jueves, 9 de julio de 2020




Estoy harta de censores 
de izquierdas y de derechas 
que me quieren enseñar 
cómo he de juntar las letras.

Y es que ha llegado un momento 
en que, hable de lo que hable,
y da igual cómo lo haga
siempre se ha de ofender a alguien. 

Si escribo sobre ambos sexos 
y no utilizo la arroba 
mis amigas feministas
se me ponen como lobas.

Si critico al Muy Ilustre
en alguna red social
llega un correo “de arriba”
diciéndome que muy mal

(o me escribe un buen amigo
sugiriendo que me corte
porque ha salido mi nombre 
en altas conversaciones).

Si empleo ciertas palabras
que son ahora tabú,
como “puta” o como “negro”, 
me dan en todo el testuz.

Si digo que no me gusta 
una canción o una peli
me atacan mil eruditos 
esgrimiendo otras mil tesis.

Y si miento lo divino 
o a su santa institución 
llaman, y al abrir la puerta,
me encuentro la Inquisición.

Se está poniendo la cosa
de un chungo y un exquisito 
que hasta para decir “culo”
tienes que pedir permiso.

Y yo es que a más que reviso
mis comentarios y frases
miro y remiro y no veo
dónde he insultado yo a nadie.

Igual es que hay quien no entiende
que en la cosa del crear
si el respeto es importante
lo es también la libertad.

Vamos, que yo por mi parte,
desde aquí os lo digo a todos,
pienso seguir escribiendo
lo que me salga del bollo.

#SafeCreative Mina Cb

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