miércoles, 28 de enero de 2015



BESOS

Es dulce y cariñosa. En sus labios siempre hay una sonrisa. Y una palabra amable. La conozco desde hace un año. La veo todos los días, acercándose despacio a ese momento en que uno deja de ser todo lo que ha sido para convertirse en la esencia de lo que ha ido esparciendo por el aire y que ha impregnado poco a poco los corazones de quienes han tenido la suerte de tenerle cerca. En caso, claro está, de haber sido un ángel como ella lo es.
Se va y lo sabe. Me mira con dulzura desde el otro lado de sus gafas de montura plateada. Y yo no puedo resistirme al deseo de besarla. Aunque no vaya conmigo. Y aunque esa deferencia pueda molestar a otras que, como ella, desgranan la última parte de sus vidas sentadas en sus sillas de ruedas, en círculo, cada una con lo suyo, viendo pasar el tiempo con la misma placidez con la que lo hace un niño.
Sé que está asustada. Quizá a causa de la incertidumbre de aquello que la puede esperar al otro lado o tal vez debido a que no quiere separarse de los suyos. Y esa angustia que le produce la certeza de saber que su vida se consume irremisiblemente es lo que me la está acercando poco a poco, hasta el punto de que la llevo tan en el alma como si ella y yo fuéramos de la misma sangre. Y por eso la beso a veces, a escondidas del resto, en el pasillo. Para que nadie se dé cuenta de que es mi favorita. Y para que ella sepa que la quiero. Y que me gustaría que mis besos iluminasen un poco más ese camino estrecho y solitario por el que ha de partir, me temo, cualquiera de estos días.

#SafeCreative Mina Cb

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