miércoles, 11 de abril de 2018

 


A LARGO PLAZO

El aburrimiento es lo peor que hay. Sobre todo si tienes el móvil en la mano y te da por enredar. Yo la otra noche me senté en el brazo del sofá y le di a la tecla de la agenda, que no la uso nunca. Quería ver cómo caía no sé qué. Y de ahí fui a no sé cuántos. Y luego a esto y lo otro. Y ya puestos, pues fui deslizando el dedo y bajando y bajando y llegué al 2070, que yo andaré ya bastante justita, si es que sigo por aquí. Fue entonces cuando me vine arriba y me dije que a ver hasta dónde abarcaba la agenda de mi móvil. Y fui deslizando y deslizando y llegué al año 3000, y al 3500, y al 4000. Y empecé a fantasear con cómo estaría el mundo entonces. Y con que seguramente ya no habrá móviles y nos comunicaremos por señas. O nos habremos cargado el planeta, que tampoco sería de extrañar. Y ya puestos me dije que para qué demonios le habían echado al aparato una agenda tan a largo plazo, si los móviles ahora duran un suspiro. Y tras esta sesuda reflexión me vino a la cabeza lo que me pasó cuando me mandaron el aparato, que no era nuevo y al anterior propietario se le había quedado un vídeo en la memoria. Con un poema además, que ya tiene bemoles. Y pensé que igual me hacía la graciosa y le dejaba un regalito al eventual futuro poseedor de mi aparato. No sé, algo sencillo, en plan donde están las llaves matarile rile rile. Y un mensajito que le diga que vengo del pasado y que estoy muerta. Con algún dato más para que pueda localizarme con la ouija. Y me diga si mi móvil me ha sobrevivido. Y si España tiene arreglo. Y si alguien consiguió sacar del mar las putas llaves.

Lo he programado para el 30 de diciembre.

De 2300.

#SafeCreative Mina Cb

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