martes, 27 de junio de 2017

No hay texto alternativo automático disponible. 



 DEL MONO VENIMOS

No hace mucho fuimos monos
columpiándose en las ramas…
Nos subíamos a un árbol
y comíamos bananas;
teníamos piojos, liendres,
pulgones y garrapatas,
dormíamos al sereno,
íbamos a cuatro patas,
nos sacábamos los mocos
y ninguno protestaba…
Paseábamos por la selva
sin un puñetero tanga,
no pagábamos facturas,
no nos cobraban el agua
y no teníamos móvil
ni tableta, ni ordenata…

Pasaron unos añicos
(siete millones de nada)
y un buen día dijo el hombre
(léase la especia humana)
que ya valía de hacer
tal cantidad de monadas…
Y fue decirlo y cambiar:
nos pusimos a dos patas,
nos depilamos el pecho,
los costados y la espalda,
nos achicamos los ojos,
nos suavizamos la cara,
y luego ya nos metimos
con la vida cotidiana:
inventamos el leguaje,
el fuego y hasta las bragas,
nos fabricamos la rueda
y nos construimos casas,
mandamos a los chiquillos
a estudiar a Salamanca,
y hasta el IBEX 36
nos sacamos de la manga…

Pero tanta evolución,
tanto avance, tanta rata
de laboratorio muerta,
tanto Cesid, tanta Nasa,
tanto científico insigne,
tanta clínica privada,
tanto cirujano ilustre
de mente privilegiada…
Y aquí seguimos nosotros
(se entiende la raza humana)
con ese dedo del pie
(el meñique que le llaman)
que, salvo para jodernos,
ya no sirve para nada…

Pero ahí está, como un lastre,
ahí está, como una lacra
dañina e inextinguible,
antievolutiva y carca…
¿Para qué sirve ese dedo?
¿Para qué sirve, caramba?
Que un médico me lo explique
si es que hay alguno en la sala:
¿Para qué sirve el meñique
si no es “pa” tocar las napias?

El meñique es el cabrón
que siempre se nos inflama
cuando vamos a Javier
o a Santiago en caminata…
El meñique es ese bulto
que nunca encuentra su plaza
al meterse en un zapato
(o incluso en una alpargata).
El meñique es el sensor
que inmediatamente capta
esquinas, cantos y bordes
cuando los pies se descalzan.
El meñique es importante
(dicen, que a mí no me engañan)
porque guarda el equilibrio
del cuerpo sobre sus plantas…

En fin, que ya veis amigos:
por una sola ventaja
contra mil inconvenientes
se nos condenó a la raza
de los Adanes y Evas
que caminan a dos patas
a conservar el meñique…
aunque no sirva “pa” nada.

#SafeCreative Mina Cb

No hay comentarios:

Publicar un comentario