viernes, 20 de octubre de 2023


 

EXCLUYENTE

Voy a ver si pincho en hueso que hace siglos que no me cae una ensalada de hostias de las buenas.

Creo que he hablado aquí en alguna ocasión del tema del euskera. De lo estupendo que me parece que se promocione y de lo maravilloso de disfrutar de una diversidad cultural. Admiro a los niños con familias extranjeras, que de enanos hablan perfectamente dos idiomas. O incluso tres. Tengo amigos árabes, eslavos y euskadunes. Y con estos últimos bromeo a veces cuando se ponen a hablar en euskera y les digo con mucha retranca que me traduzcan. No aprendí esa lengua porque en mis tiempos no había ikastolas, ya que de haberlas habido no me cabe duda de que mis padres me hubiesen matriculado en una. Mi padre amaba la cultura vasca y se fue al otro mundo con las ganas de aprender ese idioma. Pero me cabrea enormemente que los idiomas se utilicen de modo partidista y que se traten de imponer. Y estoy convencida de que mucha parte del voto que va a la extrema derecha (y parte del que le dio la mayoría absoluta a nuestro ínclito alcalde, al que tanto venero como todo el mundo sabe) viene motivado por esa necesidad de meter con calzador un idioma, me da igual el euskera el suahili.

A lo que voy.

Tengo un proyecto con un par de amigas. Un espectáculo de corte feminista en el que trabajamos textos de mujeres, fundamentalmente, y cuyo argumento es el trato que la literatura y la música han dado a las mismas a lo largo de la historia. Interpretamos poemas, entre otras, de Alfonsina Storni, Sor Juana Inés de la Cruz, Begoña Abad o la doblemente expulsada de Nicaragua Gioconda Belli.

Pues bien, ahora mismo andamos intentado mover el recital por instituciones del más variado pelaje (colegios, casas de cultura, asociaciones de mujeres…) y nos ha sorprendido la respuesta de cierto organismo oficial de una localidad navarra que deja fuera la propuesta porque “sólo programan en euskera” y, por tanto, la poesía en castellano no tiene cabida en su catálogo. Y la verdad es que por mí me importa poco, pero me cago en todo lo barrido al pensar en que en esa “poesía excluida” se incluirán sin duda autores como Machado y Lorca, que pasaron uno al exilio y otro a mejor vida a causa de sus ideas. Y a quienes este asunto cabrearía tanto como a mí. O puede que no pero lo dudo. Y me pregunto una vez más (y no sé las que van) cuándo en este país vamos a aprender el verdadero significado de la palabra “inclusión” y vamos a dejar de comportarnos como unos putos paletos.

Y ahora disparad.

#SafeCreative Mina Cb
Ilustración: Giancarlo Francesconi

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