martes, 22 de junio de 2021


 

LA IMPORTANCIA DE SAN NICOLÁS

Hace muchos años que le debo un escrito a este lugar. Ya se quedó en el tintero antes del “Tudela en cuento”, pese a que es uno de los edificios que muestro, orgullosa, a todas las personas que se acercan a visitarme. Y es porque, desde hace unas cuantas décadas, para mí San Nicolás es más sinónimo de libertad que de oración. Porque pasado histórico tienen todas las iglesias. Y todas, con sus variantes, tienen el mismo más o menos, dependiendo de la categoría de la ciudad en donde fueron erigidas. Hablo de ese currículum en plan donativos para su construcción por parte de nobles que querían salvar su alma, o interiores policromados que perdieron hace siglos sus pigmentos, o toques a rebato en caso de catástrofes y guerras que las convirtieron en refugios para el pueblo… O fuego, o agua como en este caso. Porque no hay templo que se precie que no haya sido pasto de una inundación o de un incendio que haya motivado la remodelación.

Pero San Nicolás fue mucho más que eso: a la muerte del caudillo y tras la despenalización del derecho de reunión, la iglesia se desacralizó y se convirtió, junto con Huerfanicos, en el primer centro social de Tudela. Entre sus muros descansaron los gigantes, sonaron gaitas y tambores y dieron sus primeros pasos los dantzaris que ahora peinan canas. Fue escenario habitual de discusiones políticas y pacífica guarida de revoltosos que reivindicaban, por primera vez en muchos años, el derecho a utilizar una lengua que es parte de nuestras raíces.

Una vez que aparecieron las casas de cultura, los centros cívicos y otros locales en los cuales las gentes de espíritu despierto podían reunirse para manifestar sus inquietudes, el vetusto edificio cerró sus grandes puertas y sólo de vez en cuando las abría, atrayendo la atención de los vecinos, que asomábamos la nariz para acribillar a preguntas al paciente Juanjo, mientras la construcción se iba deteriorando poco a poco sin que ninguna institución hiciera nada para remediarlo. Hasta que se impuso la teoría de que los libros están para leerlos y, puesto que el subsuelo de San Nicolás es una enciclopedia local, se iniciaron las excavaciones, que han ido aparejadas a un ciclo de talleres arqueológicos en los que cualquiera podía participar, y que han tenido como resultado el hallazgo de restos arquitectónicos de varios periodos de la historia local, motivos por los que muchos no llegamos a entender el reciente anuncio de la suspensión de dicha actividad.

No voy a entrar en discusiones acerca de las circunstancias que han provocado el cese de las excavaciones. Simplemente quería, como dije al principio, dedicar unas palabras al lugar donde tantas cosas empezaron y pedir, ya de paso, que se permita la reanudación de los trabajos para que San Nicolás tenga el final que todos los tudelanos le debemos.

#SafeCreative Mina Cb 

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