EL
BALOMPIÉ
Confieso
que no distingo
un
penalty de una falta,
que no
conozco a Piqué
ni a
Messi, ni a ese tal Kaka
(sí, ya
sé que se acentúa
pero la
rima es sagrada),
que no
veo los partidos,
que no
sigo las andanzas
de ese
clan de superhéroes
que
casi ni tienen barba
y ganan
al mes más guita
que el
propietario de Zara.
Confieso
además, y a riesgo
de que
me tachen de rara,
que no
entiendo que haya gente
que se
pegue a la pantalla
para
ver cómo estos tipos
pasan
el fin de semana
corriendo
tras un balón
para
cobrar una pasta
que no
le pagan ni al Duque
(el que
trabaja en la Nasa)
Entiendo
que el tajo es duro,
entiendo
que a nadie agrada
currar
los días que el resto
de la
peña no trabaja.
Entiendo
que sufren mucho
y que
es una gran putada
que el
malvado juez de línea
no los
mande para casa
en caso
de hacerse pupa
o si el
tiempo no acompaña.
Entiendo
que los presionan,
que sus
vidas son un drama,
que los
persigue la prensa,
que los
abruma la fama,
que no
tienen un respiro,
que su
carrera no es larga,
que las
lesiones acechan
y que,
pobres, se acobardan,
cuando
les ponen delante
cien
micros y veinte cámaras,
doce
latas de refrescos
de
otras tantas doce marcas,
dos
paquetes de galletas,
cinco
botellines de agua
y
detrás ese panel
todo
lleno de anagramas,
y les piden
que analicen
(analizar…
qué palabra)
la
estrategia que el equipo
prepara
para mañana…
Y así
algún chico, (es normal
pues la
presión los exalta)
en vez
de respirar hondo,
aclararse
la garganta,
carraspear
un poquito,
responder
con dos palabras,
hacer
mutis por el foro
e irse
a cenar a su casa,
se pone
como un caballo,
se
cabrea, se arrebata,
dice
que el entrenador
es un
inútil y un manta,
insulta
a los periodistas,
a la
afición y hasta al Papa…
Y nadie
le da dos hostias:
al
contrario, a la mañana
siguiente
sale el careto
del
colega en las portadas
de la prensa
más leída
como si
en vez de un bocazas
fuera
un héroe nacional…
Y aquí
no ha pasado nada:
ni una
sanción, ni una multa,
ni
dejarlo un mes sin paga,
ni que
le suelte la Sole
una
colleja bien dada…
Nadie
toca a esos muchachos
¡Ay,
qué país esta España!
Ya te digo...qué país...
ResponderEliminarTengo alergia al balonpié, me salen ronchas solo de oír el ruido de la tele emitiendo un partido, antes era solo una irritación pero desde que los clubes deben millones a hacienda...o sea a mi y a ti y al otro pues me salen pústulas pruriginosas y viscosas...
Y eso por no hablar de la calidad del léxico que utilizan... qué elocuencia, pordiossss
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