martes, 15 de diciembre de 2020

  

CUPOS

A ver, que yo ya me estoy haciendo un lío con esto de los cupos. Más que nada porque llevo varios años sin celebrar la Navidad y quiero saber a qué atenerme, que ya he perdido la práctica. Y además, y al contrario de todos esos que cada año dicen lo del huevo frito con tinto y gaseosa en casa y luego peli en el sofá, yo, que soy el espíritu de la contradicción, esta vez quiero fiesta familiar. Lo que pasa es que ya casi no tengo familia, directa quiero decir. Y además que a los que me quedan los tengo ya muy vistos. 

Así que este viaje quiero celebrar con mis primas las despendoladas, que una vive en Valencia y otra en Bilbao y no las he podido ver en todo el año. Sí, porque a mí el periodo vacacional de verano me acabó justo cuando abrieron las fronteras territoriales y el de invierno me comenzó justo cuando volvieron a cerrarlas. Y mi prima la de Valencia se quedó sin venir a Bardenas y la de Bilbao sin venir a fiestas, más que nada porque no las hubo. Así que mira, ahora que el gobierno tiene a bien dejarnos, lo mismo lo celebramos todo junto en plan cena de Nochebuena frente a Castildetierra. Bueno no, que no dejan ir de noche. Y yo en mi piso no las meto porque con lo pequeño que es si respiramos dos veces acabamos en la Uci a los diez días. Y a verlas como que no puedo ir que yo curro Nochebuena y Nochevieja. Y en el balcón no cabemos, que tengo el arenero del gato. De manera que me da que se va a quedar todo en agua de borrajas. Y en ese caso tengo que enterarme de si se permite comerciar con los miembros sobrantes, porque yo reparto nueve. Para esas familias a las que les gusta juntarse trentaytantos. Yo les doy mis nueve y una amiga que hace noche en el hospital les da los suyos y ya tienen el cupo. Que yo, si no lo voy a disfrutar, no me importa compartirlo. Ya me compensarán con vacaciones sin confinamiento perimetral si se da el caso e irán a trabajar por mí, que pienso apuntarme los teléfonos. O a lo mejor alguno de los concurrentes que no sea muy de celebraciones familiares puede ir por mí a currar Nochebuena y Nochevieja y yo me largo con mis primas las despendoladas y organizamos la cena en casa de la que tenga el piso más grande. O el balcón, para evitar riesgos. O donde haga más calor, para cenar con las ventanas abiertas. Que ahí va a ganar la de Valencia, porque lo que es aquí, como caiga una helada no hace falta sacar la cubitera.

Y otra cosa... lo del fiestón, que yo aún no sé si van a abrir los bares. Porque a mí la noche de fin de año me ha puesto siempre de los nervios, pero este año igual salgo también, por llevar la contraria más que nada. Con la mascarilla y el gel y preservativos por si hay suerte. Bueno, lo de los preservativos mejor no que ya he decidido que voy a estar en casa ajena. Y no es momento para meterse en cualquier apartamento, que igual está por ahí el virus adherido a los azulejos del baño y agarras el Covid en una sesión acrobática en la ducha. Que esa es otra; que no sé cuándo los solteros vamos a volver a ser promiscuos con unas garantías mínimas. Porque el paso que va la burra a mí, para cuando me toque, ya se me ha pasado el arroz y hasta se me ha oxidado la paellera, que esto del alterne se está poniendo muy jodido. Qué generación la mía, del Sida al Covid, menuda cruz. Con lo que nos costó a las españolas acceder a la contracepción y al amor libre y ahora mira, cuando ya no tenemos edad de quedarnos embarazadas nos aparece el bicho este, que en lugar de al paritorio te manda a la unidad de cuidados intensivos...

En fin, a lo que iba: Que creo que este año volveré a pasar las Navidades con mi gato.

#SafeCreative Mina Cb

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