domingo, 5 de mayo de 2024


 

Querida mamá:

Este año tampoco puedo ir a felicitarte y ya van cuatro, hay que ver cómo se pasa el tiempo. De todas maneras, y aunque parezca una contradicción, sigo dando gracias a la vida porque te ahorrase el marrón del covid y del encierro y de los aislamientos en los hospitales. Porque tú eras una firme candidata, vaya que sí. A ver… con lo que fuiste y ya necesitabas parar un par de veces en Herrerías de camino a casa. No veas lo que me acordé entonces de ti. Bueno, entonces y todo el tiempo, claro. Aunque hay veces que más, sobre todo cuando me pasan cosas bonitas y no puedo ir a tu casa dando brincos a contártelas. O cuando me da el bajón y no puedo sentarme en tu sofá con la lata de galletas en la que siempre había algo para mí. Ya nadie compra el periódico cuando aparezco. Ni siquiera yo, porque a veces ni me entero. Porque no me lo dices. Y día del Cristo me quedé sin culeca porque no me la trajiste. Y aún hay fechas señaladas en las que saco de la vitrina la foto que me hizo mi amigo Iñaki el día de Santa Ana con papá y contigo, cuando los dos aún estabais bien, y la coloco sobre el mueble del salón, y enciendo una vela y me tomo una copa de cava con vosotros.

Porque la vida es eso. La vida son momentos y llegadas y despedidas. Es ese tren de la metáfora del que nos vamos bajando y subiendo según las estaciones y que jamás recula. Y es por eso que no soy una huérfana triste sino agradecida. Y por ello no te recuerdo con pena sino con nostalgia. Y aunque hubo desencuentros, y duros, ya que la familia es así por mucho que intentemos adornarla, sigo llevando pegada a la piel tu valiente presencia, tu espíritu de mujer adelantada a su tiempo, empoderada que diríamos ahora, de arrojada visionaria, de luchadora incansable. Y no puedo dejar sentir admiración por aquella niña que por las justas sabía leer y escribir que, el mismo día que cumplía los catorce, se vino a Tudela a servir a una casa de ricos con lo puesto para terminar montando el negocio con que ella y su marido darían de comer a la familia.

Sé que hay historias de madres más interesantes y famosas. Matriarcas exitosas de cuya muerte la prensa se hizo eco. Damas inteligentes e influyentes que amasaron cantidades ingentes de dinero. Mujeres que hicieron temblar los cimientos de la economía o la política cuyos nombres tal vez nunca lleguen a olvidarse.

Pero ninguna es tú. Ninguna fuiste tú.

Ninguna será tan importante.

#SafeCreative Mina Cb 

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