viernes, 22 de mayo de 2015



MISSING

“Buenas noches. Sí, soy la madre. ¿Lo han encontrado? ¿No? ¿Y me dice que han rastreado toda la ciudad? ¿En coches patrulla? Pero si eso no sirve de nada, ya les dije yo que no tenían que buscarlo por la calle, sino en los tejados, en las azoteas… Por el cielo. Y qué se yo cómo. Ustedes son la policía, yo sólo soy su madre, no te digo… Y a mí qué me cuenta, utilicen helicópteros, satélites, globos sonda… esas cosas que mandan al espacio y que distribuyen las señales de los móviles. No me digan a mí que se puede ir de aquí a Helsinki sin perderse sirviéndose del navegador del teléfono y que no son capaces de encontrar a un niño que anda por ahí, por el espacio. Que tampoco habrá tantos, digo yo. Que hay más coches cubriendo el trayecto hacia Helsinki que niños navegando por el éter… No, el niño no lleva móvil. Ni ningún localizador. Pues porque no le hace falta, no te digo… Es un niño, no un maltratador con una orden de alejamiento. Y como tampoco es un perro no le hemos puesto microchip. Y no, nunca había hecho algo parecido… hasta esta noche ¡Y dale con que no es posible! Que le digo que salió por la ventana. Y que se fue. Volando, sí, que lo vimos. Los dos. Su padre y yo. Y que todavía somos capaces de establecer la diferencia entre volar y precipitarse al vacío, jolines. Y que de haber caído a la calle digo yo que hubiésemos encontrado el cuerpo. Que esto es un octavo piso y el pobrecillo se hubiera hecho puré. Que no, señor agente… que no he bebido nada. Ni me drogo… ¡qué perra con las drogas, que parece usted mi madre cuando era adolescente! Que le digo que voló y voló. Y sí, es normal el niño. Muy normal. Normalísimo. Si tiene un expediente que cabe en un sello de correos. Ni una sola incidencia. Nada. Estudia y hace los deberes. Y juega con la play, pero a ratitos. Y tiene amigos. Y va al cine a ver películas de Disney. Muy normal, ya le digo. Normalito del todo. Y no, no tiene amiguitos invisibles. Ni perfiles de facebook. Ni parientes pedófilos… Pordios, qué perra que ha cogido usted, señor agente. Le repito que somos una familia como todas. Pero estas cosas pasan. No sabemos cómo pero pasan. No, si yo tampoco me lo creería si alguien me lo cuenta, pero le juro a usted que fue como le digo. Sí, yo estaba ahí. Sí, también su padre. Yo me levanté a por la jarra del agua, que la guardo en la nevera. Y mi marido freía unas salchichas. Y el pobrecito estaba ahí sentado, tan tranquilo, acabando de comerse la tortilla cuando de repente empezó a mover los brazos, como si fueran alas, y se elevó y se elevó, y al final se puso horizontal y salió por la ventana. Volando, sí, señor agente. Como un pájaro. Pues en el supermercado, señor agente… ¿Dónde quiere usted si no que compremos los huevos?
En el supermercado”

#SafeCreative Mina Cb









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