viernes, 4 de octubre de 2019





CUESTIÓN DE TAMAÑO


Tengo yo una amiga 
de cascos ligeros 
que una noche loca 
topó con un negro. 

Empezó el asunto 
como siempre empieza: 
con bromas, miradas 
y algunas cervezas. 

Fue pasando luego 
el tema a mayores 
y entraron las bocas 
a hacer sus funciones. 

Llegado el momento 
surgió la gran duda:
¿Qué hacemos ahora 
que se ha puesto dura?

Y la chica dijo: 
Vamos aquí al lado 
que hay un hotelito 
la mar de apañado. 

No quiso la moza,
prudente como era, 
ir a casa de él 
o él a casa de ella,

porque si, más tarde, 
se tuercen las cosas 
puede ser tragedia 
la furia amorosa. 

Fueron al hotel, 
siguieron el juego 
y la pobre chica 
casi se va al suelo 

cuando el morenazo, 
ya sin pantalón,
dejó al descubierto 
su oscuro bastón. 

Pero, como dicen 
que el tamaño importa,
no quiso perderse 
la ocasión la moza. 

Mas no fue tan chachi
como algunas cuentan, 
pues con tanto brío
le averió una pierna. 

Como era tan larga
le llegó hasta el nervio 
y en vez de de gusto 
gemía de miedo. 

Y el chico, a lo suyo,
feliz como estaba
pensando que a ella 
también le gustaba.

Y ella, pobrecilla,
por no quedar mal
aguantando el tipo
sin ver el final.

Al día siguiente 
cuando despertaron 
le dijo el maromo 
de verse otro rato. 

La joven, modosa,
por no hacerle un feo
y aún dolorida,
mintió: “Ya hablaremos”.

La llamó cien veces 
el pobre chaval...

Perdía su tiempo:
No la verá más.

#SafeCreative Mina Cb

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