domingo, 2 de noviembre de 2025


 

ESTO NO ES UN POEMA DE AMOR
(aunque tocaba)

Doy vueltas a la cabeza
cual niña del exorcista.
Soy del verso equilibrista
más me atacó la pereza.

Pues con cierta ligereza,
un cuate y una pianista
me fui ayer a la conquista
del feudo de la cerveza.

Y hoy, que toca hablar de amor
como hago cada domingo

se ha dormido el locutor
y así no hay quien cante bingo.

Claro, que eso, a lo mejor
me pasa por ser un pingo.

#SafeCreative Mina Cb

sábado, 1 de noviembre de 2025


 

MÁXIMA

Día de Todos los Santos
para honrar a los difuntos.
Ayer estábamos juntos
y un mal día, como tantos,
te fuiste sin más quebrantos.

Y nos dejaste en el puerto
con un pensamiento cierto
tras de llorar tu partida:
Cada cual, en esta vida
carga con su propio muerto.

#SafeCreative Mina Cb

viernes, 31 de octubre de 2025


 

CARAVANA JALOGÜÍN

Esqueleto Leto.
Calavera Vera.
El coche no espera.
Casi va completo.

Gatatumba Tumba
se coloca loca
No cierra la boca
porque está tarumba.

El Fantasma Pasma
tirita de frío.
Se cayó en el río
cuando era ectoplasma.

La Bruja Piruja
ya no vuela ela.
Se apuntó a la escuela
para ser Maruja.

¡Menudo disgusto!
dice Draculín.
Que hoy es Jalogüín
y nadie da un susto.

La muerte calaña
se los va llevando.
Lo está celebrando
la Santa Compaña.

#SafeCreative Mina Cb

jueves, 30 de octubre de 2025


 

LOS JUEGOS DEL AGUA

Tres semanas ya se cumplen
desde que empezó en mi casa
un culebrón al que he dado
en llamar “Juegos del agua”.

Era la historia de siempre:
una gota en la encimera
anunciaba el fin del tanque
que el agüita me calienta.

Un año más aguantó
que los dos que fueron antes:
“obsolescencia (la llaman)
programada” los que saben.

Llamo al mocete de siempre
pero anda de funeral
y la angustia me devora
pues el goteo va más.

Busco (error imperdonable)
en internet el remedio
y llamo al primer fulano
que se anuncia como bueno.

“Rapidez garantizada”,
que es lo que yo necesito.
Al cabo de media hora
se presenta en casa un tipo

que me dice que es un codo
y no el termo, y el apaño
de cambiar la piececica
sube de trescientos pavos.

A la noche vuelvo a casa
y el agua sigue cayendo
Le escribo, viene, lo mira
y me desenrosca el flexo.

“Es el termo”, diagnostica
más serio que un plato de habas.
Y me dice que si quiero
va a por otro y me lo cambia.

Me hago el cálculo mental:
“Setenta euros por un codo…
Si cambia el calentador
me pide un lingote de oro”.

Le digo que muchas gracias
pero no. Reclamo al dueño
y el tío me echa una bronca
que flipas en arameo.

Accede a reintegrarme
el pastizal de la pieza
ya que no fue la avería
eficazmente resuelta

y yo, por no discutir,
le digo que sí, que vale,
pero que es un sinvergüenza
justo antes de colgarle.

Pasan tres o cuatro días
y acude el mozo de siempre:
se apresta a pedir el termo
y ayer por la tarde viene

pero el aparato es grande
para el hueco que hay dispuesto
y necesita herramientas
que no llevaba en el cesto.

De modo que, tras un rato
de sufrir más el que yo,
me mira muy compungido
y dice: “No acabo hoy”.

Y yo miro mi cocina,
llena de polvo y serrín
y me digo en un susurro:
“Si esto paice Chernobil…”

Vuelve, como prometió,
con la sierra y con los flexos,
coloca todo en su sitio
y deja el montaje hecho.

