martes, 7 de febrero de 2017

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 TERESA LA VAMPIRESA
(un cuento para no darle demasiadas vueltas)

Era como Cenicienta pero sin hada madrina. Y sin una madre que la hubiera querido de pequeña, porque la pobre mujer cascó en el parto y ahí los dejó, al bandarra de su padre y a sus seis hermanos, que en cuanto la niña fue un poco mayorcita despidieron a la asistenta y la empezaron a explotar: que si cocina, que si barre, que si plancha... y anda que no eran marranos ni nada. Así que la pobrecilla no tenía tiempo para nada. Apenas iba al cole y no salía, de modo que de amigas cero patatero. Y los pocos ratos libres que le quedaban los invertía en ver pelis de la saga de Crepúsculo, con lo cual su contacto con la realidad era más bien escaso. De manera que aceptaba su suerte con la resignación de los que no conocen otra cosa. Es por ello que la noche que la señora aquella entró por la ventana no se le ocurrió gritar. Más bien se quedó muda de asombro ante su poderío. Molaba mucho más que los flacuchos de las pelis. De modo que le hizo sitio en la cama y se dejó morder sin oponer ninguna resistencia. Y una vez vampirizada se largó por la ventana, volando cual avecilla tras la estela de su sanguinaria redentora, sin siquiera tomarse la molestia de hincarles el colmillo a su padre y sus hermanos.

Que lo mismo se volvían inmortales y tenía que seguir aguantándolos durante toda la eternidad.

#SafeCreative Mina Cb

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