viernes, 9 de noviembre de 2018

 




VERANO DEL DIECIOCHO

Sé que habrá

quien haya hecho un crucero,
quien se haya sumergido en aguas cristalinas,
quien haya visitado territorios
que yo no sé ubicar en un globo terráqueo,

quien haya podido,
al fin,
llevar a cabo el viaje de sus sueños,
aquél que uno planea durante muchos años
sin saber bien si un día
el tiempo y el dinero harán posible
que se haga realidad.

Yo, en cambio,

me harté de tirar piedras
y he haraganeado hasta el escándalo,

he compuesto sonetos con las iniciales del nombre de las aves,
he salvado culebras
y perseguido ranas,

me he dejado envolver por la ephemeras
(esos curiosos lepidópteros que tan solo viven unas horas
y que de niña me daban tanto repelús)
y he salido de noche y con linterna
tras el esquivo rastro de un castor,

he aprendido algo más sobre las nubes
y he andado por caminos alfombrados
con mariposas azules que alzaban el vuelo a mi llegada,

se posó una libélula en mi mano,
me emborraché por beber cerveza demasiado deprisa
tras un paseo al sol,

resbalé y me caí,
me hundí en el barro,

salí de vermut con un vencejo,
rescaté a un murciélago
que murió al poco rato

y apenas escribí.

En fin... que he conocido
veranos más fructíferos.

#SafeCreative Mina Cb

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