Me levanto a la mañana
y el agua escapa ¡Pardiez!
Vuelvo a escribirle y me dice:
“Iré después de comer”:

Y aquí estoy, con trescientos pavos
que me levantó el primero
y esperando a que el segundo
vuelva y arregle el entuerto.

Eso sí, cuando me instalen
el chisme ese de una vez
voy a pegarme una ducha
de las que arrugan la piel.

#SafeCreative Mina Cb

miércoles, 29 de octubre de 2025


 

DANA

Se levantaron de la cama como cualquier otro día. Dispuestos a afrontar las mil tareas cotidianas con más o menos ganas. Se encaminaron al trabajo, o a la compra. Llevaron a los niños al colegio. Quizás habían quedado con alguien para tomar un café antes del mediodía. O tal vez simplemente disfrutaban de una jornada vacacional con su comida tardía y su sobremesa perezosa. Quién sabe. El caso es que, fuera lo que fuese lo que estuviesen haciendo antes, cuando pasó se encontraban en el lugar equivocado. Fueron ellos como podían haber sido cualesquiera otros. Porque el azar escoge así a sus víctimas. Sin un criterio establecido y sin mostrar piedad.

Algunos tuvieron, si es que se le puede llamar así, la suerte de morir en el momento. Aquellos que fueron arrastrados por el agua y cuyos pulmones se inundaron de inmediato no hubieron de pasar por la agonía de otras víctimas como aquella a la que se refería una testigo de los juicios, que hablaba de un hombre que permanecía encerrado en un garaje al que se oyó auxilio durante horas hasta que su voz cesó. Aquella persona, como muchas otras, seguramente marcaría una y otra vez el ciento doce sin respuesta ya que los servicios de emergencia se colapsaron desde el primer instante. Y llamaría también sin duda a su familia para que por lo menos supieran donde estaba. Y a buen seguro sus familiares intentarían también contactar con el servicio de emergencias sin resultado alguno. Y seguirían en comunicación hasta que la batería se acabase o la voz del familiar se extinguiera definitivamente.

Y es que no se trató tan solo de morir. Fue también el morir de esa manera. Y es por ello que el hecho de tratar de ponerse en el lugar de las víctimas o de sus seres queridos es un ejercicio de humanidad imprescindible para cualquier político con un mínimo de sensibilidad. Pero en lugar de eso, a lo largo de los últimos doce meses, lo que la ciudadanía ha estado presenciando ha sido una caza de brujas que parece perseguir más la rentabilidad política que la compasión para con las víctimas y sus familiares. Y así, hoy, veintinueve de octubre nuevamente, los responsables directos e indirectos de esa terrible catástrofe siguen aferrados a sus cargos, eludiendo responsabilidades e insultando al adversario mientras que en muchas viviendas de la zona las marcas del nivel del agua siguen todavía impresas en los muros.

Francamente, no creo que merezcamos a esta clase política.

#SafeCreative Mina Cb

martes, 28 de octubre de 2025


 

Con la imperturbable frialdad que sólo la experiencia otorga a los empleados de este tipo de servicios, el conductor puso en marcha el vehículo en el que reposaban sus restos inertes.
Había contemplado la escena en silencio, los ojos arrasados en lágrimas, el corazón encogido, recordando sobre todo las últimas vacaciones que habíamos pasado juntos, en el desierto de Almería, cuando él todavía se encontraba en plena forma, antes de que la sucesión de achaques que le habían sobrevenido en los últimos meses acabara de minar sus fuerzas, ya bastante mermadas por la edad.
Evoqué sobre todo aquel atardecer en la costa, la suave luz ruborizando el horizonte, mi espalda apoyada contra él, contemplando las olas que iban y venían y las raras aves que poblaban el paisaje, intrigante mezcolanza de desierto y mar.

Nunca en la vida encontraré a otro como él, tan enérgico, tan fiel, tan romántico, tan potente, tan aventurero… me dije, mientras veía alejarse, empequeñecerse, desaparecer en la lejanía, sobre la plataforma de un camión, la adorada silueta de mi viejo y adorado Corsa.

#SafeCreative Mina Cb