domingo, 11 de septiembre de 2016

 


 OFICIOS

El pobre individuo no entendía muy bien que hacía retenido en aquel cuartucho: “Yo sólo cumplía con mi trabajo”, repetía una y otra vez al agente, que iba tomando notas de la conversación.
- Eso me lo dice usted delante de la Asistente Social, que está a punto de llegar con los padres de la niña.

La niña en cuestión, una bestia parda de unos ocho años de aspecto angelical y diabólicos modales, se entretenía en ese momento dando patadas en la espinilla al policía que se ocupaba de su custodia, y que ya había sugerido varias veces a su superior la posibilidad de encerrarla en una celda hasta que apareciera su familia.
- ¿Está usted loco, García?- le había respondido el sargento- Dentro de un rato tendremos aquí a sus padres, a la trabajadora social y quién sabe si a algún periodista… ¿Qué quiere? ¿Qué nos abran a los dos un expediente?

- Pero es que esta niña es un demonio- se quejó de nuevo el agente- Levántele usted la melena… Seguro que lleva el 666 tatuado en el cogote.

- Basta de tonterías, García- terminó el sargento- Y déle usted otra papelera a la niña, que esa ya la ha quemado.

La asistente social llegó sola, finalmente. No había conseguido contactar con los familiares del angelito. Sería necesario, por el momento, dejarla en un centro de acogida.

La mujer se acercó a la celda.
-¿Es éste el sospechoso?- preguntó.
- Sí, señora- respondió el sargento- Lo capturó la policía municipal durante una redada anti top manta. Iba tan tranquilo, con el saco al hombro. No se resistió ni huyó. Dice que él no estaba haciendo nada malo, que cumplía con su trabajo. Que los padres de la niña le habían contratado. Entre sus propiedades no hemos encontrado drogas ni dinero ni documentación alguna. Sólo esta tarjeta de visita.
Se la tendió.

elhombredelsaco.com
la solución definitiva

#SafeCreative Mina Cb

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