domingo, 26 de agosto de 2018

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UNA MENTIRA PIADOSA

La otra tarde me sentí un poco como Blancanieves. Me abordó en mitad del campo un tipo con una cesta llena de higos. Bueno, en realidad no era una cesta sino un pozal de plástico, pero la licencia poética es lo que tiene. Y me ofreció uno de los frutos; en concreto un higo gris algo pachucho que no me dio muy buena espina. Así que yo le pregunté si estaban buenos y él me dijo que no los había probado porque no le gustan. Y pensé que aceptar un higo de un desconocido en mitad del campo, arriesgándome a que estuviera envenenado y sin un mal príncipe azul que llevarme a la boca en las inmediaciones, tal vez no fuera una idea muy cabal. Pero que a ver cómo se lo explicaba yo al chaval sin hundirlo en la miseria si su intención era buena y sin levantar sospechas en el caso de que fuera mala. Así que le dije que a mí tampoco me gustaban. Que tal vez no sea un argumento muy imaginativo pero resulta menos arriesgado que la comparación con el cuento de la bruja y la manzana.

#‎SafeCreative‬ Mina Cbs

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