jueves, 21 de noviembre de 2019




ADALIDES DE LA DIPLOMACIA

Ya me imagino yo a los de la embajada israelí rasgándose las vestiduras cuando Tudela decidió hacerles el vacío. Llamando al presidente del país y a éste dejándolo todo para encerrarse a llorar en el lavabo. Telefoneando a su mamá. Y a Trump, para decirle “los tudelanicos no nos quieren”. Buscando nuestra ciudad en el Google maps y convocando al consejo de ministros. Pidiendo mediación a la ONU mientras se declaraba el estado de emergencia en el país. Haciendo ondear la bandera a media asta y redactando un comunicado en el que manifestaba su tristeza y su estupor. Porque son buena gente. Un pueblo que pasó las de Caín cuando los faraones, que si no manda Dios las siete plagas aún están ahí, acarreando piedras para las pirámides. Y luego esa peregrinación por el desierto. Cuarenta años dándole a la rótula hasta alcanzar la tierra prometida. Y después lo de los nazis. Que menos mal que son una raza empática, que si no menuda la hubieran podido liar con los perversos palestinos, esos okupas de mierda que andan tras el muro jodiéndoles la vida todo el tiempo con sus piedras y sus kalashnikov. Mala gente los hijos de Alá, ya se sabe. Siempre armando jaleo. Y ellos claro, tienen que defenderse. Los de la estrella digo. Los buenos. Los que tienen amigos influyentes. Como nosotros. Que hemos decidido enmendar el error y decirles que pelillos a la mar y que donde dije digo digo Diego y que coleguis otra vez. Y que, ya puestos, podrían pasarse a probar nuestras verduras. Y a ver nuestra catedral y nuestra judería. Lo que queda de ella, porque una buena parte se la cargaron cuando hicieron la plaza de la escuela de idiomas. Pero eso no se lo vamos a contar, claro. Les organizaremos una visita guiada con mucho protocolo y mucho pincho de verduras y alguna jota si hace falta, para que se vayan contentos. Y si se cruzan por la calle con alguno de los numerosos musulmanes que pueblan el casco viejo les diremos que tranquilos, que nuestros moritos son gente de paz que ni tiran piedras ni disparan. Y que se han venido aquí, no porque estuvieran a disgusto en su país, sino porque Europa es, como Israel cuando los faraones, la tierra de donde manan la leche y la miel. Y ellos entenderán nuestra benevolencia. Y le darán al alcalde unas palmaditas en la espalda y después se encerraran en su despacho para hablar de sus cosas importantes.

#SafeCreative Mina Cb

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