jueves, 28 de febrero de 2019




“TODOS SON IGUALES”

Sucedió hace no mucho. La chica, una niña a mis ojos, se deshacía en lágrimas. Su novio, nos contó, recogía las cosas de la casa que ambos habían compartido mientras ella estaba fuera. No había, como es lógico, modo de consolarla y yo me debatía entre mentirle diciéndole que seguro que se arreglaba porque el amor lo puede todo o confortarla asegurándole que, una vez pasara elduelo, su vida iba a ser mejor. Una nunca sabe bien qué hacer en estos casos porque a los veintipocos el mundo es todavía de color de rosa y, digas lo que digas, no te van a hacer caso.

Me acerqué con cautela, justo a tiempo para escuchar cómo dos amigas (ambas casadas por cierto) le reprochaban que llorase, diciéndole que todos son iguales y que no existe un solo hombre que merezca la pena, y la abracé, susurrándole al oído que no las escuchara, que llorase todo lo que le diera la gana y que no le guardase rencor al chico, que si él se marchaba igual era porque no le convenía, porque a veces nos equivocamos y es mejor ser valientes y rectificar que comprometernos con la persona equivocada. 
Y que tal vez más adelante, cuando las lágrimas se le acaben y recupere la sonrisa, se tropezará con alguien que merezca, no la pena, sino la felicidad.



#SafeCreative Mina Cb

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