domingo, 22 de septiembre de 2019





CROMAÑONES

El otro día me llamaron puta. Por el féisbu. Me mandó un mensaje un fulano al que cometí el error de aceptar como amigo y sin más, a tumba abierta, me preguntó dónde vivía. Yo, que había tenido un día bastante mejorable, le solté que en mi casa y a esta afirmación, que de haberse tratado de alguien con sentido del humor, hubiera podido dar pie a una hilarante disertación, me respondió con un: “Pues puedes quedarte ahí”. Yo le dije que estaba hasta el gorro de tíos que solo quieren ligar y a continuación apareció en mi pantalla una burbuja en que decía:
“Y yo de putas”
Y otra:
“Y listas”

Hice una captura de pantalla para, aprovechando nuestra fraternal amistad, colocarla en su muro pero llegué tarde. El chaval me había bloqueado.

El motivo del insulto, me temo, fue pararle los pies. O más bien aceptar su solicitud. O responder a su mensaje. Pero es que yo estoy aquí porque escribo, y acepto a gente a la que no conozco porque tal vez me piden amistad porque les gusta lo que hago y no por esa foto de jipi loca que hay en mi perfil y que el día menos pensado voy a cambiar por la de una intelectual con bigote y gafas de culo de vaso. Acepto las invitaciones y contesto a los mensajes. A todos. Por educación y porque a mí me gusta que me contesten. Pero lo que no aguanto es que los tíos confundan esto con el Tinder. Y mi sonrisa de la foto con una invitación a la lascivia. Porque nada más lejos de la realidad.

Pero el mundo es así: la minifalda es para provocar. El maquillaje es para provocar. Los escotes son para provocar. Y luego está el porno haciendo de las suyas, que antes era artículo de vergonzante reservado de videoclub y ahora está en todas partes. Ellos embistiendo por detrás a tipas recauchutadas mientras les agarran del pelo. Y ellas gozando, claro, y dejando que les eyaculen entre las tetazas y emitiendo gemidos con la boca bien abierta. Y luego mira, los donjuanes se creen que todo el monte es orégano y si les cortas el rollo pues te insultan. Faltaría más. Porque tienen derecho y mira, haber puesto la foto de la primera comunión. Te llaman puta por pararles los pies. Por internet. Que si te tienen delante y están por llegar a mayores y dices que hasta aquí lo mismo te tumban de un hostión y te la clavan por las bravas, faltaría más. Porque los cromañones existen, y habitan entre nosotras y además están encantados de haberse conocido.

Y lo que es peor: a la sociedad empieza a parecerle de lo más normal.

#SafeCreative Mina Cb

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