sábado, 4 de julio de 2020




MINA


Miradla.



Qué maja, ¿verdad?

Se llama Mina y ha pasado en Tudela los dos últimos veranos. Este año iba a por el tercero pero no ha podido ser. Por lo del virus. 

Y es que Mina es saharaui y por eso se va a quedar en casa. Por responsabilidad. Porque donde ella vive la sanidad no está como para tirar cohetes. Y por eso no viene: no por lo que pueda traer sino por lo que se pueda llevar. 

Y menudo sacrificio. Porque me consta que Mina aquí lo pasa en grande: va a la piscina y a la playa y la llevan a ver sitios y le compran chuches y en fiestas, si está su tato Iñigo, que es un poco pendoncete, se va con ella de conciertos y al vermú. Sin darle alcohol, naturalmente, que una cosa es ser pendón y otra ser irresponsable. Y luego, claro está, a la vuelta la mandan como a los Reyes Magos, cargada de cosas para ella y su familia. Y encantada de la vida de haber estado aquí. 

Y de volver con los suyos. 

Porque, aunque nos cueste creerlo, Mina ama tanto su tierra y su cultura que no las cambiaría por las nuestras. Tal vez la vida allí sea más dura, pero en ese lugar tiene sus cosas y a su gente. Y una identidad propia que entre nosotros se diluiría hasta casi desaparecer. Y es que, no nos engañemos, nadie abandona su país por gusto. Nadie deja amigos y familia y se embarca en la aventura de huir al extranjero sin saber lo que se encontrará. Por eso ella desea permanecer allí, lo que no es óbice para que disfrute, cada año y mientras le sea posible, de los animados veranos de acogida con su familia tudelana.

Pero a lo que iba:

Como ya os he dicho, Mina no podrá venir este año. Y eso que todo estaba dispuesto: la ropa en el armario, el menú del primer día, los itinerarios... Y esas ganas de llegar y poder abrazarla de nuevo, y escucharla por la casa, y saber que, al menos, durante unas semanas, estaría a salvo del calor, la sed y la pobreza, que son cosas que ningún niño debería de llegar a conocer. Y reír a su lado, y cubrirla de amor y de atenciones y después, a la vuelta, llenar su maleta de cosas necesarias para ella y los suyos. Y es por ello que la asociación que se hace cargo de la acogida de esos niños ha habilitado algunas cuentas para quienes quieran echar una manita o, incluso, quién sabe, alojar en sus casas en los próximos veranos a alguna de estas Minas. Que sé que cuesta pero luego ni os imagináis el berrinche que se llevan los adoptantes cuando les dicen que el plazo ha terminado y el chaval o la chavala no pueden volver y las familias se quedan las pobres en un sinvivir, como la de Mina este año, pensando en qué comerán o cómo estarán o si necesitarán alguna cosa y echando de menos sus voces y sus rostros...

En fin, qué os voy a contar a muchas de vosotras, que lleváis más de tres meses sin poder abrazar a vuestros nietos.

#SafeCreative Mina Cb
Caja Laboral: ES74 3035 0113 59 1130021437
Caja Rural: ES93 3008 0001 11 0700365729
Caixa ES33 2100 5319 49 2100199896

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