jueves, 27 de junio de 2019




A MIS GAFAS

A mis gafas
(las de leer,
las buenas) 

les gusta jugar al escondite.

Se esconden por la casa
y luego no consigo dar con ellas.

Las llamo por su nombre,
en voz bajita, para no asustarlas,
esperanzada aún,

pero no me responden.

Rebusco en la mesilla,
aunque ya haya mirado cuatro veces
y aprovecho, de paso,
para tirar un kleenex arrugado.

Me voy a la cocina
y vacío el frutero,

no vaya ser que se hayan escondido
bajo un melocotón,
que a mí no me ha pasado
pero a una amiga sí.

Entro al cuarto de baño
y miro en los cajones del mueble del espejo,
en el plato de ducha...

hasta en el inodoro.

Pero nada de nada
así que voy al bolso de salir
aunque nunca las saco

y meto la cabeza por su boca
como si fuera un domador

y me encuentro las llaves del buzón,
que las perdí hace meses,
y un cargador de móvil de los de antes

y hasta un preservativo caducado
en el 2014.

Y va está cundiendo el pánico
pues ya mi preocupación no son las gafas
sino un brote de Alzheimer
y voy a la nevera
y casi la vacío, y justo entonces

¡Zas!

Recuerdo
que esta mañana,
mientras desayunaba
se me acabó el azúcar
y entonces,
al buscar el paquete en el armario
me acordé que no había preparado
los espaguetis para la comida,
y puse el agua,
y cuando hervía
los eché
y dudaba,
como de costumbre,
si se cuecen siete o diez minutos
y fue entonces cuando

cogí las gafas para asegurarme
mirando en el envase
para después...

(¡Bingo!)

meterlas
en el azucarero.

#SafeCreative Mina Cb

No hay comentarios:

Publicar un comentario