miércoles, 8 de abril de 2015



BORRONES

Consiguió finalmente sacarla de su vida, pese a saber que ella lo seguía amando. Pero él tenía otros planes más adecuados a su situación. Y otra mujer con la que disfrutarlos. Claro que no fue fácil. Al menos al principio. Así que tuvo que dejar de frecuentar los lugares a los que iban juntos. Tampoco volvió a escuchar las canciones que se la recordaban. La bloqueó en todas las redes (facebook, twiter, watsapp y demás) para no tropezarse con sus cosas accidentalmente. Pero como no podía evitar seguir pensando en ella, abrió cuentas con nombres inventados y continuó observándola en secreto. Cambió de actividades y de amigos para no coincidir con ella en cenas u otros actos. Y abandonó muchas de sus aficiones porque le hacían evocarla. Para entonces, es obvio decirlo, ya había tirado todos los objetos de ella que guardaba y se había deshecho de los regalos con que ella le obsequió. Y había intentado por todos los medios hacer con la otra todo lo que le gustaba hacer con ella. Pero en distintos sitios y de distinta forma. Todo salvo ciertas actividades que se habían de llevar a cabo en casa y sobre cierto mueble que al final también cambió, lo mismo que la decoración, el coche y hasta el color de los cabellos.
Todo nuevo. Todo distinto. Todo bajo control.

Todo salvo esa vida actual en miniatura, acotada por las paredes que su creciente ausencia delimita y que va achicando angustiosamente su existencia. Y esa maldita cabeza suya que le sigue repitiendo a cada instante que ella existe. Y que el olvido no es una elección como lo son la crema solar o el color de los calcetines. Y que de nada sirve huir hacia adelante cuando uno sabe que dejó su corazón atrás.

#SafeCreative Mina Cb

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