EFECTOS SECUNDARIOS

Me costó mucho decidirme a lo de la vacuna. No lo acababa de ver claro. Soy de las que se quitan la gastroenteritis con tisanas y eso cuando toca, porque la última vez que entró química en mi organismo fue cuando me rompí la muñeca y me operaron, y de eso hace ya unos cuantos años.
En fin, que no soy negacionista pero me resistía a meter algo raro en mi cuerpo, más que nada por los efectos secundarios que pueda tener a medio o largo plazo. El caso es que al final empiezas a salir, y a retomar la vida, y sobre todo te das cuenta de que toda la gente de tu alrededor se la ha puesto y llega un día en que te dices, va a tener narices que si esto tiene algún efecto secundario grave a largo plazo van a palmar todos y no voy a tener con quién quedar para echar unas cervezas.

Y por eso lo hice: llamé y les dije, vale, que sí, que me la pongo. Pero a la hora de la verdad me da que la causa por la que me la he puesto va a ser precisamente la que va a hacer que me arrepienta de ello. Y es que mi vacuna la han debido de formular los de Alcohólicos Anónimos, porque desde que me dieron el pinchazo la cerveza me sienta como un tiro. Vamos, que salgo de cañas y a la tercera ya estoy para el arrastre. Y eso no es lo peor, porque al día siguiente me levanto como si tuviera un reactor en el estómago. Con lo que yo he sido... Que ya podía causarme fatiga, que dicen que es lo que le pasa a todo el mundo, porque preferiría cansarme en lugar de coger semejantes pedos con dos cañas y levantarme al día siguiente como si me hubiese bebido todas las existencias de la Estrella Damm.

Así que espero que lo mío sea como lo del cansancio, o sea transitorio, y que esta intolerancia al lúpulo fermentado sea pasajera, porque de lo contrario me veo que la segunda dosis me envía derecha a al club de los abstemios.

Y eso sí que sería una putada.

#SafeCreative Mina Cb