martes, 30 de junio de 2015



ETAPAS

Nos pasa con el amor igual que con la vida;
que, una vez que llegamos,
una vez que el afecto y la pasión
se instalan en nosotros
y nosotros en ellos
nos creemos con derecho a decidir
que han de quedarse para siempre…

Y así vamos viviendo
amor y vida a un tiempo
como si fueran ambos la misma cosa
en todas sus etapas:
esa infancia dulce y bulliciosa
provista de una curiosidad inagotable
en la que todo ha de ser tocado,
investigado,
indagado mediante los dedos
y las interminables cadenas de preguntas
que nos dan la suficiente información
como para poder acomodarnos
y sentirnos seguros
y disfrutar del mullido cobijo
del diván de la estabilidad
desde el cual ya tan sólo nos queda
mirar pasar el tiempo…

Mirar pasar el tiempo.

Hasta que un día
(a veces, que no siempre)
el esqueleto se anquilosa, se agarrota
y resulta imposible incorporarse
si no es haciendo un esfuerzo
cuasi titánico…
Y el hastío nos nubla las neuronas
y se va la energía
y el cuerpo se consume, demente y agotado,
preso de senectud:
Y ya todo son prótesis,
y médicos,
y química…
Y alargar la agonía, aun a sabiendas
de que no hay cura posible
y de que la única forma
de dar fin a todo el sufrimiento
es la de interrumpir el suministro
de baldíos remedios
y dejarlo partir.

Nos pasa con el amor igual que con la vida.

#SafeCreative Mina Cb

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