lunes, 10 de mayo de 2021


 

TUTORIALES
(Papá Manitas)

Me levanto y amenaza lluvia. Echo una mirada al gran barreño que lleva sobre la encimera desde ayer. Salgo al balcón y compruebo que la amenaza se ha materializado. Llueve y el día está desapacible. Debe ser el Universo, que se confabula contra mí para que me ponga manos a la obra.

Vacío el agua del barreño y la miro con resignación. Con lo que a mí me gustaba el bricolaje y ahora me da pereza todo. Tanto que hasta ayer no la saqué del embalaje para remojarla. Y eso que llegó el miércoles. O el jueves, no me acuerdo. Y que la vieja llevaba rota ni se sabe. O sea más de cuatro meses fácil. Que hasta que el otro día no salió la ropa sin centrifugar ni caso. Pero claro, cuando el problema se agrava pues algo hay que hacer. Y me dije: Ya lo miro. Y aún pasó una semana antes de que desmontase el filtro y sacase un guante y problema resuelto. O sea que lo de la goma todavía me corría menos prisa. Pero me dije: "Como se traga un guante se traga un sujetador. Y con el aro ya está montado el chandrío". Así que llamé al servicio técnico y perdí la pieza. 40 pavos de vellón. De modo que le dije que no mandase al técnico. Que ya me había tocado cambiar alguna. Que la cosa, según recuerdo, daba un poco por culo pero si hay que hacerlo se hace.

Así que me puse a ello. Me senté ante la lavadora, desmonté la goma vieja y empezó la aventura. Tras varios intentos baldíos recurrí a los tutoriales de YouTube y entendí dos cosas: la primera, que los vídeos que cuelgan las marcas oficiales son en realidad para que llames al técnico; y la segunda, cómo hay gente que puede empezar a beber alcohol a las diez de la mañana.

De modo que le di al neuronamen y tecleé: “Cambiar goma de lavadora”, sin especificar la marca, y hallé un canal en el que un señor muy majo explicaba, paso a paso, cómo llevar el proceso a cabo sin necesidad de desmontar medio aparato con un destornillador del que no dispongo, como hacían los de la casa comercial.

Esto sí, me dije. Me coloqué ante el aparato y, siguiendo las instrucciones de “Papá Manitas”, encajé la parte interior (esa que según la marca había que colocar tras desmontar el frontal, pero que en realidad se podía instalar dándole la vuelta como un calcetín) a la primera. Me quedaba el engorro de la brida, que el propio instructor recomendaba ceñir con ayuda de otra persona, pero que yo intenté sola sin éxito. A esas alturas no llovía y había liado a un amigo para que me echase un cable, de modo que me fui a dar un paseo. Tras la comida y la siesta, y como el aprendiz no daba señales de vida, me dije que no iba a ser yo memos que el del vídeo, que había colocado la sierga solo, y me lancé de nuevo a la aventura, probando una estrategia un tanto obvia pero que funcionó. Acto seguido encajé la parte exterior del fuelle, la aseguré con la brida, conecté el aparato, comprobé que funcionaba y a continuación recogí la herramienta y me serví una Voll Damm.

Fin del tutorial.

#SafeCreative Mina Cb

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