EL REGALO

Hasta el gorro. Lo tenía hasta el gorro. Hasta el mismísimo gorro. En todos los años que llevaban juntos nunca jamás había aceptado sus regalos sin una crítica. De tal modo que él, que en un principio era un hombre dadivoso y detallista, se había ido convirtiendo con el paso del tiempo en un tacaño de armas tomar. Y en un amargado, porque con esa mujer no había quien viviera. De manera que aquel San Valentín decidió matar dos pájaros de un tiro, esto es, vengarse de todos sus reproches y al mismo tiempo mandarla a hacer puñetas.

La despertó temprano y no precisamente con música de flauta. Le dijo que se diera prisa porque le tenía reservado un regalo inolvidable y, desde luego, de lo más original. La arrastró hasta el balcón casi desnuda y la dejó allí, atónita e inmóvil, helada como el bloque que empezaba a derretirse con los primeros rayos del sol de la mañana.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: Chema Madoz