viernes, 15 de noviembre de 2024


 

¡PAZ!

me llamaron a gritos.

No era
la primera vez.

Ya lo escuché hace eones,
acuoso y ondulante,
en un medio más cómodo;

confortable refugio uterino
que siguió a aquella noche
de besos y ternura.

Paz…

- susurraba
aquel hombre tranquilo
acariciando el vientre de mi madre.

Paz,

- escuché,
como música,
al emerger al mundo
una tarde de agosto.

Paz,

en el cole
en aquel primer día
de palotes y cuentos con dibujos
de bordes troquelados.

Paz

resonaba el concepto
(que ya no era mi nombre)
oscuro y tembloroso
tras la pantalla de televisor:

presidentes, ministros,
personas importantes, trajes caros…

Paz,

se escuchaba, y aún
no sonaban las balas
en la pérfida noche.

Paz,

y mi calle era un mundo
sin paredes ni techos;
un vacío de escombros laberínticos,
una nada absoluta y temerosa,

un silencio infinito
gris y desangelado

roto de vez en cuando
por el brutal estruendo
de las detonaciones

y los sordos aullidos de los niños
caminando entre el polvo,

huérfanos como un témpano de hielo
sin un rayo de sol.

¡PAZ!

se escuchaba…

y mi nombre
se hundía en el silencio.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb
Imagen: Nana Pez

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