domingo, 16 de octubre de 2016

 



AHOGO

Las palabras que no deben decirse se clavan en el pecho,
pútridas y ahusadas
y provocan punzadas hacia afuera
y cortan el aliento
y hasta nublan la vista
y ponen en alerta a los sentidos.

El corazón
(pensamos)

Pero no:
es el alma que grita en nuestro nombre,
valerosa y enérgica,
irreductible paladín de la afrentada dignidad
que vomita soflamas
como esa de que a veces uno ha de matar
por no matarse.

#SafeCreative Mina Cb

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