domingo, 27 de marzo de 2016

 
 
VENENO EN LA PIEL

Su cuerpo era una recopilación amorosa. Era una mata hari enferma que se iba tatuando símbolos de todas sus conquistas, a las que seducía, enamoraba y abandonaba al poco tiempo. Llevaba en la piel espadas, gatos, brújulas, maletas, naipes, plumas… docenas de pequeños tatuajes en diferentes zonas de su cuerpo: cada imagen en la parte favorita del amante a quien correspondía.
Saúl vivía solo para la música hasta que la conoció. Un buen amigo le previno pero no quiso hacer caso. Se dejó hechizar y se enamoró como un imbécil. Y cuando ya estaba loco por ella lo dejó mediante el ghosting, esa técnica moderna que consiste en bloquear todos los sistemas de comunicación con la pareja y esfumarse de la vida del otro sin una explicación.

Él la esperaba cuando apareció por la mañana en el estudio. Saúl se había presentado la noche anterior en su casa. Estaba como loco. Intentó calmarlo y al final consiguió convencerlo para que se quedase unos días.

"Quiero una clave de sol"- le dijo.

Se conocían desde hacía años. Tanto que ella era de las pocas personas que sabía que el artista era gay. Es por ello que no la sorprendió que él le mostrase un dibujo que se aproximara tanto a lo que buscaba. El chico se puso manos a la obra y en menos de una hora el signo lucía, minúsculo y enrojecido, en el cuello de la joven, justo detrás del lóbulo derecho.

La muerte tuvo lugar al cabo de unas horas.

No hubo problema. Cuando el forense vio el bisturí tatuado junto al ombligo ratificó la hipótesis de que la mujer había desarrollado una alergia a la tinta que hasta entonces nunca tuvo.

A veces pasan esas cosas.

#SafeCreative Mina Cb

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