas. Ten paciencia. Nosotras lo hacemos lo mejor que sabemos. Lo mejor que podemos. Pero estos días no son como los demás. Y aparte, cada persona es diferente y con algunas hay que perder más tiempo. Porque son mayores. Porque no hablan nuestro idioma. Porque no se aclaran con los cambios o con las tarjetas... 
Y, sobre todo, mantén la mayor de las higienes. El dinero es una cosa sucia y mi mano ha tocado otras manos antes de la tuya. De modo que protégete. Yo me protejo pero si tú también lo haces el efecto es doble. Saca de una de esas toallitas húmedas que llevas en el bolso (lo sé porque habéis arrasado los lineales) y utilízala. Y usa los guantes, por favor. Esos que ponemos en los expendedores de bolsas de los productos a granel. Nunca están de adorno pero ahora menos aún. Utilízalos si lo deseas para protegerte mientras haces el resto de la compra. Pero no te los lleves a puñados a tu casa porque si se agotan no podremos proteger a otros clientes. No toques la fruta con las manos desnudas. No saques la bollería o el pan de los paquetes. Están abiertos para que no se enmohezca, no para que los saques. Y cuando llegues a los mostradores, no te agaches para acercar tu cara al género. Y no lo toques. Ni permitas que los niños lo hagan. A los niños los pescados les llaman mucho la atención y los tratan de tocar. No se lo permitas. Ni eso ni nada. Y de paso, aprovecha para concienciarlos.

Porque ganar esta guerra es responsabilidad de todos.

Y en ello estamos...

#SafeCreative Mina Cb

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