NETFLIX

No sé si es que soy muy rara
pero lo cierto es que a mí
me parecen una filfa
los programas del Netflix.

Me aboné porque en la tele
lo que dan es una mierda
y, total, por ocho euros
podía valer la pena.

Y la verdad es que al principio,
justo después de instalarlo
me encontré con buenas series
(la mayoría de narcos)

y con pelis que en el cine
en su día no fui a ver
o que me gustaron mucho
y de nuevo disfruté.

Pero al cabo de algún tiempo
me fui cansando de estar
amuermada todo el día
con el mando en el sofá.

Porque las series enganchan
y les coges afición
y tu vida se convierte
en un teleculebrón.

Que ya ni vas al mercado,
ni al bar, ni a dar un paseo,
sino que estás todo el día
encerrado como un reo.

Y las pelis, la verdad,
al cabo de unas semanas
te das cuenta de que son
por lo general, muy malas.

Porque miras la sinopsis
y la foto del cartel
y salen siempre los mismos
haciendo el mismo papel:

la Carmen Machi, el León,
el Resines, la Inma Cuesta…
Y toooodos cuentan lo mismo:
Problemas con su pareja.

Que al principio te hace gracia,
pero, tras ver tres o cuatro,
y puesto que el argumento
se repite todo el rato

te preguntas: “¿Seré yo,
que me estoy volviendo rara
o es que esta programación
no vale ni pa cascarla?”

En fin… que me di de baja
y ahora, si quiero emoción
me acerco al bar de mi barrio
y me lo paso mejor.

#SafeCreative Mina Cb