Y
al fin llegó la llave a dar con el candado que abría el cofre del
tesoro. Y se introdujo en él con la inexperiencia y la curiosidad
propias de quien está a punto de descubrirlo todo. Y al girar levemente
la presión cedió, y se sintió absorbida casi de inmediato por la carnosa
boca del gusano, que la fue deslizando en su interior hasta adherirla a
sus paredes estriadas y mezclarla, lúbrica y candente, con el rosado
almíbar que las impregnaba.
Y ya no fue metal.
#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Alex Ro
Y ya no fue metal.
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Imagen de Alex Ro
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