sábado, 11 de abril de 2015



LOS BESOS PERDIDOS

Se quedan los besos a veces prendidos de la atmósfera,
colgando de los labios
como cuelgan las gotas de rocío de las hojas verdes,
transparentes y dulces pero tímidos,
indecisas burbujas de deseo
que al final se desprenden
precipitándose sobre la tierra húmeda
que los absorbe con ansia
para que no se pierdan
del todo y para siempre.

Son a menudo estos besos
que no saben llegar a su destino
resquicios de otros besos antiguos y algo torpes,
acelerados y un tanto gratuitos
que salieron del labio y no del alma
(que es desde donde, opino, deben salir los besos
cuando el destinatario no es tan sólo
un caprichoso objeto del deseo)
Besos sin reconcomes y sin dudas
(puesto que un beso nunca ha de lamentarse)
que quedaron flotando por el aire,
como amorosos puntos suspensivos.
Besos sin precauciones, besos libres
sin premeditación ni alevosía;
saliva en ecuaciones, incógnitas con lengua
que enmudece al besar y ser besada.

Besos que se deslizan, aturdidos
por el túnel azul de la añoranza:
esa senda espejada y silenciosa que a todos nos confunde
y que puede tragarse con el tiempo
a esos pálidos besos olvidados y errantes
que buscan el camino hacia las bocas que un día los bebieron
con un ardor tan grande
que su sed se apagó.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Sybile Art

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