sábado, 25 de abril de 2020




YA FALTA MENOS

Este amanecer los chillidos de los vencejos me han sonado menos nostálgicos que ayer. Y es que ya falta menos de verdad. Porque mañana, aparte del alboroto de los pájaros, volverá a escucharse por las calles el bendito griterío de los niños. 

Mañana les levanta el castigo a ellos. A los inocentes. A los que no compran pasajes de avión ni reservan hoteles ni se dedican a la importación y exportación de mercancías. A los que no invierten en el IBEX 35 ni lanzan fakes ni globos sonda. A los que no roban ni extorsionan ni manipulan ni explotan. A los que no permiten que barcos enteros de inmigrantes vaguen de puerto en puerto o aún peor, se hundan con toda su carga de miseria a bordo. A los que no se comen los murciélagos, ni los pangolines, ni matan osos marinos para ingerir sus penes y que así se les ponga algo más dura. A los que, sin ser responsables de este desatino, se ha encerrado durante mes y medio, privándoles de ir al colegio, de estar con sus amigos y, lo que es muchísimo peor: de ver a sus abuelos.

Mañana saldrán a la calle aquellos que habitarán el mundo mejor que este desastre debería tener como resultado. Mañana podré escuchar a través de mi balcón abierto las risas de una generación que riñe a sus padres por pedir bolsas de plástico en el súper y de nuevo se oirán las carreras de pequeños pies sobre el adoquinado. Tal vez mañana, y ellos aún no lo saben, será ese día que recordarán a lo largo de su vida como una de las fechas importantes. Un domingo normal de nuevo, con desayuno en familia y colonia y ropa de salir y paseo y luego vermú en casa y comida y peli en el sofá. Un domingo normal y diferente, sin columpios ni amiguitos y con muchas restricciones. El primero de una previsiblemente larga cadena de días de vivir de un modo diferente. El inicio de un verano probablemente sin piscina ni vacaciones en la playa. Y tal vez sin abuelos y sin muchas de las cosas a que estaban acostumbrados hasta ese día raro en que sus padres les dijeron que no iban a volver al colegio en una temporada.

Mañana será el día. Y una vez más, como a lo largo de todo este encierro en que han sido, junto con los ancianos, los más perjudicados, van a tener que portarse como unos campeones. Porque de su respuesta depende la libertad y la salud de todos. Ellos no lo saben, pero sus padres y sus madres sí. Han sufrido el encierro junto a ellos y merecen estos paseos tanto como sus hijos. Y saben la importancia que tiene hacerlo bien. Para ellos mismos. Y para los que esperamos, encerrados, la evolución del brote. Y sobre todo para sus abuelos, que son los más vulnerables y los más queridos. Y por eso, para protegerlos a ellos, estoy segura de que van a dar la talla.

Ojalá que mañana salga un día precioso.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

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