miércoles, 5 de octubre de 2016

 



¡PROHIBICIONES A MÍ!

Este tipo de avisos deberían considerarse atenuantes en los juicios por temeridad. Y es que, vamos a ver, si el edificio amenaza ruina y está ahí, cayéndose a pedazos sin más, con los muros grafiteados y algún que otro corazón caduco, no pasa nada... o sea la peña va a circular sin más problema. Como mucho se pararán delante para hacerle una foto y aquí paz y después gloria. A seguir con el paseo y a buscar un merendero donde dar cuenta del bocata y el refresco. Y luego vuelta a casa y a dormir que mañana es día de escuela. Un domingo más.
Pero como haya un aviso, una prohibición, una recomendación del tipo que sea, ya la hemos liáo. Como ponga “No pasar” ya estamos para dentro sin perder un segundo. Y haciendo mucho ruido, para que se joda del todo la techumbre con la vibración. Y corriendo y saltando sin tener en cuenta la inestabilidad del firme. A lo nuestro. Que para eso somos inmortales. Y si nos pasa algo ya nos llevarán al hospital. Pero antes nos haremos la foto con el móvil, medio cuerpo bajo los escombros y sonriendo al objetivo como imbéciles. Y para cuando llegue el 112 ya lo habremos colgado en Instagram. Para que a nadie le quepa duda de que somos gilipollas.

Y es que no hay como prohibir. Eso o desafiar. Entre el “A que no hay”, el “Ni se te ocurra” y el “Malo será que...” están los cementerios que ya no cabe un irresponsable más. Claro que para compensar existe el “Tú tranquila que la saco a tiempo”

Que al menos nivela un poquitín la situación.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Tantos Jose Antonio Tantos Montejo

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